Únete a nuestro canalCantinfleando la salud presidencial
A lo largo de la historia, el discurso o la narrativa gubernamental ha sido determinante en los regímenes de poder, sobre todo en los de estilos más dictatoriales.
Hace unos años, la Real Academia de la Lengua Española aceptó el término cantinflear, en alusión al célebre cómico mexicano Mario Moreno, entendiendo por ello la acción de hablar o actuar de forma disparatada e incongruente, sin decir nada con sustancia.
A lo largo de la historia, el discurso o la narrativa gubernamental ha sido determinante en los regímenes de poder, sobre todo en los de estilos más dictatoriales. La estrategia de adoctrinar a través de maniqueísmo y mentiras es casi un síntoma inequívoco de despotismo.
Y aunque pareciera que habíamos dejado atrás esa época, en los últimos años hemos tenido muchas muestras alrededor del mundo de gobiernos manipuladores. Cuba, Venezuela, Rusia o Estados Unidos.
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Esa práctica trasnochada, setentera, en blanco y negro -como la televisión de entonces-, es contraria a cualquier iniciativa de transparencia, de progreso o de modernización, previos a la equidad o al respeto de las minorías.
Mentir por mentir, ¿A quién le beneficia?, a nadie. Afecta a la reputación como gobierno, como país y como sociedad. Nadie empatiza con el enfermo, si acaso conmiserarse, pero no genera simpatía, pues al final, se trata de una vulnerabilidad.
Pero hay de enfermedades a enfermedades. Tener Covid por tercera ocasión es una torpeza, pero lo es más aún tener un cuarto o quinto infarto y hacer como si no pasara. Mentirnos, como presidente, es engañarnos, y las consecuencias que esto puede producir al país es una irresponsabilidad.
La polarización que ha alimentado este gobierno ha sacado lo peor de todos. Hay quienes se ilusionan con la muerte de López Obrador, y seguramente habrá quienes lo intenten canonizar o algo parecido. Lo cierto es que esta demagogia nos hace daño a todos.
Lucrando con la Benito Juárez
Luego de ser detenido en McAllen, Texas, fue deportado a México Christian Von Roehrich, hasta hace unos meses coordinador de la bancada del PAN en el Congreso de la CDMX, e identificado como la cabeza de una red de corrupción inmobiliaria que ha operado en la alcaldía Benito Juárez desde hace casi 10 años.
Apenas ingresado a México, le fue cumplimentada una orden de aprehensión por los delitos de uso ilegal de atribuciones y facultades cometidas por servidor público y asociación delictuosa.
Como jefe delegacional de Benito Juárez (2015-2018), Von Roehrich habría recibido dinero, departamentos y otros beneficios a cambio de permitir desarrollos inmobiliarios que incumplen con la normatividad.
De acuerdo a la Fiscalía capitalina, en la alcaldía hay más de 130 inmuebles que incurren en diversas irregularidades, algunas relacionadas con edificios dañados durante el terremoto de septiembre del 2017 y la explosión en un edificio en agosto del 2021.
Hasta el momento hay ocho de detenidos, como Von Roehrich, su hermana Sofía, funcionarios delegacionales y de la alcaldía, entre otros, además de cuatro prófugos.
El golpe ha hecho mella en un grupo político de PAN que ha mantenido la Benito Juárez como su botín político desde hace más de 20 años y que para 2024 buscaba la candidatura aliancista de jefe de Gobierno para uno de los suyos, en particular para Santiago Taboada, actual alcalde de BJ.
Cabe recordar que Benito Juárez es la única demarcación que, desde que se elige por voto popular al jefe delegacional y ahora al alcalde, se ha mantenido panista.
Si bien es clara la molestia del PAN de que se actúe contra las autoridades de una alcaldía blanquiazul, habiendo múltiples casos de corrupción con todo tipo de variantes en todas, el daño lo han focalizado en ese grupo político sin meter nadie las manos por el indefendible Von Roehrich.
Contrario al escenario presidencial, la baraja de la oposición en la Ciudad de México es amplia y variada, lo complicado para el PAN es que el grupo que ha lucrado con la alcaldía Benito Juárez acepte que su oportunidad está perdida y, si bien les va, tal vez conserven su querida BJ.
Joe Biden, su obsesión por mantenerse el poder
Pareciera una suerte de superstición. Joe Biden eligió este martes para anunciar sus intenciones de volver a contender por la Presidencia de los Estados Unidos, justo a cuatro años de que lo hiciera por primera vez, determinación que lo llevara a convertirse en el hombre más poderoso en la Unión Americana tras derrotar al mandatario en turno, Donald Trump.
Todo parece indicar que la apuesta de la Casa Blanca estará centrada justamente en que éste será de nueva cuenta el candidato republicano y en que se repetirá el épico encuentro del 2020, un controvertido proceso cuyos resultados fueron desconocidos por Trump quien aún hoy sigue acusando fraude.
Más allá de las apiraciones de uno y otro lado, lo cierto es que el anuncio le vino muy mal a la mayoría de los estadounidenses quienes consideraban que había llegado el momento de tener un relevo generacional y no un duelo entre dos hombres mayores (con toda la experiencia que estos puedan tener), quienes superarán por mucho los ochenta años al finalizar su segundo mandato.
En los hechos, de acuerdo a una encuesta de la cadena de televisión NBC el 70% de los participantes habían considerado que Biden no debería presentarse a un segundo mandato poniendo como desventaja su avanzada edad.
Ya una vez tomada la decisión serán muchos los retos que Biden habrá de enfrentar, quien durante su anunció dado a conocer en un video titulado “Terminemos el trabajo”, centró sus ataques en los extremistas llamados MAGA (Make America Great Again), el ultraconservador grupo de seguidores del magnate quienes están a favor de limitar las garantías individuales así como los derechos de las mujeres y quienes son férreos defensores del derecho a portar armas.
El panorama no es que sea precisamente halagüeño para el mandatario, quien ha realizado una labor mediocre durante lo que va su gestión y cuenta con un nivel de desaprobación de 57% de acuerdo a una encuesta presentada hace apenas dos semanas por la cadena CNN.
Si bien es cierto que tuvo que enfrentar un entorno complicado derivado de la pandemia de Covid-19, también es verdad que encaró con grandes limitaciones una inflación que por momentos amenazaba con convertirse en recesión, una situación que aún no está superada.
Son muchos los puntos debiles que se le ven a la candidatura de Biden, aunque el que podría convertirse en su “talón de Aquiles” es que, a final de cuentas, los republicanos decidieran no ir con Trump colocando sus espectativas en un candidato más jóven que bien pudiera ser el gobernador de Florida, Ron de Santis, quien a sus 44 años es visto por sus correligionarios como un Trump “chiquito” pero con los pies bien puestos sobre la tierra.
Todavía falta mucho camino por recorrer, a final de cuentas será la propia realidad la que vaya marcando el ritmo de la contienda, para Biden sin embargo el anuncio es relevante porque le permitirá empezar a recaudar fondos para una campaña que será larga y que lo llevará necesariamente a recorrer gran parte de la Unión Americana, si efectivamente quiere convencer a sus conciudadanos.
