El último reducto para el Poder Judicial

La renovación del Poder Judicial de la Federación (PJF), tal como lo pretenden imponer el presidente Andrés Manuel López Obrador, y Morena, amenaza en convertirse en un verdadero dolor de cabeza para la impartición de justicia en el país. El paro de labores convocado por trabajadores de ese sector en diferentes estados de la República como son Chiapas, Sinaloa, Tabasco y Veracruz no anticipa nada bueno para las huestes oficialistas, las cuales podrían atestiguar el estallido de una huelga nacional como nunca se ha visto en el primer minuto del miércoles.

El diálogo con el Ejecutivo está completamente roto y si no que le pregunten al presidente quien, por un lado, defiende el derecho de los trabajadores a manifestarse y, por el otro, los acusa de “paleros” de quienes forman parte de la “corrupción” en el Poder Judicial. López Obrador ha señalado que la reforma no afectará los derechos laborales de los empleados, lo que no dice es que las demandas de éstos no se remiten únicamente a los beneficios conquistados a través de los años sino que rechazan una reforma en la que aparentemente se escuchó a los involucrados y que terminó siendo una burla.

Es de llamar la atención como, mientras las bases resguardan rabiosamente a la institución, los ministros y magistrados, cuya reputación ha sido repetidamente puesta en tela de juicio, no hayan tomado la iniciativa en defensa no ya de su fuente de trabajo, sino de manera digna de uno de los tres poderes que sustentan a la República, no hay una protesta, una denuncia vamos, mucho menos una estrategia para custodiar la plaza que les fue encomendada, así de manera pasiva es como están enfrentando la vorágine morenista, ¿ya habrán aceptado el trueque de entregar su renuncia a cambio de una pensión vitalicia mal habida?

La lucha hasta el momento la encabeza La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial (Jofed) que se muestra abierta al diálogo, pero intransigente a la hora de levantar el paro hasta que sus peticiones no sean satisfechas. Entre otras cosas, los inconformes rechazan el despido masivo de jueces para sustituirlos con otros electos “democráticamente” lo que terminaría por colonizar al Poder Judicial con políticos desempleados quienes verían en el proceso una oportunidad de seguir ordeñando al presupuesto. Paralelamente no resulta completamente claro cuál sería el proceso de elección, ¿una boleta regional con decenas de aspirantes que la mayoría de la ciudadanía seguramente no conoce?, ¿hay candados suficientes para que el crimen organizado no intervenga?

Todo está puesto para que la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados discuta y vote el proyecto, nada más para ponerlo en bandeja de plata para que la siguiente legislatura, con la mayoría aplastante de Morena y sus aliados, llegue el primero de septiembre a aprobarlo, de ahí la batalla en el último reducto: evitar la sobrerrepresentación.

Las señales de los anuncios de gabinete

A diferencia de Claudia Sheinbaum, Clara Brugada no iba a dosificar los nombramientos en el transcurso de las semanas. La exalcaldesa de Iztapalapa había anunciado con antelación que este lunes presentaría a todos los integrantes de su gabinete.

Realmente no hubo muchas especulaciones, pero una de ellas era que la senadora y secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, sería anunciada como secretaria de Gobierno de la administración capitalina.

Cuál sería la sorpresa que, apenas concluido el evento de la futura jefa de Gobierno en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, la presidenta electa dio a conocer que la también senadora Citlalli Hernández encabezaría la Secretaría de las Mujeres, dependencia de próxima creación. Asimismo, Sheinbaum aprovechó para exponer los argumentos de defensa de la mayoría calificada de Morena y aliados en la Cámara de Diputados, contrario a quienes denuncian una sobrerrepresentación. Un día más en su agenda, ni más ni menos.

La presidenta electa no se guardó la designación de Hernández para otro día, lo cual hubiera sido una deferencia para no restar espacios a un anuncio tan relevante como el gabinete de Brugada.

Comprensible si fuera de oposición, explicable por las diferencias pasadas entre ambas y señales de cómo será la relación.

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