Es indignante la manera en que las notas periodísticas se refieren a Andrés Roemer en relación a su formación o su actividad profesional.
Andrés Isaac Roemer Slomiansky no es un diplomático solo por el hecho de haber sido un cónsul en San Francisco, impuesto por su padrino entonces, Ricardo Salinas Pliego, quien lo encumbró a través de distintas iniciativas, una de ellas, la Ciudad de las Ideas, un negocio disfrazado de foro disruptivo parecido entre un Ted Talk y una clase de Singularity University.
Tampoco es diplomático por haber sido “exiliado” a ser representante en la UNESCO pues provocaba un dolor de cabeza donde quiera que se le pusiera. Intentó, con todos sus recursos, llegar a la embajada de México en Francia, pero le alcanzó para estar en París y atender a los deseos e intereses de Israel.
Andrés Isaac Roemer tampoco es escritor por haber publicado alguno que otro ensayo, sin importancia, producto de su imaginación y su capacidad para hacer suyas las ideas de los demás, sin mencionar el séquito de alumnas y alumnos que utilizó a lo largo de su carrera para obligarlos a escribir y a trabajar para él de manera gratuita.
Andrés Isaac no es un catedrático por haber dado clases en el ITAM, quienes tuvieron el infortunio de encontrárselo entre sus profesores saben la clase de persona que es, que no daba clases, sino aprovechaba el foro para reclutar gente para sus propios proyectos e intereses.
Andrés es un granuja, es un asaltante sexual disfrazado de lo que sea necesario, de analista, de político, de diplomático, de escritor, de artista o de payaso para cumplir sus perversiones.
Luego de años y años de abusos, Roemer está a punto de enfrentar a la justicia, pero siempre con alevosía, con prepotencia y con ayuda, esa misma ayuda que ha recibido siempre y a la que no le debe más que una gran disculpa y su silencio.
Cuidado, pues ahora que se encuentra acorralado, estará haciendo cuentas para ver cómo cobra el favor de su secrecía, pues se trata de un animal rabioso al que no se le puede siquiera reprender, sino enjaular.
Viviendo bajo el mundo feliz de las remesas
Feliz como si se tratara de un logro de su administración y no como un fracaso de una política económica que expulsa a miles de mexicanos para buscarse la vida al otro lado de la frontera, el presidente Andrés Manuel López Obrador presume las remesas. Con una sonrisa y sin ningún empacho dice que “vamos bien” cuando es gracias a la buena marcha de la economía del país vecino y no por obra de su administración que millones de nacionales no hayan rebasado la línea de la pobreza extrema.
Aunque la cifra es alta, hablamos de una cantidad que supera los 5 mil 563 millones de dólares, los números suelen ser relativos cuando se les interpreta a la luz de la realidad. Lo cierto es que, pese al esfuerzo extra desplegado por nuestros connacionales, sus destinatarios recibieron 12.6% menos que en agosto del año pasado debido a la apreciación del peso y la inflación.
De esta manera se hilaron seis meses en que el envío de remesas supera los 5 mil millones de dólares que todavía es mucho dinero, sin embargo, de acuerdo al Banco de México, el flujo anual empieza a mostrar una desaceleración consistente lo que al paso del tiempo podría representar una baja, particularmente si en Estados Unidos se contrae el sector hipotecario, dado que la mayoría de nuestros “paisanos” se desempeñan dentro del sector de la construcción.
El presidente tiene buenas razones para aplaudir, pese a la crisis derivada del covid-19, le tocó atravesar por un periodo en el que millones de mexicanos en el extranjero le hicieron la “chamba” dados los pocos apoyos que se otorgaron para sacar adelante al país cuando más lo necesitaba, bajo la justificación de no endeudar al país, un argumento falaz a la luz del propuesto paquete presupuestal para el próximo año.
Como ya es característico, al final el presidente habrá de lavarse las manos para entregarle la bomba de tiempo a su sucesor, y es que un país que es incapaz de generar sus propios empleos y depende como el nuestro de un tercero, inevitablemente estará condenado al fracaso. De acuerdo al Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), en México 4.9 millones de hogares y 11.1% de adultos reciben remesas, hablamos del 12% de la población económicamente activa, una cifra que nos arrebata la posibilidad de construir nuestro propio destino.
Es una buena noticia que tantas familias tengan la posibilidad de mantener su nivel de vida aún en un entorno tan complicado, bueno que todo ese dinero ingrese al país de manera legal, pero tendríamos que empezar a verlo como una opción transitoria, no sea que nos vaya a ocurrir como con el petróleo del que alguna vez pensamos que sería eterno.
Vales de despensa, prestación apreciada
76% recomendaría su lugar de trabajo a otros debido a beneficios adicionales con que cuentan, como vales de despensa y de gasolina, seguros, atención médica y sicológica, entre otros, de acuerdo a encuesta realizada por la Asociación Mexicana de Empresas de Capital Humano (AMECH). Asimismo, minu, la plataforma de beneficios líder en retención de talento, encontró que entre sus usuarios, una de las prestaciones más apreciadas son los vales de despensa, con 40% de las menciones, sólo detrás de la caja de ahorro y préstamo con 47%.
“Los vales de despensa en México representan una herramienta significativa tanto para empleadores como para colaboradores. Su correcta gestión no solo contribuye al bienestar financiero de los trabajadores, sino en su satisfacción laboral en general”, comentó Nima Pourshasb, CEO y cofundador de minu. “Al entender y aprovechar plenamente las regulaciones fiscales, una planificación financiera adecuada, y mantener una transparencia en el uso de estos beneficios, las empresas pueden no sólo cumplir con sus obligaciones de ley, sino también generar un ambiente laboral más positivo y retener a su talento”, señaló.
Los beneficios son muchos, tanto para empresas como colaboradores. Según la legislación vigente, los empleadores pueden otorgar hasta el 40% del salario mínimo diario de la zona geográfica del colaborador a manera de vales de despensa exentos de impuestos. Asimismo, se estima que entre 62 y 73% de los vales de despensa se destina a adquirir alimentos básicos aunque su alcance es amplio y, con una planificación financiera adecuada, se pueden realizar compras en tiendas departamentales y farmacias, electrodomésticos, reparaciones de la casa y hasta compras en línea.
minu colabora con más de 700 empresas en México, beneficiando a más de 500 mil colaboradores que utilizan la App de minu con más de 45 beneficios entre los que se encuentran: vales de despensa y gasolina, telemedicina, caja de ahorro, salario on-demand o educación financiera.