Inversión EU: poca confianza en México
Una vez más el caballero de la triste figura volvió a aparecer, es el mismo que el sexenio pasado fue utilizado como el “comodín” para […]
Una vez más el caballero de la triste figura volvió a aparecer, es el mismo que el sexenio pasado fue utilizado como el “comodín” para mitigar los fuegos encendidos desde el Palacio Nacional; igual para comprar pipas de Pemex, cuando surgió la crisis del huachicol, que para traer vacunas contra el Covid-19; para negociar la liberación del General Salvador Cienfuegos, acusado en la Unión Americana de cuatro cargos de narcotráfico, que para gestionar la crisis migratoria. Para muchos un bombero que apagaba lumbre dejando sólo cenizas para recoger. Donald Trump, años después, sigue menospreciándolo por el poco carácter demostrado en horas pico de la relación bilateral.
Marcelo Ebrard, ahora como secretario de Economía, volvió a recibir una encomienda con un futuro incierto: convencer al capital extranjero de que, a pesar de una reforma al Poder Judicial, de inciertos resultados, nuestro país ofrece la certeza jurídica suficiente para invertir en él a largo plazo. El punto de partida, la cumbre US México CEO Dialogue un encuentro en el que participaron cerca de 240 empresarios de ambos países encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
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Salvo los participantes, pocos saben a ciencia cierta lo que ocurrió al interior del evento. Si los empresarios estadounidenses salieron convencidos de las bondades de la reforma al Poder Judicial y que la reforma energética habrá de brindarles las oportunidades que ellos esperan o si la propuesta de la Cuarta Transformación de encauzar sus inversiones al sur-sureste fuera la oportunidad que largamente habían anhelado, lo cierto es que los funcionarios mexicanos salieron a dar una conferencia de prensa con una sonrisa que más que de satisfacción parecía de haberles quitado un peso de encima.
Si la reunión resultó igual de desorganizada que la conferencia de prensa, los augurios no serán los mejores, con sillas vacías en el podio, sin una estrategia clara en el orden de los oradores, de quienes no se dijo ni su nombre ni su cargo y, por último, el mil usos Marcelo, haciendo malabares en su mejor papel de intérprete, porque dentro de esta austeridad republicana, a nadie se le ocurrió que en un evento de carácter binacional, tendría que haberse contratado a un traductor para el encuentro con medios.
Peor aún, si bien se anunció una inversión importante para el próximo año de 20 mil millones de dólares, a la hora de hacer sumas y restas los números nada más no cuadran. Ebrard reportó una inversión de 15 mil millones de dólares por parte de Pacific México, representada por su directora ejecutiva, Sarah Bairstow; mil 500 millones de dólares de Royal Caribbean; 6 mil millones de dólares de Amazon y 10 mil 400 millones de dólares de Good Saya Energy ¡un total de 32 mil 900 millones de dólares! aunque también hay que decir que “cantinfleando” matizó: “lo confirmado rebasa 20 mil millones y lo que podría ser para 2025 rebasa 30 mil millones de dólares, nos fuimos por la más conservadora, porque es lo confirmado”.
Sin ánimo de ser pesimistas, el panorama no suena tan alentador como nos lo presentaron, si bien los montos no son menores, lo cierto es que de 240 empresarios sólo cuatro se atrevieron a ponerle número a la casa, muy muy poco para nuestros principales socios comerciales. Ya veremos en los próximos meses si ya puestas en marcha las reformas son más los convencidos, mientras el potencial que significa el nearshoring parece irse viendo más lejano.
El negocio de las licencias de conducir
24 años después regresa la licencia de conducir permanente a la Ciudad de México. Fue justamente en la administración de Andrés Manuel López Obrador cuando se estableció esta modalidad de permiso de conducir, mismo que se eliminó con Marcelo Ebrard. Ahora con Clara Brugada, la novedad es el costo de mil 500 pesos, con un examen de conocimientos en línea y que no habrá enmicado por el momento, la licencia será en versión digital.
En la Ciudad de México y en todo el país en general, no existe una política definida sobre la licencia de conducir, sólo es vista como una fuente de ingresos más para la tesorería local, donde lo de menos es que se trata de un permiso avalado por la autoridad de que, quien lo porta, debiera acreditar tener conocimientos prácticos y teóricos que lo hacen capaz de conducir un vehículo, así como conoce las leyes y reglamentos en la materia. No es así desde hace décadas.
No en balde, algunos “neoliberales” mexicanos han recomendado la desaparición de las licencias de conducir. Quien sepa manejar que lo haga y que todos se sujeten a las consecuencias de sus actos, con multas, sanciones y, en casos extremos, con procesos y sentencias penales; es decir, lo mismo, pero sin tramitar ni pagar licencia, que para el caso no sirve de nada.
Por el contrario, en otros países, la licencia de conducir se obtiene después de exámenes prácticos y teóricos rigurosos, donde obviamente se le niega el permiso a quien repruebe y es un trámite costoso, y el retiro de la misma realmente perjudica al conductor, porque conducir sin ella puede ser motivo para ir a prisión. Y la tienen que renovar, porque con los años se pueden perder facultades para conducir.
Según datos de la organización Estrategia Misión Cero, entre 2015 y 2023 se registraron 7 mil 454 accidentes viales en México, de los cuales el 66% ocurrieron en la Ciudad de México. Para la estadística puede servir el dato de cuántos de los involucrados contaban con licencia de manejo y cuántos no, incluidos motociclistas… pero sólo para la estadística porque, para prevenir accidentes, la licencia no sirve más que para que el gobierno capitalino tenga un ingreso más, sin el cuidado que debiera tener sobre los ciudadanos que la detentan.
Por lo pronto, ya veremos si para la siguiente administración vuelven a ponerle vigencia a la licencia, y las digitales no duran los más de 20 años de una mica, para los suertudos que todavía tienen su licencia permanente de principios de siglo. Lo que no veremos son exámenes y trámites serios para obtener el permiso.