Aburto a las puertas de la libertad

Difícilmente se llegará a aclarar algún día el artero asesinato de Luis Donaldo Colosio. Las causas siguen siendo un misterio, aunque muy pocos dudan que se trato de un crimen de Estado. Se antoja difícil de creer que un sociópata, que más tarde denunció haber declarado bajo tortura física y sicológica, hubiera actuado de manera autónoma, desafiando todos los cuerpos de seguridad que en ese momento protegían al candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional.

Este viernes el Primer Tribunal Colegiado de Apelación tendría que haber dado cumplimiento al amparo concedido a Mario Aburto Martínez, asesino confeso de Colosio, que dejo sin efecto la sentencia de 45 años de cárcel emitida en 1994, sin embargo, de último momento le concedió una prorroga de diez días adicionales contra los 90 días solicitados.

Las razones para la determinación pudieran parecer simplistas. Mario Aburto fue juzgado en su momento bajo el Código Penal Federal, cuando el privar de la vida a una persona correspondía al ámbito local, en ese caso el estado de Baja California, cuya pena máxima en 1994 era de 30 años mismos que se estarían cumpliendo en marzo del próximo año o antes si las autoridades dan fe del buen comportamiento del condenado durante su estancia en el centro penitenciario.

Hay que dejar en claro que la liberación de Aburto no sería una declaratoria de inocencia, sino más bien el ajuste de una sentencia acorde al delito que cometió y en el lugar de los hechos en el que este ocurrió.

Hasta ahora no se ha revelado ningún mecanismo que pudiera revertir la determinación del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, sin embargo, durante su conferencia matutina de este jueves, el presidente Andrés Manuel López Obrado, adelantó que pedirá a la Secretaría de Gobernación averiguar que esta sucediendo y, sin pronunciarse explícitamente sobre la liberación de Aburto, destacó que no se trató de un delito del orden común sino de un crimen de Estado.

El presidente salió así al paso de los señalamientos de algunos comentaristas que vinculan la excarcelación del asesino de Colosio a un posible juicio contra el expresidente Carlos Salinas de Gortari a quien presuntamente la Cuarta Transformación denunciaría por tortura, hecho que el propio López Obrador no solo desmintió sino que le envió un mensaje tranquilizador en el que de hasta licenciado lo trató.

30 años después lo más probable es que Mario Aburto salga libre, hace mucho tiempo Luis Donaldo Colosio Riojas lo perdonó e incluso lo colocó como una víctima más de los grupos de poder. Los familiares de Mario Aburto pidieron, sin respuesta, la intervención del presidente para reabrir el caso. Pero lo cierto es que a tres décadas, si López Obrador tuviera información “privilegiada”, ya hace tiempo que la hubiera hecho pública porque como él mismo dice, su pecho no es bodega de nadie.

Los “altibajos” de “Checo” Pérez

De acuerdo al Gobierno de la CDMX, el Gran Premio de la Ciudad de México 2022 dejará una derrama económica a la ciudad de más de 15 mil 500 millones de pesos, aproximadamente la misma cantidad estimada de hace un año, de los cuales el 77% corresponden a venta de boletos, cobertura, transmisión y medios. Uno de los grandes premios de F1 con los boletos más caros, por cierto.

Sergio “Checo” Pérez llega a la carrera de su país no en su mejor nivel y con altibajos, aunque con un nada despreciable segundo lugar en la tabla de pilotos, y como parte de la escudería campeona de constructores y de pilotos, por dos y tres años consecutivos respectivamente.

Prácticamente desde que llegó al Red Bull Racing hace casi tres años, han circulado opiniones a favor de la salida de “Checo” del equipo, las más recientes del piloto retirado Gerhard Berger y avaladas por el asesor de la escudería Helmut Marko, en el sentido de que necesita un coequipero al que pueda vencer, no como Max Verstappen, por lo que le conviene que busque otro equipo.

Lo cierto es que “Checo” Pérez representa para Red Bull un plus de ingresos en cuanto a publicidad corporativa y venta de souvenirs y utilitarios que no tiene ningún piloto de la Fórmula Uno, ni el campeón Verstappen. Según los datos, durante 2022, “Checo” le generó a Red Bull en los apartados de “valor social” alrededor de 33 millones de dólares, por encima de los 30 millones de su compañero holandés. Eso sin comparar los patrocinios individuales, teniendo el mexicano -además de Telmex, Claro y Telcel-, a Banorte, Jalisco, Kavak, Unicick, Mobil y Pemex.

Es decir, “Checo” Pérez es una marca que vale por sí misma y que, de no continuar en Red Bull, encontraría espacio seguro en una escudería de primer nivel, no sólo por su calidad como piloto, sino por su valor agregado. En la Fórmula Uno saben que el negocio del Gran Premio de México no sería el mismo sin “Checo” Pérez y, más que esperar a que se vaya, lo que quieren es ver a otro mexicano adentro.