Si deseamos hablar de garantizar el abasto de alimentos para la creciente población mundial, incluyendo la de nuestro país, tenemos que ser más productivos por unidad de superficie; por unidad animal, así como por metro cúbico de agua que utilicemos; en pocas palabras, el cómo hacemos más con menos.
La población mundial sigue creciendo y se estima que, en 27 años, para el 2050, seamos casi 10 mil millones de habitantes y en México poco más de 150 millones, una población para la cual, además de tenerle que cubrir sus grandes necesidades de productos y servicios, habrá que alimentar y hacerlo de una manera sana y nutritiva; es por ello, que debemos de prever el aumentar de la producción de alimentos para atender su creciente demanda.
A través del tiempo, la ciencia y la innovación tecnológica han sido clave para aumentar la producción de alimentos a nivel mundial y poder evitar catástrofes de hambrunas y la muerte de muchas personas; ejemplo de ello, fue el desarrollo de variedades de trigo, mediante el mejoramiento genético, que realizó el Dr. Norman Borlaug, Padre de la Revolución Verde, quien evitó el hambre de millones de personas.
Hoy, enfrentamos el reto de la escasez de recursos naturales: del agua; la degradación de los suelos, y los impactos del cambio climático derivados del calentamiento global, que ponen en riesgo la producción mundial de alimentos. Lo que tenemos que hacer es ser más productivos y además hacerlo de manera más eficiente y sostenible; el ver cómo podemos atender las necesidades actuales de la población, sin comprometer el futuro de las próximas generaciones.
Hay grandes avances en la investigación y el desarrollo tecnológico; hoy podemos ver como a través del mejoramiento genético se pueden tener cultivos más productivos; resistentes a condiciones adversas; incluso, en algunos casos, resistentes a ciertas plagas y enfermedades, a la vez que se mejoran las características nutricionales de las propias cosechas o productos. Lo mismo está sucediendo en el sector pecuario, en donde el mejoramiento genético permite poder tener características más deseables; de mayor productividad; de uso más eficiente de los recursos, y también de mayor resistencia a algunas enfermedades.
También tenemos los avances en cuanto al uso eficiente del agua, con sistemas de riego presurizados, cuya eficiencia puede ser mayor a un 90%, y a través de estos sistemas incluso se pueden suministrar de manera más adecuada las dosis de nutrientes y otros productos, así como evitar pérdidas.
Cada vez más la agricultura inteligente y la agricultura de precisión juegan un papel preponderante en la producción más eficiente y sustentable, en donde podemos predecir condiciones que puedan provocar ciertas enfermedades o la presencia de ciertas plagas que pueden dañar el desarrollo de los cultivos. Existe la información satelital; las predicciones del clima, y los drones que nos pueden dar información sobre las características del suelo y de los cultivos, para poder tomar decisiones en tiempo y forma para corregir deficiencias que se puedan estar presentando.
Hoy se cuenta con maquinaria muy especializada y sofisticada para la producción de alimentos; sembradoras de precisión, que aplican la cantidad exacta de semillas que se requieren; la fertilización que se necesite, así como hacer un uso más eficiente de los plaguicidas o productos para la producción de cultivos, utilizándolos en cantidades exactas y solamente en los lugares o partes donde es necesario.
La agricultura protegida en muchos de los casos utiliza la más alta tecnología para la producción agroalimentaria, en donde se puede tener un control de la temperatura; de la humedad, así como de la luminosidad, bajo las condiciones óptimas que requieran los cultivos.
También ya se está utilizando la maquinaria para la cosecha o recolección; para la selección, y el empaque, que garantice una mayor calidad de los productos; incluso ya en algunos casos, se está aplicando la robótica para este fin.
Es un hecho que la demanda de alimentos es y seguirá siendo creciente; el reto es aumentar la productividad; es garantizar el abasto de alimentos a la creciente población; que estos sean nutritivos, saludables y que hayan sido producidos de manera sustentable.
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