El gasto producido por la inacción ante el impacto del hambre y la malnutrición en la región de América Latina y el Caribe representa en promedio un 6.4% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región.
Así lo evidencia el nuevo informe “Financiamiento para la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe”, realizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en conjunto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
El reporte advierte que los costos de no combatir el hambre y la malnutrición pueden llegar a ser más altos que los generados para garantizar la seguridad alimentaria y una mejor nutrición entre la población.
Según el informe, el costo promedio para cerrar la brecha de ingresos con transferencias para el acceso a dietas saludables es del 1.5 % del PIB, sin incluir los relacionados con la gestión e implementación de programas.
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Financiamiento para la seguridad alimentaria
El informe identifica diferentes tipos de financiamiento para la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe y su relación en el PIB regional:
1. El financiamiento del consumo y la producción de alimentos
2. El gasto público relacionado a gastos agropecuarios y de protección social
3. Los flujos internacionales de desarrollo
4. El financiamiento proveniente del sistema bancario y los mercados de capitales
Hambre e inseguridad alimentaria
De igual manera, la investigación refiere que de acuerdo con el Panorama de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en América Latina y el Caribe 2023; el hambre afectó a 9.1 millones de personas en México y Centroamérica; mientras que en América del Sur la cifra fue de 26.8 millones, y en el Caribe de 7.2 millones de personas padecen hambre.
Por otra parte, en México y Centroamérica, la inseguridad alimentaria moderada o grave fue del 34.5%, y del 36.4% en América del Sur y 60.6% en el Caribe.
Acceso a una dieta saludable
En cuanto al costo y asequibilidad de una dieta saludable, el Caribe muestra un costo de 4.41 dólares diarios por persona, seguidos de América del Sur con 3.82 dólares, y México y Centroamérica con 3.63 dólares.
Debido a lo anterior, el 57% de la población del Caribe no pudo acceder a una dieta saludable debido a su alto costo; en tanto que en México y Centroamérica la cifra es del 22.2%, y en América del Sur del 20.6 por ciento.
Acciones para reducir la inseguridad alimentaria y la malnutrición
Por otra parte, la publicación destaca la importancia de invertir en la agricultura y la necesidad de realizar otras intervenciones para reducir la inseguridad alimentaria, el hambre y la malnutrición, evidenciando que el problema principal no proviene de la escasez de alimentos, sino de la falta de acceso físico y económico, especialmente en zonas rurales pobres y con poblaciones vulnerables.
En este contexto, Mario Lubetkin, Subdirector General y Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe señaló que “alinear las políticas sociales, económicas y comerciales y los objetivos de mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe es fundamental, más aún cuando el gasto en alimentos representa el 22% del PIB regional”.
Lubetkin enfatizó, que las intervenciones integrales que aborden los ingresos y el acceso a alimentos nutritivos, las preferencias de los consumidores y las regulaciones sobre etiquetado frontal nutricional de alimentos, así como el apoyo a la agricultura familiar mediante sistemas de compras públicas pueden contribuir a fortalecer los sistemas agroalimentarios y el acceso equitativo a dietas saludables.
Hambre y pobreza extrema
Por su parte, el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, indicó que “la incidencia de la pobreza extrema en la región fue de 11.4% en 2023, según estimaciones de la CEPAL, lo que significa que más de 70 millones de personas en la región no tienen ingresos suficientes para adquirir una canasta básica de alimentos”.
Resaltó que esa incidencia es más alta entre las mujeres, la población indígena y las personas que viven en zonas rurales. Por ello, dijo, es imperativo fomentar políticas públicas inclusivas y promover una mejor focalización del gasto público, capaz de impactar directamente a las poblaciones en situación de vulnerabilidad.
37% de mujeres en México viven en situación de pobreza
“En la actualidad, más de la mitad del total de las transferencias monetarias en América Latina y el Caribe se destinan a hogares con ingresos per cápita superiores a la línea de pobreza”, destacó Salazar-Xirinachs.
La directora regional de WFP para América Latina y el Caribe, Lola Castro, mencionó que la falta de ingresos para acceder a una dieta saludable y nutritiva está entre las principales causas del hambre y la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe. Además, aseguró que la región “tiene la dieta saludable más cara del mundo”.
Finalmente, el director deneral del IICA, Manuel Otero, indicó que “la tarea que tenemos por delante ahora es realizar a nivel de país análisis similares en el contexto de planes y programas integrales para el fortalecimiento y mejora de los sistemas alimentarios, operacionalizando los objetivos, instrumentos e institucionalidad, con una clara estimación de costos y, por supuesto, su financiamiento, tomando una visión amplia de los seis flujos financieros principales, como se plantea en el documento”.