Siempre sí, Cuitláhuac a Cenagas

Finalmente se confirmaron las versiones: Cuitláhuac García, ex gobernador de Veracruz, fue nombrado director del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas). Se trata de un organismo descentralizado de la Secretaría de Energía que tiene como responsabilidad garantizar el abasto de gas natural al país, tanto en transporte como en almacenamiento.

Un cargo estratégico, como en diciembre pasado lo adelantó la presidenta Claudia Sheinbaum, para el que el exmandatario tiene como principales credenciales su paso por la administración pública y que es ingeniero mecánico electricista, aunque con más experiencia en la docencia, por lo que sus conocimientos sobre gas natural probablemente son más en lo teórico.

Es decir, cargos lo más parecido a su perfil, aunque disten de ser los idóneos, reforzándolos con los funcionarios con experiencia que ya tienen los organismos o con otros. Algo similar sucedió con Carlos Manuel Merino Campos, el ex gobernador interino de Tabasco, quien actualmente es Director General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, con el antecedente en el sector de ser piloto aviador.

Es decir, Cuitláhuac García llegará al Cenagas sin compañía, y difícilmente tendrá oportunidad de llenar de exfuncionarios veracruzanos el Cenagas, sobre todo por la especialización que se requiere sobre el transporte y almacenamiento de la molécula, que va más allá de saber prender la estufa o el boiler.

Con el nombramiento de Cuitláhuac quedan cobijados los exgobernadores morenistas de 2024: Martí Batres al ISSSTE; el poblano Sergio Salomón Céspedes al INM; el chiapaneco Rutilio Escándón, como cónsul en Miami; el ya mencionado Merino Campos, y hasta Cuauhtémoc Blanco, que no era de Morena, pero ahora ya es diputado federal por ese partido. Ya habrá tiempo para darle espacio a los que salgan en los siguientes años.

Rascacielos en México

Actualmente, México cuenta con 12 rascacielos que superan los 200 metros de altura, ubicándose seis en Ciudad de México, cuatro en Monterrey-San Pedro Garza García, y en Guadalajara y Cholula, Puebla, uno cada uno. El más alto es la Torre Obispado I en Monterrey con 305.3 metros -también de América Latina-, mientras en la CDMX es Torre Mitikah con 265.8 metros. Todo ellos son oficinas o mixtos (oficinas, centros comerciales, hotel, residencial).

Este 2025 se sumará a esta lista el rascacielos número 13. Se trata de la University Tower (203 metros), ubicado en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, el cual será el rascacielos residencial más grande, pues únicamente los primeros ocho pisos corresponderán al prestigiado University Club, cuya sede es la casa Gargollo, construcción de la época porfiriana a un costado del edificio. El resto de los 50 pisos contarán con entre seis y 14 departamentos, cuatro penthouses y los tres primeros pisos para servicios exclusivamente para quienes ahí habiten.

Cabe señalar que, a raíz del terremoto de 1985, hubo avances considerables en la ingeniería sísmica en México, avanzando la ingeniería estructural de un criterio no sólo de salvaguardar la vida, sino de mantener la operación de los edificios después de un sismo de manera casi inmediata, lo cual aplicó desde la construcción de la Torre Mayor concluida en 2003. Para ello, han habido avances en materiales, tecnología y herramientas computacionales para el diseño, verificación y monitoreo de las estructuras.

University Tower es ejemplo de ello, con su estructura central y los 17 pisos subterráneos de cimientos y para estacionamiento a 75 metros de profundidad, en el segundo estrato más sólido de la Ciudad, y hacia arriba tiene cinco anillos que ayudan a “romper” el momento del sismo.

La torre residencial cierra el 2024 con un avance de construcción de 100 % en su estructura, 95 % en la fachada, 70 % en interiores; y ya está vendido el 75 % del edificio. Es decir, este año, la Ciudad de México estrena un rascacielos que será emblemático de Paseo de la Reforma.

Trump: a dos semanas de la hora cero

Dos semanas es el lapso que nos separa de un mundo que podría verse transformado una vez que Donald Trump jure como el presidente número 47 en la historia de Estados Unidos. La retórica desplegada por el mandatario electo, desde que se confirmara su triunfo sobre la demócrata Kamala Harris en noviembre pasado, ha servido como una voz de aliento para los grupos conservadores nacionalistas, pero despierta temores y dudas entre los que simpatizan con posiciones más liberales.

De confirmarse los amagos de Trump, desde el primer día de su mandato nos encontraríamos con sensibles cambios en materia migratoria con ordenes ejecutivas para la deportación masiva de indocumentados. El magnate ha dejado entrever que sin importar su origen, éstos serían enviados a la frontera con México, algo inaceptable para la presidenta Claudia Sheinbaum quien dice contar con un plan elaborado para defender a nuestros connacionales al tiempo que sugiere como alternativa la legalización, no así a los de otras nacionalidades que siguen utilizando a nuestro país como puente para llegar a la Unión Americana; tan solo el jueves salió de Tapachula una caravana con más de mil 500 personas que buscan pasar del otro lado antes del 20 de enero.

Muy peligroso resulta el vínculo establecido por Trump entre las políticas migratoria y comercial, en particular la aplicación de aranceles en abierta violación al T-MEC; de llevarse a cabo nos encontraríamos no sólo ante una guerra arancelaria sino frente a largos procesos judiciales que en nada benefician a los que hasta hoy han sido firmes aliados y que dejarían un camino muy poco transitable para la revisión del acuerdo comercial en 2026 mismo que amenaza en convertirse en una renegociación o por lo menos esas parecen ser las intenciones del futuro presidente norteamericano.

El fentanilo es otro de los puntos críticos en una relación marcada por el narcotráfico, una simbiosis entre productores y consumidores. Trump acusa a la administración mexicana de hacer muy poco para contener a los cárteles que lo producen por lo que amenaza con declararlos como grupos terroristas con todas las implicaciones que eso conlleva incluidas operaciones en territorio nacional, México queda así en una posición incómoda, ya que al defender la soberanía defiende de paso a los criminales nacionales.

En política exterior, Trump ofreció terminar el conflicto en Ucrania de forma rápida y contundente, sólo que el plan esbozado por su enviado especial, Keith Kellogg, no parece responder a los intereses de ninguna de las dos partes en pugna; de entrada propone suspender la ayuda a Kiev si no se sienta a negociar con Rusia; aplazar indefinidamente el ingreso de Ucrania a la OTAN; establece que Rusia mantenga el control del territorio ocupado, Ucrania no tendría que reconocer la soberanía de Moscú en esa zona pero tampoco intentaría recuperarla por la fuerza. Condiciones en principio inaceptables para Kiev pero que tampoco dejan satisfecho a Vladimir Putin que requiere una victoria contundente tras las miles de bajas registradas que lo dejan muy comprometido frente a una población rusa que no necesariamente está de acuerdo con los afanes imperialistas de su presidente.

En materia ambiental se espera que el empresario revierta las políticas climáticas establecidas por Joe Biden, eliminando las subvenciones a los autos eléctricos, y se estima que pudiera retirar a su país de del Acuerdo Climático de París, algo que ya hizo durante su primera presidencia.

A diferencia de sus predecesores, Trump una vez consumido un primer periodo, solo tiene cuatro años para implementar los cambios que pretende por lo cual se anticipa una política muy agresiva en todos los ámbitos.

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