Durante mis años en el desarrollo de estrategias de sostenibilidad tanto en el sector privado como en ONG’s, la base siempre ha sido la ética de negocios, esto para poder desarrollar cualquiera con enfoque sostenible, y justamente al leer un artículo del medio de comunicación británico “The Guardian”, me hizo reflexionar sobre la posición que tenemos ante nuestra práctica profesional, ya que este habla sobre la preocupante tendencia hacia una pérdida de ética en jóvenes empresarios, pues tomando la referencia del listado de Forbes de Emprendedores Exitosos con menos de 30 años, o bien su lista “30 Under 30 de Forbes”, cuestiona por qué tantos de los jóvenes héroes de Forbes se enfrentan a la cárcel, y voy aclarar esto, no es particular del sector privado, es otro problema que vemos tristemente en todos los sectores.
Los ejemplos del artículo fueron desde inflar números de clientes y usuarios para la venta de negocios muy por encima de su valor real, fraude electrónico y bancario, casos de cargos que van desde sobornar a un gobierno extranjero hasta lavado de dinero y hacer contribuciones políticas ilegales, otro caso habla de fraude de valores y videos de demostración alterados.
En resumen, se refiere a estafas por valor de más de $18,500 millones USD.
Debo dejar muy claro que este listado no es el problema, sino que va más allá, es un conflicto sistémico y cultural; recuerdo estar en pláticas con una leyenda, experto mundial en Cultura de la Legalidad “CdL” y sobre todo un muy buen amigo el Dr. Roy Godson, quien, con su ejemplo clásico de un soborno como las dos llantas de una carreta, refiere a que el sector público y privado deben ir de la mano para cumplir con la ley. Uno de los programas ejemplares de “CdL” en Monterrey con más de 10 años de trabajo ha tenido como base todo el cúmulo de experiencias documentadas de casos de éxito como en Palermo, Italia, este lleva por nombre “Hagámoslo Bien”, dicho programa está fundamentado en un esfuerzo multisectorial, donde requerimos ir integrando más en el chip y ADN de todos los jóvenes líderes por sector esa base de cómo debemos trabajar, con ética.
El buscar el camino rápido, atajos no éticos, no reportar la realidad, el “quick fix”, nunca será una vía hacia la sostenibilidad, aunque aclaro también que esta problemática no es propia de los millennials, estamos observando una creciente tendencia que empezamos a tener todos los sectores, que son los nuevos dilemas éticos a raíz de la Inteligencia Artificial que todavía no están regulados y dejan muchas zonas grises, otorgando a diferentes startups tecnológicos un disyuntiva de crecimiento rápido, demostrar resultados, incrementar usuarios, levantar capital y el ciclo que antes era de 1-2 años de desarrollo de negocio se lleva a una fracción de eso.
Aquí mi recomendación a cualquier nuevo emprendedor es cuestionarse: ¿Si suena, parece o está cerca de la posible línea delgada de lo ilegal?, entonces seguramente sí lo es, o por lo menos debes invertir el tiempo o asesorarte legalmente sobre en qué terreno real estás avanzando en tu negocio.
Algo que debo reconocer es que tenemos jóvenes latinos muy innovadores, con gran espíritu de lucha para seguir adelante, aprender del fracaso y salir fortalecido para su siguiente emprendimiento, ahora es pasarlo también a la prueba del “triple bottom line”, donde asegures generar valor económico, social y ambiental, debes también darle un blindaje de 360 grados, es decir, si pasa por el balance de ética de negocios, y sobre todo en tu cultura de nueva compañía desde el más alto nivel, socios, relación con proveedores, clientes, comunidad y planeta, vibre en línea con CdL.
La CdL, debo recalcar, no va solo de la mano del soborno, tiene que ver con cumplir todas las leyes, normas e ir más allá para convertirnos en ejemplo de ciudadano solidario sostenible, que se traduce en:
- Ser agentes de cambio en y para su comunidad.
- Conocer su entorno y sus riquezas.
- Participar activamente en la resolución de problemáticas a través de debates y acciones de colaboración multisectorial.
- Velar por el bien común, y principalmente por aquellas personas con mayor vulnerabilidad o riesgo.
- Respetar la diversidad y promover la inclusión sin importar creencias, religión, orientación, ideologías políticas o costumbres.
- Respetar el medio ambiente y promover acciones enfocadas a su cuidado y preservación.
- Ser promotores de la cultura de la legalidad.
- Rechazar la violencia.
- Respetar las reglas y normas ayudando a que su ciudad se desarrolle de una mejor manera.
Si nos vamos sumando los casi 8 mil millones de personas que somos, todos estos puntos harán del camino sostenible una realidad.
Dr. Francisco Suárez Hernández es Director de Asuntos Corporativos de FEMSA Negocios Estratégicos y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.
Correo electrónico: francisco.suarezh@gmail.com
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