La participación de las mujeres en distintas industrias y sectores, aún es poca comparada con el género masculino. De acuerdo con el estudio de Transparencia de Datos de Género del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), realizado a 157 empresas; el sector financiero mexicano, aún se encuentra lejos de alcanzar la paridad, esto, debido a que únicamente el 8% de las direcciones de finanzas son ocupadas por mujeres.
En este sentido, lograr la paridad de género en los distintos ámbitos, no solo beneficia a las mujeres y a la sociedad en general, también favorece el desarrollo económico de las naciones. Según el Foro Económico Mundial (WEF), se estima que cerrar la brecha económica de género podría aumentar el producto interno bruto mundial en 28 billones de dólares para el 2025.
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Brecha salarial
Para lograr que la igualdad entre mujeres y hombres sea una realidad es necesario que los gobiernos, instituciones y la sociedad impulsen iniciativas de paridad de género, que permitan acelerar la integración igualitaria de las mujeres en el mercado laboral y reducir la brecha salarial.
Datos publicados por Statista muestran que en el primer trimestre de 2022, la brecha salarial entre mujeres y hombres fue del 13.6%; es decir que por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer percibe 86.4 pesos, realizando el mismo trabajo.
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Participación en los negocios
Asimismo, la participación femenina en los negocios continúa siendo reducida comparada con la de los hombres. A pesar de que más mujeres ingresan a los programas de MBA para tener una mayor preparación, (en 2021 el 41% de candidatos en Estados Unidos fueron mujeres), el crecimiento profesional posterior y los aumentos salariales que perciben las mujeres siguen siendo inferiores comparados con los hombres.
De acuerdo con Thomas Guy Scott, director ejecutivo de Tide Changer Consulting e investigador doctoral en la Universidad de Bath, Reino Unido; “históricamente, el programa central de los MBAs se ha enfocado en habilidades masculinas, incluso hasta hace algunas décadas dicho posgrado se consideraba un pase directo a Wall-Street o al mundo de la consultoría, ambas industrias con una representación femenina menor al 20% en posiciones de alta dirección”.
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Sin embargo, actualmente, las empresas requieren de la inclusión e igualdad de género, por lo que resulta necesario enfocarse en otras asignaturas como el comportamiento organizacional y la ética.
Si bien, los programas de negocios se han esforzado por incluir asignaturas más diversas e inclusivas que permitan el desarrollo de las mujeres en posiciones de liderazgo; cuando revisamos los salarios que perciben las mujeres que cursaron un posgrado, estos siguen estando 8% por debajo de sus contrapartes masculinas.
Lo anterior refleja que ha habido importantes avances en este tema, no obstante, los esfuerzos para reducir la brecha salarial no han sido suficientes, ya que hasta hace 10 años, la brecha ascendía a por lo menos el 15% de diferencia.
Brecha salarial frena equidad de género
Cambios en la cultura organizacional
El especialista señala que al comparar la brecha salarial del 8% que hay entre las mujeres que tienen maestrías, frente al casi 14% de diferencia que existe en el salario que perciben las mujeres en México, se evidencia claramente que quienes tienen una mayor preparación académica no solo acceden a puestos de trabajo mejor remunerados, sino también a posiciones de liderazgo donde es posible hacer cambios culturales.
Según Guy Scott, el porcentaje de mujeres CEO en las empresas S&P500 ha crecido de 0 a 6% en 50 años. Actualmente existen 33 mujeres CEO que lideran empresas muy poderosas y al menos 40% de ellas cuentan con un MBA.
“Dichas compañías hoy tienen una cultura de mayor paridad y cuentan con programas especiales para talento femenino, asimismo, sus líderes han sido activas impulsoras de las mujeres en los negocios. No obstante, el hecho de que incremente el porcentaje de la representación femenina en los negocios no significa que haya una mayor inclusión”.
Empoderamiento femenino
De igual manera, el especialista destaca que a pesar de que las escuelas de negocio y las empresas han avanzado hacia la igualdad de género, es necesario un cambio cultural y social que permita un mayor empoderamiento femenino.
“En mi experiencia coacheando mujeres para entrar a los mejores MBAs del mundo, les cuesta trabajo usar verbos de poder o resaltar los logros de su carrera profesional, a pesar de que algunas de ellas están mejor preparadas y con una mejor trayectoria que sus pares masculinos”.
Asimismo, refiere que una vez que las mujeres están dentro del programa de posgrado, se dan cuenta de que pasaron por las mismas pruebas y el mismo proceso de selección que los hombres, y es entonces que se empoderan y crean redes de apoyo para ayudar a otras mujeres a financiar sus maestrías, a fin de lograr la equidad en el mundo de los negocios.
En el caso de las mujeres latinas, esta falta de confianza en sus capacidades se acentúa aún más debido a cuestiones culturales, donde las aptitudes de liderazgo femenino son vistas negativamente, por lo que es necesario hacer un cambio de mentalidad hacia la manera en que las mujeres se perciben a sí mismas.
Finalmente, es importante mencionar que conforme las mujeres vayan ganando terreno en la Alta Dirección y se reconozca su valor dentro de las organizaciones, su presencia en posiciones directivas será un activo estratégico en términos de talento y un acelerador para el futuro de los negocios y del país.