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WeWork, la quiebra vertiginosa

by El Consejero
WeWork a la bancarrota, pero no en Latam

Finalmente, WeWork optó por declararse en quiebra para sobrevivir. Parece lejano el año de 2019 cuando la empresa de renta de espacios para oficinas y co-working estuvo valorada en 47 mil millones de dólares y fue considerada la startup más valiosa de Estados Unidos. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo. Ahora, en menos de cinco años, tiene que acogerse al famoso Capítulo 11. 

La bancarrota no fue novedad, tanto que desde hace más de un año hay un podcast y una miniserie sobre la historia de la startup cuyo título lo dice todo: “WeCrashed”. Lo que faltaba era saber cuándo se formalizaría, lo que sucedió el lunes pasado, con el objetivo de reestructurarse. La situación era insostenible: el pago de rentas e intereses representaban el 80% de los ingresos anuales de la empresa en el primer trimestre de este año; cuenta con numerosas oficinas no rentables a lo que se agrega que tiene cientos de contratos de arrendamiento por varios años.

WeWork aplicó la estrategia de expansión rápida que a otras startups les funcionó para ajustar el mercado de oficinas y desplazar a incipientes competidores. La idea visionaria de Adam Neumann se estrelló contra la pandemia, cuando la demanda de sus espacios cayó y la empresa comenzó a batallar para pagar el alquiler de las oficinas, a lo que se sumó un derroche de dinero de inversores y prestamistas durante los años en que nadie vio venir el covid-19. La baja ocupación de sus espacios se mantuvo y los alquileres seguían siendo numerosos a pesar del recorte paulatino que tuvieron.

La quiebra sólo afecta a WeWork en Estados Unidos y Canadá. En el caso de México, Brasil, Argentina, Chile y Colombia no ve afectada su operación, pues es un negocio conjunto donde SoftBank Latin American Fund tiene una participación mayoritaria y en el mercado latinoamericano sigue reportando incremento en sus ingresos.

La idea de los espacios de co-working llegaron para quedarse, WeWork sobrevivirá, pero ya no será aquel emprendimiento prometedor de una marca que pintaba para sumarse entre los emporios estadounidenses a nivel mundial.

La Franja de Gaza y su trágico destino

Se cumple un mes de que Israel ordenara un asedio completo contra la Franja de Gaza, sin alimentos, sin agua, sin electricidad, sin combustible, tras los ataques de Hamás a su territorio en el que fueron asesinadas mil 400 personas la mayoría de ellas judías.

Desde entonces la llamada ley del talión se ha elevado en una proporción de 8 contra 1 con más de 10 mil 500 palestinos muertos, de ellos 4 mil 325 niños que perdieron la vida sin entender el porqué de un conflicto que se ha prolongado ya durante tres cuartas partes de un siglo. Los bombardeos contra la Franja de Gaza no han cesado y se estima que aún pudiera haber centenares de personas bajo los escombros.

Hay una crisis humanitaria de inmensas proporciones con decenas de miles de palestinos huyendo hacia el sur, que se considera la zona más segura, mientras que los combates en las calles entre tropas israelíes y militantes de Hamás no han cesado. Algo va claramente mal cuando hay un número tan alto de civiles muertos, sentenció el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterrez, y es que se podrá argumentar lo que se quiera, pero ambas partes han violado todo principio humanitario cometiendo crímenes de guerra. Hamás primero por los ataque brutales del 7 de octubre, punto de partida del conflicto, así como la retención de rehenes y la utilización de ciudadanos palestinos como “escudos humanos”, mientras que Israel ha bombardeado indiscriminadamente zonas urbanas acusando que son refugio de militantes de Hamás y considerando a los civiles muertos como víctimas de guerra, además de atacar hospitales y convoyes con ayuda humanitaria.

Nadie sabe en realidad lo que está ocurriendo al interior de la Franja de Gaza salvo por los partes de ambos bandos. La presencia de medios de comunicación está desautorizada y tampoco es que sean muchos los que quieran correr el riesgo de meterse en un campo minado. Cada cual con su narrativa, Israel asegura que el desplazamiento de palestinos hacia el sur es un signo de que Hamás perdió el control del norte de Gaza, Hamás, por su parte, afirma que son los asesinatos en masa los que están provocando el éxodo a lo que se supone son zonas más seguras.

En lo que si hay claridad es que la administración del primer ministro, Benjamín Netanyahu, no permitirá pausas humanitarias significativas como lo pidió su par canadiense, Justin Trudeau o como lo esta tratando de negociar Qatar a cambio de la liberación de algunos rehenes. El futuro político de Netanyahu se encuentra encadenado a la destrucción completa de Hamás y es más fácil que “queme las naves” antes de poner en riesgo su operación militar.

Por lo pronto se anticipa ya una disyuntiva entre Israel y Estados Unidos, aliados incondicionales en Medio Oriente, una vez que finalicen los combates. Mientras el premier judío ya adelantó que su país asumirá la “responsabilidad global de la seguridad en Gaza” y descartó un cese el fuego general; al hablar en un encuentro de cancilleres del G-7, el secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, declaró que su país está en contra de la ocupación israelí de la Franja de Gaza, como ya ocurrió entre 1967 y el 2005; la bloqueé, que pretenda reducir su territorio o bien que su población se vea obligada a desplazarse. La solución para la administración Biden tendría que pasar por la unificación de Gaza y Cisjordania bajo un gobierno encabezado por la Autoridad Palestina, algo inaceptable para Netanyahu.

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