Es un hecho que la pandemia cambió para siempre la manera de hacer negocios. Un gran número de empresas que no lograron adaptarse, desaparecieron; por otro lado, las que aceptaron el reto de transformación, en su mayoría subsistieron, y aquellas empresas que se crearon o se consolidaron durante el confinamiento, desarrollaron un ADN resistente al cambio.
Aunado a los efectos de la pandemia, la inflación es otro de los factores que las empresas han tenido que sortear. De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), desde 2020 el 84 por ciento de las empresas mexicanas han suspendido sus planes de inversión y contrataciones, debido al entorno inflacionario. Esto reduce dramáticamente el porcentaje de corporaciones que han implementado un plan de acción que contrarreste los efectos de la inflación y la pandemia.
Ante este panorama, empresas de creación reciente han mostrado mayor capacidad de adaptabilidad; tal es el caso la cadena de propiedades mexicana Rotamundos con operaciones en más de 5 países, que ha sido enfática al señalar la diversificación como herramienta primordial para la supervivencia de cualquier organización comercial, y que permite continuidad de operaciones, pese a los efectos de la inflación.
‘Por ejemplo, nosotros (Rotamundos) encontramos la oportunidad de negocio en el sector inmobiliario, a raíz de ofrecer servicios hoteleros; vimos un sistema de compra de propiedades muchas deficiencias, que sólo permitía jugar con grandes capitales. Así que nos enfocamos en la multipropiedad, y ahora damos la posibilidad a cualquier persona de adquirir una participación llamada “carta de propiedad” a partir de 400 mil pesos’, comentó Javier Cárdenas, CEO de Rotamundos.
En este sentido, los nuevos modelos de negocio comienzan a ajustarse al contexto y actualidad mundial, y no sólo a las necesidades de un país o región, como anteriormente ocurría. Es decir, la posibilidad de paliar los efectos inflacionarios a través de la globalización de productos y servicios.
‘Hay que voltear a ver a otros países y encontrar oportunidades. Adaptarnos y aprovechar las herramientas tecnológicas. En nuestro esquema de negocio se puede participar de las rentas inmobiliarias tanto en México como en Estados Unidos, y con monetización en dólares, que permite a los compradores cuidar su patrimonio y generar certidumbre ante la inestabilidad financiera provocada por la inflación’, agregó Javier Cárdenas.
Para 2023, el Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento mundial de 2.9 por ciento versus el 3.5 por ciento que se estima para México. Al cierre del segundo bimestre del año, la tasa de inflación registró una desaceleración de 7.62 por ciento en suelo mexicano, que generó percepción de confianza en el 39 por ciento de los empresarios.
