La industria de la salud, atascada en el tiempo
La industria de la salud sigue rezagada, utilizando sistemas obsoletos mientras otros sectores avanzan con tecnologías disruptivas.
Por Julián Ríos Cantú
No hay duda que vivimos en una era de avances tecnológicos vertiginosos. La inteligencia artificial, la realidad aumentada y la biotecnología están transformando sectores enteros, desde la automoción hasta el entretenimiento. Casi ninguno se salva. Sin embargo, hay un gigante en nuestra sociedad que parece haberse quedado atascado en el tiempo: la industria de la salud.
Un sector que, desde mi punto de vista debería ser prioridad y estar a la vanguardia de la innovación, pero no es así. El rubro médico y de la salud continúa trabajando mayormente con tecnología y sistemas que datan de la década de 1980, de acuerdo a un estudio de la consultora internacional Deloitte.
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Pensemos por un momento en esa imagen que ya nos es habitual y a la que nos hemos acostumbrado (tristemente), de hospitales y consultorios llenos de sistemas arcaicos y procedimientos burocráticos. Estarán de acuerdo conmigo que no se trata de una cuestión de percepción, sino de una realidad palpable.
Yo lo veo de la siguiente manera, casi como si de una norma se tratase: mientras otros sectores adoptan nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y la experiencia del usuario, la salud parece resistirse a este cambio. Softwares que llevan décadas sin actualizaciones significativas, sistemas de gestión de pacientes obsoletos y una falta generalizada de integración tecnológica.
Reflexionaba hace poco sobre un informe del Instituto de Medicina de EE.UU., que señala que los médicos pasan aproximadamente el 30 por ciento de su tiempo lidiando con sistemas anticuados, en lugar de atender a los pacientes. ¿No les parece una cantidad de tiempo excesiva? Esto en nuestro vecino país del norte, ahora imaginen el impacto que genera la llegada tardía de tecnologías a América Latina. Un gris panorama para la zona y para México.
Y desde mi perspectiva, el problema no radica únicamente en la tecnología. Creo que los proveedores de servicios y productos de salud han adoptado una mentalidad de explotación máxima, y se han enfocado más en extraer el máximo beneficio de sus clientes que en invertir en innovación. ¡Y vaya que esta es una gran área de oportunidad!
Y lo vemos habitualmente: las necesidades del paciente y del personal médico, quienes deberían ser el centro de la industria, son relegadas a un segundo plano. Y en lugar de desarrollar productos y servicios para solventar necesidades reales, el pan de cada día son obstáculos con los que todos los días deben lidiar y que se interponen en la misión de brindar una mejor salud a todos.
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Creo que la falta de tecnología actualizada y sistemas integrados tiene un impacto directo en la eficiencia y calidad del cuidado de los pacientes. Por ejemplo, leía un estudio de la revista “Health Affairs” que dice que los errores médicos, muchos de los cuales pueden ser atribuidos a sistemas obsoletos, son la tercera causa principal de muerte en los Estados Unidos. Ni qué decir de México y América Latina.
Opino que es momento de desafiar al status quo. La salud no puede seguir siendo la excepción en una era de avances tecnológicos sin precedentes. Necesitamos una revolución que ponga a los pacientes y a los profesionales de la salud en el centro, como debe de ser. Los proveedores deben asumir la responsabilidad de liderar la innovación, desarrollando productos y servicios que no solo respondan a las necesidades actuales, sino que también anticipen los futuros desafíos.
Y no es utópico pensar en un sistema de salud donde la tecnología esté al servicio de permitir diagnósticos más rápidos y precisos, es posible; médicos radiólogos que no deban luchar con sistemas, sino que sean apoyados para ver lo que antes era invisible, aumentar su productividad e invertir el tiempo donde realmente se necesita: en la atención del paciente. Uno donde los expedientes clínicos estén centralizados, digitalizados y accesibles de manera segura y eficiente desde cualquier lugar.
La mediocridad no puede seguir siendo la norma. Creo que es hora de retar lo establecido, rechazar la medianía que hoy predomina y exigir una excelencia sin precedentes. Solo así podremos construir un sistema de salud que realmente cumpla con su propósito fundamental: procurar la labor sagrada de cuidar la vida de millones.
La revolución tecnológica en la salud no solo es necesaria, es inevitable.
Julián Ríos Cantú es CEO y cofundador de la compañía de radiología de punta Eden. Es el mexicano más joven en ser galardonado con la Medalla Presidencial por Innovación y Tecnología, y primero en obtener el Global Entrepreneur Award de EO.