Desde su llegada al ecosistema de pagos en México, en 2014, los agregadores de pagos, representados por empresas como PayPal, Clip y Mercado Pago, han impulsado una profunda transformación en la forma de realizar transacciones con tarjetas. Lo que podría parecer un simple incremento en el número de terminales punto de venta (TPVs) ha desencadenado un ciclo virtuoso que ha beneficiado a todo el sistema financiero.
Antes de la irrupción de los agregadores, los pagos con tarjeta eran dominados por los bancos, con un crecimiento modesto en el número de TPVs. Desde 2016, el número de TPVs proporcionadas por los agregadores ha crecido más del 1,260%, alcanzando los 3.57 millones en 2022. Este crecimiento ha extendido la cobertura de pagos con tarjeta y ha promovido una mayor inclusión financiera al facilitar el acceso a terminales de pago en comercios previamente desatendidos.
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El impacto de los agregadores va más allá de las cifras. Al introducir terminales en una amplia variedad de comercios, han incrementado la aceptación de tarjetas, lo que ha fomentado un mayor uso de estos medios de pago entre los consumidores. Este aumento en la transaccionalidad ha beneficiado tanto a los comercios como a los consumidores, ofreciendo una forma de pago más conveniente y segura.