La Cumbre de la desconfianza
Si la Cumbre arrancó en medio de un entorno de desconfianza, su clausura no fue más afortunada, con un López Obrador que sin ningún respeto por el protocolo arrebató la palabra a sus pares dejándolos sin tiempo para responder a las inquietudes de los representantes de la prensa.
Nadie sabe a ciencia cierta lo que ocurrió durante la X Cumbre de Líderes de América del Norte. Tras las sonrisas y los abrazos se alcanzó a vislumbrar que las cosas fueron más complicadas de lo que los mandatarios quisieron aparentar.
El que la reunión final se prolongara cerca de una hora habla de ello. Es difícil de creer que sobre la mesa no hubiera estado el tema energético uno de los de mayor impacto para las empresas estadounidenses con inversiones en México o que no se profundizara en el asunto minero que tiene más que preocupados a los concesionarios canadienses dados los afanes nacionalistas de la actual administración.
Más allá de la serie de promesas y compromisos que relucen en este tipo de encuentros, un vistazo al documento que se generó tras el evento titulado magramente “Declaración de Norteamérica”, refleja una lista de buenas intenciones sin una hoja de ruta para alcanzar unos objetivos, todos ellos políticamente correctos, pero carentes de una definición clara que marcara un propósito común.
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Si la Cumbre arrancó en medio de un entorno de desconfianza, su clausura no fue más afortunada, con un López Obrador que sin ningún respeto por el protocolo arrebató la palabra a sus pares dejándolos sin tiempo para responder a las inquietudes de los representantes de la prensa, aprovechando su carácter de anfitrión para tratar de inducir su enfoque personal a una serie de temas que por lo menos en el documento final no fueron mencionados. Hay más de un ejemplo.
Para finalizar y sin ningún respeto a los grupos negociadores que pactan, a veces con meses de antelación, los acuerdos alcanzados, López Obrador rebatió las declaraciones de la Casa Blanca sobre la construcción de un centro migratorio en el sur de nuestro país para acoger a refugiados del continente apoyado por los gobiernos de Estados Unidos y Canadá; en cambio, señaló que se trataría de albergues con atención médica y alimentos.
Sin posibilidad de réplica, emulando su conferencia matutina, el presidente ya no paró de hablar. Fueron más de 20 minutos en donde el mandatario mexicano utilizó a sus pares como mudos testigos para hablar de las bondades de sus programas sociales, dejando suponer que con su sola presencia los validaban como ya había ocurrido antes con su petición de que el presidente Biden aterrizara en el aeropuerto Felipe Ángeles.
Pese al lenguaje engolado, motivos para la desconfianza hubo más de uno, pero no sólo para nuestros visitantes. Cada vez está más claro que la narrativa oficial no es tan transparente a la luz de los hechos. Para muchos la verdadera cumbre tuvo lugar ese primer día cuando Biden invitó a López Obrador a acompañarlo en su “Bestia”. Sólo ellos y los traductores saben de que hablaron.
Las prisas de en la CDMX
Apenas quedaron fuera los reflectores de la Cumbre de Líderes de Norteamérica y, sin poder esperar más, la madrugada de este miércoles la policía y la fiscalía capitalinas realizaron 12 cateos en la Ciudad de México y detuvieron a 11 personas, incluido el líder de la célula criminal, presuntamente relacionadas con el atentado a Ciro Gómez Leyva.
Entre espaldarazos presidenciales y resultados de seguridad, Andrés Manuel López Obrador y Omar García Harfuch son los salvavidas de Claudia Sheinbaum quien, a pesar de encabezar la conferencia de prensa sobre las capturas relacionadas con la agresión al periodista, no se salvó de que le preguntaran sobre avances del accidente de la Línea 3 del Metro del sábado pasado. Ahí se terminó la sesión de preguntas y respuestas.
Para colmo, el martes se registró un incendio en las llantas de un tren de la estación La Raza, ahora de la Línea 5, además de retrasos en otras líneas, nada nuevo para lo que viven los usuarios diariamente, con la diferencia de que ahora esos incidentes ya son noticia, juicios negativos y hasta memes, para desgracia de la jefa de Gobierno.
Y para no perder la costumbre y en contra de cualquier presunción de inocencia, Sheinbaum se apresuró a decir que los detenidos son autores materiales, aunque la fiscal Ernestina Godoy dijo que a todos se les iba a poner a disposición del juez por delitos en flagrancia, dadas las armas y drogas aseguradas; y el secretario García Harfuch acotó que se investiga la relación entre los detenidos y su participación en los hechos.
Es notorio cuando a Sheinbaum y a García Harfuch les urge salir a medios para levantar sus bonos electorales, sobre todo cuando se trata de salir del hoyo o cuando todo mundo te ve como el candidato ideal a gobernar la ciudad menos los del partido en el gobierno y su dueño. Riesgoso, cuando en política la carrera es de resistencia, no de velocidad, y la ruta es impredecible.