Claudia Sheinbaum: un regreso prometedor al escenario global
Si algo hay que reconocerle a la presidenta Claudia Sheinbaum es que claramente, a diferencia de su predecesor, buscará volver a poner a México en […]
Si algo hay que reconocerle a la presidenta Claudia Sheinbaum es que claramente, a diferencia de su predecesor, buscará volver a poner a México en el mapa de la diplomacia internacional tras seis años de ostracismo y, para ello, no podría haber encontrado mejor foro que la Cumbre del G20 que se realizó el fin de semana en Río de Janeiro, Brasil.
Más allá de su panfletario desplazamiento, en un avión comercial, en una mala entendida definición de lo que tendría que ser una austeridad republicana, la mandataria se comportó como si estuviéra en casa , y cómo no, si el propio presidente Luiz Inacio Lula da Silva la cobijó desde su arribo.
Bien asesorada, la presidenta entendió claramente que este tipo de eventos constan de dos partes, la más visible, en la que los mandatarios se reúnen para discutir los temas globales con discursos engolados que pretenden estar cargados de poesía (el de ella no fue la excepción), en el que se comprometen a todo y que muy pocos acaban cumpliendo y, paralelamente lo que ocurre tras bambalinas, en donde los mandatarios aprovechan la concurrencia de sus pares para tratar asuntos de sus respectivas agendas bilaterales y que en lo inmediato es lo que suele cosechar mejores frutos.
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Sheinbaum tuvo oportunidad de dialogar por separado con los jefes de Estado de sus dos socios comerciales dentro del T-MEC; Joe Biden, de Estados Unidos, y Justin Trudeau, de Canadá. Si bien la figura de Biden va perdiendo relevancia conforme se acerca el fin de su mandato (el futuro ya no le pertenece), Sheinbaum aprovechó para plantearle algo que aún está en sus manos: los términos en que se desarrollo la captura de Ismael, el “Mayo” Zambada, quien asegura fue secuestrado en el territorio nacional y llevado contra su voluntad a la Unión Americana.
Un caso distinto es el de Justin Trudeau, quien como ocurre con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se encuentra preocupado por las inversiones chinas en nuestro país y el impacto que esto podría encontrar en el T-MEC y así se lo planteó a la mandataria mexicana quien en repetidas ocasiones ha señalado en el interés de nuestro país en fortalecer el acuerdo comercial.
Sheinbaum pudo reunirse también con el tercero en discordia. El presidente chino Xi Jinping, quien abogó por seguir ampliando el intercambio no sólo comercial sino cultural. Se pronunció en defensa del multilateralismo, la equidad y la justicia internacionales. Un discurso pomposo que difícilmente deja entrever cuales son las verdaderas intenciones del gobierno de Beijing, que enfrentará un escenario poco más que complicado una vez que Donald Trump asuma la presidencia en la Unión Americana.
Sin duda uno de los encuentros relevantes que sostuvo Claudia Sheinbaum fue con el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Los empresarios galos tienen grandes inversiones en México que les gustaría ampliar, particularmente en el sector energético y en el de movilidad, destacando el sector ferroviario.
Sheinbaum también se reunió con el primer ministro de Vietnam , Pham Minh Chinh, y con el de Colombia, Gustavo Petro, además de con los miembros de MIKTA. Un trabajo más que fructífero en poco más de 24 horas que despierta la esperanza de que México habrá de recobrar el lugar que le corresponde en la arena mundial.
Canadá, más cerca de China que México
En días recientes, los primeros ministros de Ontario y Alberta, Doug Ford y Danielle Smith, coincidieron en proponer que México sea excluido del T-MEC en caso de que nuestro país no iguale los aranceles de Estados Unidos y Canadá a las importaciones provenientes de China y, por consiguiente, que se firme un tratado bilateral de libre comercio entre EEUU y su país. Lo que es más, afirman que México sirve de puerta de entrada a los productos chinos hacia sus vecinos norteamericanos.
Las preocupaciones por las inversiones chinas en México habrían sido abordadas por Trudeau en su encuentro con Claudia Sheinbaum en Río de Janeiro, así como su confianza en mantener fuerte el T-MEC, de acuerdo al mandatario canadiense. Sin embargo, pareciera que no les afecta tanto cuando la inversión asiática es para ellos.
Canadá es el tercer socio comercial de México y nuestro país también es el tercer socio comercial del país septentrional y, paradójicamente, China es el segundo socio comercial de Canadá, después de Estados Unidos. Del total de ventas de México a Canadá, casi el 39% corresponde a vehículos automotores, partes y autopartes. Tan sólo el año pasado, la Inversión Extranjera Directa (IED) china a Canadá fue de 17 mil 730 millones de dólares, mientras que a México llegaron apenas 159 millones, mientras Estados Unidos recibió 28 mil millones de dólares de inversión directa china. Es decir, de los socios del T-MEC, México es el que registra la menor IED china.
¿Por qué entonces la queja de los políticos canadienses? Votos.
La propuesta inviable pero muy populista de los primeros ministros de las citadas provincias se explica de cara a las elecciones federales de Canadá el próximo 20 de octubre de 2024. En los comicios de 2021, a pesar de no lograr la mayoría parlamentaria ni el voto popular, el Partido Liberal se mantuvo con mayoría de escaños y Justin Trudeau logró mantenerse como Primer Ministro, con el Partido Conservador como principal partido opositor. Doug Ford y Danielle Smith son conservadores, y Ontario es la provincia con más habitantes de Canadá.
De ahí que, con un discurso estilo Trump hacía la clase trabajadora, Ford y Smith aludan a pérdida de trabajos y competencia desleal por los productos chinos -sobre todo autopartes-, que entran a Canadá desde México, pero no aludan a las inversiones chinas en su país y la competencia con la industria local.
Veremos qué tal les funciona el discurso en campaña electoral el año que viene.