Nuestro canalGabinete: segundas opciones y un premiado
Luego de dejarle una presentación exclusiva para Lázaro Cárdenas Batel como jefe de Oficina de la Presidencia, Claudia Sheinbaum presentó este jueves a los integrantes […]
Luego de dejarle una presentación exclusiva para Lázaro Cárdenas Batel como jefe de Oficina de la Presidencia, Claudia Sheinbaum presentó este jueves a los integrantes más jóvenes de su gabinete legal, quedando sólo pendientes hasta septiembre los titulares de Sedena y Marina.
Luego de que Susana Harp adelantara que se concentraría en su trabajo como senadora por Oaxaca, se especuló la posibilidad de que fuera designada Beatriz Gutiérrez Müller, no por imposición presidencial, sino por su amistad con la virtual presidenta y señales de que se quedará a residir en la Ciudad de México mientras su marido se retira a Palenque. Finalmente, si es que se llegó a considerar, se evitó una polémica desgastante e innecesaria y se optó por la actual secretaria de Cultura capitalina, Claudia Curiel de Icaza, un perfil universitario, con experiencia y, sobre todo, vínculos y reconocimiento en el sector.
Resulta anticlimático que luego de las versiones de que Mara Lezama dejaría la gubernatura de una entidad emimentemente turística como Quintana Roo para encabezar la Secretaría de Turismo, quien llegara fuera la titular del ramo en Tlaxcala, Josefina Rodríguez, a quien puede resultarle insuficiente la credencial de ser la impulsora del eslogan “Tlaxcala sí existe”, una idea de Antonio Martínez, titular del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, aprovechando el humor de memes y hashtags en las redes sociales de que el estado no existía. Mucho trabajo por delante en una secretaría con una intensa relación con el sector empresarial.
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Finalmente, Marath Bolaños López se mantiene al frente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, para dar continuidad a la atención a conflictos laborales, así como modificaciones legales aprobadas y pendientes en la materia, y, sobre todo, al programa “Jóvenes construyendo el futuro”. Su ratificación se percibe similar a la de Ariadna Montiel en la Secretaría de Bienestar, un premio a la operación clientelar que funcionó a la perfección en las elecciones del 2 de junio.
Covid-19: un regreso anunciado
La imagen es imborrable: mientras que el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba la pandemia global de Covid 19, en México, doce días después el presidente Andrés Manuel López Obrador continuaba llamando a la población a salir, “sigan llevando a la familia a comer”, aparecía diciendo el mandatario en un video.
No fue una, fueron varias las acciones irresponsables con las que se gestionó una crisis sanitaria que ya venía arrastrando una cauda de muertos en Asia, desde las fundamentales como eran las fallas estructurales en un sistema de salud que había sido desmantelado, hasta las de sentido común, como la venta de cubrebocas a China, mismos que tuvieron que recomprarse meses después a 20 veces su valor; pasando por supuesto por las políticas como las declaraciones del entonces subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien descartó hacerle una prueba de Covid-19 al presidente, que terminó contagiándose en tres ocasiones, porque su fuerza era moral.
El virus reapareció. La Secretaría de Salud reporta que en las últimas tres semanas se incrementó en un 25% el número de contagios en nuestro país, más de 98 mil casos sospechosos en 2024, 8% de ellos confirmados. Lo cierto es que el Covid-19 nunca se fue, sigue agazapado a la espera de condiciones que le favorezcan, del descuido de autoridades laxas que faciliten su regreso. El año pasado 375 personas perdieron la vida por ese mal, el 15.5% de ellas en la Ciudad de México. De acuerdo a la propia Secretaría que, por cierto, pide no alarmarse, ya empezaron a implementarse en todas las clínicas y hospitales de la capital todas las medidas anti covid para evitar sorpresas. Particular atención merecen los grupos de riesgo que van desde los 1 a 4 años y los mayores de 65.
La pregunta obligada es si estamos preparados para encarar otra emergencia sanitaria de la magnitud de la ocurrida en 2020 y la triste realidad es que no. Las instalaciones hospitalarias están aún muy lejos de contar con los elementos para responder a una crisis similar. En materia de vacunas tuvimos una involución porque el gobierno federal, lejos adquirir los fármacos recomendados por la OMS, decidió adquirir las vacunas producidas por países “amigos” -la cubana Abdalá, la rusa Sputnik V y la mexicanísima Patria-, ninguna de las cuales es útil para enfrentar las nuevas cepas (las variantes flirt de Omicron), o sea con utilidad cero. Tampoco las autoridades federales que en su momento respondieron con criterios más políticos que sanitarios parecen haber aprendido las lecciones del pasado.
Ciertamente hoy existe una mayor coordinación mundial que facilita el desarrollo de tecnología que termina favoreciendo en mayor medida a todos. Es vital la capacidad de respuesta y la prevención; el despertar de la conciencia es otra de las medidas a tomar, una ciudadanía concientizada se encuentra en mejores condiciones para la supervivencia.
Fueron cientos de miles de vidas las que se perdieron durante ese año aciago de 2020, que no nos vuelva a suceder. En eso todos tenemos un papel que desempeñar.
