El reciente fin de semana se convirtió en un verdadero punto de inflexión para la Cuarta Transformación (4T) en México, tras la inesperada jugada de Ismael el “Mayo” Zambada, uno de los narcotraficantes más poderosos del país. La situación, que muchos analistas califican como un claro desafío a la autoridad del gobierno mexicano, dejó al descubierto las tensiones entre el crimen organizado y un Estado que se esfuerza por mantener el control.
La amenaza velada de Zambada, quien insinúa que podría revelar información comprometedora si no es “rescatado” de las autoridades estadounidenses, ha desatado una serie de reacciones nerviosas en los círculos de poder. La solicitud presentada en EE.UU., donde el narcotraficante argumenta que su captura fue ilegal, plantea un dilema ético y legal para el gobierno mexicano, el cual se ve presionado a responder a un reto monumental.
La situación es, sin duda, una muestra más del vínculo espurio entre la política y el narcotráfico en México, un tema que se ha vuelto casi omnipresente desde siempre, pero que se incrementó durante las elecciones de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador asumió la Presidencia. Diversos sectores de la opinión pública han comenzado a cuestionar severamente la efectividad de la estrategia de seguridad implementada por la 4T, que ha sido tachada de ineficaz y permisiva frente al creciente poder de los cárteles.
Ante esta sombra de amenaza, tanto el Ejecutivo como el Legislativo se han visto obligados a reconfigurar sus estrategias y a trabajar horas extras, no sólo para gestionar la crisis que se cierne sobre ellos, sino también para salvaguardar su propia legitimidad. Las repercusiones de este escenario son inciertas, pero evidencian la fragilidad del Estado mexicano ante el embate del crimen organizado.
Trata de personas: delito añejo que sigue aportando ganancias a grupos delictivos
Pese a que las autoridades han señalado que las diferentes modalidades del delito de trata de personas en la Ciudad de México, han mostrado una disminución sostenida de 2019 a 2024, lo cierto es que algunos grupos delincuenciales continúan obteniendo dividendos económicos de la comisión de este ilícito.
En varios de los casos, las bandas criminales han visto a las y los migrantes como un nicho de oportunidad, ya que con falsas promesas enganchan a personas extranjeras, quienes llegan a ser presa fácil de la explotación laboral o incluso sexual, a las que son obligadas u obligados, con la amenaza de ser deportados o de no devolverles sus documentos migratorios en caso de contar con ellos.
Apenas el domingo pasado, policías capitalinos rescataron a un grupo de 27 personas de origen asiático y centroamericano, que se encontraban privadas de la libertad en un hotel y que fueron despojadas de sus pasaportes y pertenencias. Ese mismo modus operandi ha sido ocupado en diversas ocasiones para retener a las personas extranjeras, quienes en un estado de indefensión son víctimas de diversos delitos como la trata.
Es entonces cuando fortalecer la coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno, es decir local, estatal y federal, resulta fundamental para abatir esta problemática que involucra tanto a víctimas nacionales como extranjeras, por lo que la colaboración con embajadas y consulados también es de suma importancia.
Según cifras de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en 2019 se iniciaron 329 carpetas de investigación por trata de personas, pornografía infantil y explotación laboral, mientras que para 2024 se denunciaron 92 casos, lo que representa una disminución del 27 por ciento en la incidencia delictiva. Sin duda cifras positivas, pero que de ninguna manera deben significar echar campanas al vuelo para dar por superado el tema.
Agua potable a largo plazo
Sólo para construir una presa de almacenamiento que abastezca a un acueducto para agua potable, se requieren de dos a tres años de estudios y proyectos, y luego de tres y cuatro años para su construcción, es decir, unos siete años para que la presa pueda entrar en operación.
La estimación la dio el ingeniero Luis Robledo, quien dirigió la planeación, proyecto y construcción del Sistema Cutzamala, ante sus colegas del Colegio de Ingenieros Civiles de México. Y a los siete años contemplados, hay que añadir hacer la prospectiva de construir el acueducto con capacidad de satisfacer las necesidades durante cuando menos los siguientes quince años. “Y dentro de quince años, alguien debe estar, antes de que lleguen esos quince años, pensando en cuándo viene el siguiente acueducto”, advirtió el experto.
Esa visión a largo plazo ha faltado en México, y se ha visto particularmente en el área metropolitana de la capital del país en la época de sequía y la escasez de agua, considerando que al Sistema Cutzamala se le sumó su última etapa hace más de 20 años y, aunque hay estudios para su ampliación, no se ha continuado con ello, y ya es tarde para seguir sólo teniendo proyectos en papel.
El ocaso de Francisco
Con 88 años a cuestas, Jorge Mario Bergoglio empieza a dar signos de cansancio. Ha sido un papado que si bien no ha sido el más largo, sí ha estado cargado de un intenso dinamismo. Hoy se encuentra hospitalizado en estado crítico víctima de una neumonía bilateral a lo que se suma una insuficiencia renal leve. Ya en diciembre había sufrido una caída que le causó un hematoma en el mentón y en enero otra que devino en una contusión en el brazo derecho.
Sin ser un político, el papa Francisco ha sido una figura influyente dentro del acontecer mundial, más allá de su investidura religiosa, alzando la voz no sólo en nombre de los más desprotegidos, sino del medio ambiente en su conjunto.
Desde su arribo al Vaticano el pontífice se pronunció en defensa de los derechos de los pueblos indígenas; contra la pobreza, la marginación y la desigualdad abogando por una economía inclusiva que promoviera el bienestar de los sectores más vulnerables.
El papa se ha manifestado en múltiples ocasiones en contra del modelo neoliberal y el libre mercado que favorece a las clases altas y que sume en la miseria a los que menos tienen, poniendo por delante las ganancias financieras sobre el bienestar común. La migración ha sido otra de sus grandes preocupaciones.
En 2015 publicó la encíclica “laudato si”, un documento que coloca en el centro al medio ambiente y al ser humano como el responsable de su cuidado, en donde destaca la crisis ecológica y su relación con la justicia social; la contaminación y el cambio climático; el consumismo y la cultura del desecho, la importancia del cambio en le estilo de vida; y la “conversión ecológica”.
Francisco ha generado también polémica al interior de la iglesia católica. Sugirió bendecir a las parejas del mismo sexo sin aceptar su matrimonio; una apertura para que las personas divorciadas, vueltas a casar, puedan recibir los sacramentos y la importancia de abrir la jerarquía clerical a las mujeres.
También, ha sido cuestionado por no haber tomado medidas más enérgícas para castigar a los depredadores sexuales al interior de la institución; por las falta de avances en las reformas estructurales que incluyen la descentralización de la iglesia y su sistema financiero. Su estilo pastoral y menos dogmático a alejado a los sectores más tradicionales que piensan que se esta perdiendo la esencia de la iglesia primitiva.
Con todo, en el ocaso de su pontificado, el papa Francisco no ha logrado consolidar un legado; si bien ha dejado huella en algunos aspectos sociales éste no se ha visto reflejado, lo suficiente, en la estructura o doctrina de la iglesia. Tal vez, al igual que su predecesor Benedicto XVI tendría que ir pensando en el retiro pero esto sólo ha ocurrido una vez en seis siglos.