Y llegará el nuevo Embajador

Con una mayoría de apenas 49 votos a favor y 46 en contra, Ronald Douglas Johnson fue confirmado por el Senado estadounidense como Embajador de Estados Unidos en México, quedando pendiente el arribo a nuestro país del primer embajador estadounidense sin carrera política y apenas dos años de experiencia como diplomático, pero con amplia carrera como boina verde del Ejército y en la CIA.

Mejor conocido como Ron Johnson, el coronel retirado llegará a México en próximos días, manteniéndose vigentes las versiones de que la administración Trump contempla operativos encubiertos y ataques con drones contra las organizaciones de narcotraficantes, ahora ya clasificadas como terroristas. De lo visto, el tema arancelario seguirá manejandose directamente en Washington.

A pesar el rechazo la presidenta Claudia Sheinbaum una intervención de este tipo, se volvió a abrir la cooperación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad, desde los encuentros entre funcionarios de alto nivel, hasta las aeronaves de inteligencia estadounidenses sobrevolando el territorio nacional, con el visto bueno reconocido por el secretario de la Defensa. De lo que se trata es de no dar motivos para que la falta de colaboración sea pretexto para medidas extremas, aunque da la impresión de que no se trata de que suceda o no, sino de cuándo será y de cuántos operativos serán.

Se trata de escenarios muy complicados para la relación bilateral, donde lo que sucedió con Ismael Zambada García con Joe Biden como presidente sería nada a comparación de lo que pueda autorizar Donald Trump ya con todo el entramado legal de su parte para actuar extraterritorialmente. Sin embargo, las intervenciones extranjeras contra delincuentes podrían tener respaldo abierto de la población y hasta beneplácito de autoridades favorables a medidas drásticas para combatir a organizaciones criminales generadoras de una violencia que no ha parado.

El mínimo antecedente de Ron Johnson como diplomático es su paso como Embajador en El Salvador en el primer periodo de Trump, coincidiendo con la llegada de Nayib Bukele a la presidencia en 2019. La relación fue tan buena, que en el segundo periodo trumpista, Bukele ofreció el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la famosa cárcel de máxima seguridad salvadoreña, para recibir a cuanto deportado le envía Estados Unidos, con o sin acusaciones penales, y hasta enviados por error, a cambio de un beneficio económico. Sheinbaum no es Bukele, pero se abre la incógnita de cómo será la relación de ella con el nuevo embajador.

Suena Alicia Bárcena para la ONU

Desde hace varios años se ha barajado el nombre de Alicia Bárcena como posible candidata para presidir la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y, hoy, esa versión cobra fuerza de nuevo para 2026.

Lo anterior salió nuevamente a colación a raíz de que en la cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se señaló la relevancia de que una mujer ocupe la titularidad de Naciones Unidas.

Esa posibilidad también la señala una amplia entrevista que publicó el pasado jueves la revista estadounidense Wired, la cual habla de las virtudes de la ex canciller, quien ya ha ocupado puestos relevantes en Naciones Unidas.

Como lo señala Wired, la actual secretaria del Medio Ambiente ya cuenta con una importante trayectoria en ese organismo, ya que de 1998 al 2000 fue coordinadora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y en 2006, se desempeñó como jefa de gabinete del entonces secretario general, Kofi Annan.

Durante su paso como canciller, participó en la Cumbre del Futuro de la Asamblea General de la ONU, donde planteó la necesidad de “acelerar el avance hacia la igualdad de género sustantiva y repensar modelos de desarrollo que eliminen privilegios”.

Hoy, a decir de la propia titular de SEMARNAT y excandidata para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es necesaria una reforma del Sistema de Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad para ajustarlos a la realidad geopolítica global.

Por lo visto, la diplomacia es el fuerte de Alicia Bárcena y no dudemos que, en los próximos meses, esa versión pueda tomar impulso. Ojalá en el futuro próximo podamos ver a una mexicana encabezar los esfuerzos mundiales por mantener la paz y la seguridad internacional.

Una broma en la historia de la economía mundial

Es un choque de gigantes entre los que no puede haber un vencedor. La obsesión de Donald Trump por hacer pagar la osadía China de inundar de productos a la Unión Americana carece de toda razón, porque es la propia lógica de mercado de la sociedad estadounidense la que facilitó la llegada de mercancías de menor precio lo que, querámoslo o no, ha redundado en una mejora en la calidad de vida de los consumidores.

La guerra entre ambas potencias comerciales inició oficialmente en julio de 2018 cuando, durante su primer mandato, Donald Trump impuso aranceles de 25% a productos chinos por un valor de 34 mil millones de dólares, a lo que Pekín respondió con medidas compensatorias; en enero de 2020 la nación asiática se comprometió a comprar 200 mil millones de dólares más de bienes estadounidenses, sin embargo, la pandemia propicio el incumplimiento del acuerdo.

La imposición de aranceles en 145% decretada el jueves pasado por Donald Trump rompió con toda idea de lo sensato, a lo que Pekín respondió, por una última vez, anunciando tasas impositivas de 125%. Palabras más, palabras menos, China pondría fin al comercio con la nación norteamericana simple y sencillamente porque ya no habría consumidores dispuestos a pagar por el costo de las mercancias.

Estados Unidos vende a China productos agropecuarios como la soya (principal exportación), maíz, carne de cerdo, pero también petróleo, carbón y maquinaria industrial. Por su parte China exporta a la Unión Americana ropa y calzado, electrodomésticos, herramientas, pero en donde más va a impactar en el bolsillo de los consumidores estadounidenses es en el sector tecnológico, ya que China envía millones de teléfonos celulares a Estados Unidos, la empresa Apple será una de las principales afectadas porque muchos de sus segmentos se ensamblan en China.

Con su falta de templanza, Trump deja en un estado de indefensión a millares de productores locales que tendrán que colocar rápidamente sus productos en otros mercados, particularmente en lo que se refiere a los perecederos. Con la subida de los precios, los consumidores, particularmente los estadounidenses, verán mermado su estándar de vida. Se habrán de reconfigurar las cadenas de suministro pero, sobre todo, el mundo habrá de quedar sumido definitivamente en la incertidumbre sin importar que las partes den marcha atrás en sus determinaciones.

El mundo se encuentra atento a lo que pudiera ocurrir. Parafraseando al Ministerio de Economía chino, ojalá que en algún momento, no lejano, recordemos este evento como “una broma en la historia de la economía mundial”.

Síguenos en Google Noticias para mantenerte informado

Related posts

¿Por qué todos los días deben ser el día de la Tierra?

México y su particular turismo de aventura

Francisco: adiós a la voz de los olvidados