Cómo se ve realmente la verdadera ambición

El liderazgo comienza con un tipo especial de búsqueda: una verdadera ambición. Los números, los hechos o las cifras no motivan a las personas.

El liderazgo comienza con un tipo especial de búsqueda: una verdadera ambición. Los números, los hechos o las cifras no motivan a las personas. Más bien, las personas están encantadas cuando tienen la oportunidad de crear algo extraordinario y cuando pueden ver claramente las oportunidades que tienen para participar. La verdadera ambición es el motor de cualquier esfuerzo, es la creación de algo bueno que antes no existía. Establece eso, alístate para ello y lucha por ello y lograrás lo que busques para ti y para las personas que lo harán realidad.

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Una verdadera ambición es una imagen de un futuro emocionante que movilizará a las personas que te siguen. A medida que codificas este deseo para tu futuro, recuerda que la verdadera ambición no es una esperanza, sino más bien un futuro. Tiene estas características:

Nobles intenciones

La verdadera ambición debe servir a un bien general. Debe beneficiar a todos los grupos de interés, tanto dentro como fuera de la organización. La verdadera ambición apela a la esencia de todos nosotros que desea ser parte de la creación de algo especial.

Una declaración de intenciones claras

La verdadera ambición no es un destino o una meta “esperada”. Es una declaración de intención inequívoca y certeza de propósito que se transmite a todos los rincones de la organización.

Una meta aparentemente imposible

La verdadera ambición no se trata de incrementos o puntos porcentuales. Se trata de un gran salto a un estado de ser completamente nuevo y, lo más importante, un aire positivo de certeza de que se puede lograr. Las personas se conmueven cuando saben que están creando algo especial y que la verdadera ambición no es un sueño lejano sino una certeza férrea.

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Lo haremos

La forma más sencilla de pensar en una declaración de verdadera ambición es con estas dos poderosas palabras: “Lo haremos”. Con la imagen mental que crees, comenzando con estas dos palabras, cambiarás la historia, para ti y para tu organización.

Una ambición real se basa en encender un deseo humano. Puede que te propongas salvar a las ballenas, pero no hay premio si no se salva a ninguna. La noción de ambición real tiene dos partes importantes: real y ambición.

La ambición se basa en el impulso, la concentración y la voluntad de lograr algo. Tiene elementos de competitividad, una veta de voluntad cegadora y un vocabulario que tiene una palabra: ganar. Pero una ambición real es mucho más. Es crear algo asombroso que antes no existía.

Celebro el reconocimiento largamente esperado y sabio de la importancia vital de la inteligencia emocional en los negocios. Este reconocimiento representa un cambio tectónico hacia las personas no como activos sino como catalizadores. En esta nueva era, el logro no llega a través de una cadena de mando sino a través de una comunidad encendida, por eso uso la palabra real.

Real modifica la ambición, dándole un propósito noble. Las ambiciones reales son las cosas que motivan a las personas a levantarse de la cama por la mañana y esperar con anticipación esa conversación de las seis en punto. Créanme, no se trata de puntos porcentuales ni gráficos de barras. Todos quieren ser parte de la creación de algo especial, y la ambición real ayuda a lograr esa misión.

La película mental

Poner palabras a la ambición real es esencial, pero puede resultar abrumador porque su articulación parece loca y demasiado audaz. Las ambiciones reales en las que participé, incluidas “Haremos que la ciudad sea segura” y “Redefiniremos las comunicaciones de marketing”, sonaban absurdas; estas declaraciones parecen tan atrevidas que resultan embarazosas por un lado y potencialmente demasiado confiadas por el otro. No se preocupen, este tipo de audacia y lenguaje son absolutamente esenciales.

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La ambición real no tiene que ver con lo práctico. De hecho, debe estar completamente desprovista de practicidad. ¿Qué habría sucedido con estos famosos esfuerzos si los planificadores hubieran calibrado?

Pondremos un hombre en la luna en esta década.

Construiremos un avión que vuele de Nueva York a Londres en tres horas.

Crearemos una terapia farmacológica que impida que el VIH mate a la gente.

Sean valientes. Tengan confianza. No permitan que nada se interponga en su camino. Identificar y compartir una verdadera ambición es el primer paso, y el más importante.

Artículo escrito por Kevin Allen.
Publicado originalmente en Fast Company.
What True Ambition Really Looks Like
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