Inicia la tercera semana del año y con ella empiezan a surgir los diferentes mapas de riesgos que se anticipan para este 2024 no solo a nivel nacional sino también en el ámbito mundial.
En un estudio muy completo, Integralia consultores presenta un panorama general de las amenazas que podrían acechar a nuestro país en un año que se caracterizará por su complejidad teniendo como protagonista principal a las elecciones generales de junio. Son diez puntos enfocados en el entorno de los negocios y la gobernabilidad democrática del país referidas a un futuro inmediato.
En el primero de los escenarios posibles se contempla que, bajo el triunfo del partido oficialista, se consolidaría la toma de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, primero con la salida del ministro Luis María Aguilar en noviembre y la llegada de otro ministro afín al gobierno; luego frente a la posibilidad de que se aprobara la elección de los ministros mediante el voto popular.
De obtener Morena y sus aliados la mayoría calificada en el Congreso, veríamos cambios de fondo a la Constitución orientados a consolidar al partido en el poder a través de la extinción de los organismos autónomos, modificando las reglas democráticas manipulando al Instituto Nacional Electoral (INE) y garantizando la aprobación de las reformas que lleven a una mayor estatización.
Sería muy cándido pensar que las bandas criminales no van a aprovechar la coyuntura electoral para aumentar su influencia en los gobiernos locales, lo cual sembrará sin lugar a dudas una mayor violencia política, dejando en la indefensión no solo a las comunidades al interior de la República sino también de las ciudades.
Uno de los sellos de la presente administración ha sido la excesiva participación de las fuerzas armadas, más allá de su mandato, en labores antes reservadas antes a los civiles. De mantenerse el modelo político actual, todo parece indicar que la militarización del país habrá de concretarse.
Es una posibilidad real que, si no hay un triunfo claro de alguna de las candidatas (Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano no pinta) viviremos momentos de tensión por los conflictos postelectorales que se habrán de desatar a lo largo y ancho del país.
La corrupción es otro de los temas que genera alarma, así como el primer presupuesto de la siguiente administración y las expectativas que cumpla con las metas fiscales previstas por la administración que se va.
No hay que olvidar que este año hay también elecciones en Estados Unidos y que Donald Trump está de vuelta, por lo que se puede anticipar una campaña dominada por una narrativa antinmigrante que colocará a México en una situación de vulnerabilidad, más aún si el magnate retoma la presidencia.
A nivel internacional, el Informe de Riesgos Globales 2024 que publica el Foro Económico Mundial, alerta sobre los peligros que entraña el cambio climático, los conflictos bélicos, la bifurcación demográfica y la polarización social sin dejar de lado, por supuesto, la recesión económica y el desarrollo incontenible de la inteligencia artificial.
Higinio se aferra a la curul
Primero fueron las versiones decembrinas de que la dirigencia de Morena cancelaría el proceso interno y apoyaría la reelección del senador Higinio Martínez, como candidato de unidad. Al medir el rechazo, Mario Delgado postergó unos días el anuncio de las candidaturas con base a las encuestas. Y la sorpresa, que no lo fue para nadie, fue que en el Estado de México, el ganador fue Higinio.
Cabe señalar que previamente otros sondeos colocaban a Higinio en tercer lugar, por lo que se dice que hubo un reajuste en el muestreo demográfico, para darle mayor peso a zonas con mayor presencia del llamado grupo Texcoco, lo que permitió el salto cuantitativo para cumplirle a Martínez, quien junto con la sudcaliforniana Lucía Trasviña, son los únicos senadores que se les permitió buscar la reelección.
Cómo estarán las cosas que sólo en el Estado de México se han cuestionado los resultados de las encuestas, las cuales obviamente no se repetirán, para evitar otro berrinche de Higinio, como cuando perdió la candidatura frente a Delfina Gómez, o cuando renunció a ser jefe de gabinete de la gobernadora, aclarando que ni siquiera asumió, para mayor agravio a la actual gobernadora.
Es así como Morena se juega este año el estado con el mayor padrón electoral, con la mayor diversidad sociodemográfica, donde las preferencias electorales varían entre municipios y dentro de cada municipio. La apuesta es por el voto duro y la operación electoral, con alguien obstinado en querer ser gobernador, perdiéndose la oportunidad de abrir el partido a nuevas opciones locales, como sí se logró en otras entidades, como Jalisco, opción idónea para la complejidad del Edomex.
Luego de hacer su berinche y renunciar al gabinete de la gobernadora Delfina Gómez, el texcocano quiere regresar al Senado y quedarse seis años más, sin siquiera pasar por un proceso de competencia interna, imponiendo su candidatura de la manera más burda, lo cual perjudicaría al partido en un estado clave en la elección presidencial.