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La desinformación por IA como riesgo global

Por: El Consejero 18 julio 2024
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La desinformación por IA como riesgo global

Como cada año, el Foro Económico Mundial publicó su Reporte de Riesgos Globales 2024. Fluctuando en la jerarquización, la mayoría de los riesgos se mantienen, […]

Como cada año, el Foro Económico Mundial publicó su Reporte de Riesgos Globales 2024. Fluctuando en la jerarquización, la mayoría de los riesgos se mantienen, ocupando el primer lugar este año el clima extremo, señalado por 66% de los encuestados como el principal riesgo de este año, dadas las altas temperaturas, sequías, incendios e inundaciones registrados año con año.

La novedad está en el segundo lugar, con un riesgo de reciente: la desinformación y la información errónea generadas por Inteligencia Artificial (IA). El problema de distinguir entre noticias e información verdadera de la falsa se ha complicado cada vez más tanto por el avance tecnológico como por las variantes ilimitadas que aparecen a diario con información falsificada, como clonación de voz e imagen, o sitios de internet falsos; además de la falta de regulación que predomina.

Asimismo, el rápido ascenso de este riesgo contemplado este año también se debe a la preocupación que genera en torno a las elecciones de este año, entre ellas la de Estados Unidos. En el caso de las campañas en México se presentaron algunos casos, la mayoría material en audio o video con contenido falso, afortunadamente la mayoría de manera muy evidente y sin repercusiones.

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Este mal uso de la IA va ligado a otros riesgos como la polarización social y/o política (3º) al ser utilizada como una herramienta de ataque contra adversarios o de apoyo a los aliados, según sea el caso, o como parte de una estrategia en un conflicto armado, como se ha visto en la invasión rusa a Ucrania.

Probablemente resultado de una lenta recuperación económica, el riesgo relacionado con el costo de la vida pasó del primer lugar de 2023 al cuarto para este año, siendo un riesgo de mayor preocupación para los encuestados de 39 años o menos (55%), que para los mayores de esa edad, probablemente con más experiencia de tiempos de crisis.

Entre los primeros cinco riesgos, se mantienen los ciberataques, una de las amenazas que más preocupan a gobiernos e iniciativa privada, y que cada año cobran nuevas víctimas con robo de información y/o pérdidas millonarias.

El tren de las decepciones

Hará cosa de tres meses, el presidente Andrés Manuel López Obrador, declaraba que el Fondo de Pensiones para el Bienestar sería financiado en buena parte con los ingresos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y el Tren Maya objetivo que, por lo menos en el corto plazo, se vislumbra muy lejos de alcanzar debido a la pobre o nula rentabilidad de estas obras faraónicas que ya amenazan con trasmutar en elefantes blancos.

El Tren Maya parece seguir el mismo derrotero que el AIFA, un proyecto que tan sólo en 2023 generó perdidas por cerca de 400 millones de pesos en detrimento del patrimonio del pueblo sabio que se pudo haber beneficiado con un mayor número de becas, pensiones o mejores servicios de salud. Especialistas en el ramo estiman que el Tren Maya terminará costándole a los mexicanos arriba del medio billón de pesos, el triple de lo que se había presupuestado originalmente sin que los beneficios respondan a las expectativas que había generado la administración obradorista a inicios de su mandato.

Los pobres resultados saltan a la vista. De acuerdo al director general del proyecto, el general Oscar David Lozano, desde el 15 de diciembre se han movilizado 250 mil pasajeros a través de los 17 trenes operativos, hablamos de un promedio de mil 200 pasajeros diarios, contra los 22 mil que se anticipaba que utilizarían este medio de transporte. Las malas noticias no quedan ahí; solamente una quinta parte de los usuarios realizaron recorridos largos haciendo aún menor su rendimiento.

Ciertamente el presidente, con su característico optimismo, anunciaba hace poco más quince meses que el Tren Maya generaría utilidades hasta después de seis años, sólo que entonces estimaba que 75 trenes estarían operando con un pasaje de 300 a 500 pasajeros cada uno; bajo las condiciones actuales bien haría en ajustar sus apreciaciones.

Las obras del Tren Maya aún no han concluido, faltan dos tramos por terminar, uno que va de Playa del Carmen a Bacalar, pasando por Chetumal, y el segundo a inaugurarse en septiembre Bacalar, Calakamul hasta llegar a Escárcega, Campeche, de esta manera se finalizaría un circuito de mil 524 kilómetros y con él el primer capítulo sobre el nuevo boom ferroviario mismo que se continuará escribiendo durante la administración de Claudia Sheinbaum, pese a que no está sustentada la rentabilidad ferroviaria de este medio de transporte de pasajeros ni económica ni socialmente.

Buscando mejorar las condiciones económicas del sureste, pero de una forma atrabancada; sin un claro proyecto ejecutivo; en la más absoluta opacidad (decretando que la información del proyecto era un asunto de seguridad nacional) y una administración militar que no está capacitada en este tipo de actividades, se mira nebuloso el futuro de esta obra faraónica hija de la Cuarta Transformación. Y entonces uno se pregunta, ¿valió la pena el sacrificio de miles de hectáreas deforestadas? ¿Se justifica el impacto en el hábitat de las especies locales? ¿El daño incuantificable al sistema de cenotes que siguen contaminándose debido a la impericia de los ingenieros? ¿Cambió para bien la realidad de los habitantes de la zona? Muchas preguntas que sólo el tiempo habrá de responder.

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