In your face, Trump
Las primeras declaraciones públicas de Kamala Harris respecto a Donald Trump en esta nueva etapa que la pondría a un paso de la candidatura del […]
Las primeras declaraciones públicas de Kamala Harris respecto a Donald Trump en esta nueva etapa que la pondría a un paso de la candidatura del partido demócrata a la presidencia de los Estados Unidos tuvieron mucha mejor puntería que Thomas Matthew Crooks, el joven que atentó contra el magnate.
Su nominación como precandidata logró establecer un récord de recaudación, así como el número de delegados suficiente para lanzarla, pero eso no es todo, apenas habló y se lanzó contra el candidato republicano, causando gran impacto en medios de todo el mundo y subiéndose a una pelea que podría no estar tan cargada para un solo lado.
Tras la salida de Joe Biden de la contienda por la presidencia, la vicepresidenta irrumpió en la escena de una forma burlona, respondiendo a las groserías del republicano, quien se ha manifestado insultantemente en contra de ella.
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“Estoy acostumbrada a lidiar con gente del tipo de él”, refiriéndose a su experiencia como fiscal general y a las muchas veces que enfrentó a personas como Trump. “He visto depredadores de todo tipo. Depredadores que acosaban a mujeres, defraudadores que estafaban a los consumidores, tramposos que rompían las reglas de su propio juego. Así que escúchenme cuando digo que conozco a los tipos como Donald Trump. Y en esta campaña, con orgullo, lucharé contra él”.
De inmediato las encuestas comenzaron a moverse a favor de ella y a sembrar preocupación en el equipo de campaña de Trump, generando gran expectación y sembrando esperanza entre muchos que ya se habían resignado.
Hoy algunos sondeos los sitúan en un empate virtual y se espera que, de un momento a otro, salga el ex presidente Obama a respaldarla provocando un nuevo boost a su favor.
Hace unas semanas parecía imposible que la confrontación entre Biden y Trump pudiera aumentar; sin embargo, el atentado logró radicalizar aún más la sucesión presidencial y, cuando todos creíamos que nada podía hacer temblar a los republicanos, apareció el arma mejor guardada durante toda la administración de Biden para refrescar la batalla política y convertirse en un verdadero contendiente, al más puro estilo del cine americano que, por cierto, siempre tiene un final feliz y glorioso.
Directiva de ensueño, equipo de pesadilla
Unas semanas antes del fracaso anunciado del equipo mexicano de futbol en la Copa América, el director de selecciones, un ex futbolista, Duilio Davino, decía categórico y hasta molesto al ser cuestionado sobre la permanencia de Jaime Lozano, al frente de la selección mayor “estamos en lo dicho, no habrá cambios durante el proceso hasta el 2026”.
Al pasar la báscula después del torneo continental y el ridículo papel que tuvo el “tricolor”, como le dicen en los medios especializados, el mismo funcionario, ratificó al seleccionador y habló del aprendizaje que les dejaba esta nueva desilusión… vergonzoso, pero ahí no paró la cosa, ante la renuncia del mentado “Jimmy” resulta que hubo “una diferencia en el rumbo del proyecto acordado”, lo que sea que quiera significar eso.
En el siguiente capítulo y ya con toda la afición y los comentaristas deportivos que sufren y se apasionan, con una facilidad que calificaría como preocupante en términos psicológicos, ahora el mismo personaje da a conocer a un nuevo director técnico y más, un auxiliar, a prueba de cuestionamientos.
Resulta que desde la óptica de este pro hombre ahora sí se cumplirán los objetivos, pues redactó en un papelito las características del puesto y consiguió a las personas indicadas, no solo eso, sino precisas… aunque primero haya convencido a las personas y luego escrito el papelito.
No deja de llamar la atención que la responsabilidad sola e invariablemente cayó sobre el D.T. y su cuerpo técnico, y jamás sobre los directivos, Duilio Jean Pierre Davino e Ivar Sisniega, otro deportista olímpico mexicano.
Aguirre y Márquez los nuevos responsables de la selección mayor habrán de ser “echados” cuando vuelvan a no conseguirse los objetivos, como se dice, pues en su descargo no están iniciando el proyecto, como si se tratara del proyecto Manhattan o de algo más complejo.
Justo cuando uno se enorgullece de no estar tan “afectado” emocionalmente como los pueblos argentino o uruguayo, resulta que lo que parece ya no importarnos, lo vuelven a utilizar “nomás para ilusionarnos”, ¿quién tendrá la culpa?, ¿el indio otra vez?