Lenia, la ministra incondicional

Sorprendentemente, Lenia Batres Guadarrama fue la elegida por el presidente López Obrador para ocupar la vacante que dejó Arturo Zaldívar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De entrada y salvo que ella haya declinado si es que le hicieron la oferta, un insulto a Bertha María Alcalde Luján, luego de haberla nominado dos veces para el cargo de ministra y antes haber estado entre las candidatas a presidenta consejera del INE. 

López Obrador optó por el perfil más ideologizado y con menos experiencia en el ámbito legal, para jugarle a lo seguro de que alguien le respalde cuando se trate de casos donde aplique el “no me vengan con que la ley es la ley”. Ahí estará Lenia Batres.

En lo que parecería un duelo de hermanas de connotados morenistas, en la primera terna enviada, la hermana de la secretaria de Gobernación fue la más votada en las dos rondas -58 y 68 votos-; mientras que en la segunda terna fue hermana del jefe de Gobierno de la CDMX la favorita de los senadores de Morena, con 33 y 54. Ninguna alcanzó los 75 votos necesarios, y tocó al presidente designar, llegando por primera vez al máximo tribunal de justicia una ministra sin el aval del Senado. 

Finalmente, el presidente se decantó por Lenia Batres en lugar de la hija de Bertha Luján, excontralora del DF cuando fue jefe de Gobierno, y del abogado Arturo Alcalde, ninguno de los cuales ocupa un cargo en la actual administración, pero es evidente que se trata de una familia cercana a sus afectos y con bagaje legal que de mucho sirve.

El mensaje es claro al elegir a alguien con perfil más de militante que de abogada. A partir de enero Lenia Batres llega como ministra asumiéndose como una representante más del lopezobradorato dispuesta en ocasiones a defender lo indefendible, en lugar de ser impartidora de justicia vigilante de que las leyes y actos de autoridad se apeguen a la Constitución.

Inicia su travesía el Tren Maya

Quitando los colores no es que haya una gran diferencia entre ésta y las administraciones que le precedieron, como tantas veces ha remarcado el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Este sábado comenzará a operar una de las magnas obras del sexenio y, al igual que ocurrió con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y la refinería Olmeca (Dos bocas), se habrá de “estrenar” sin haber sido terminada, sólo un tramo que va de Campeche a Cancún será aperturado. Para el 31 de diciembre se planea ampliar la ruta hasta Palenque (por qué no, en el municipio donde el presidente tiene su casa de retiro), ese día no habrá corridas porque estará reservado para el jefe del Ejecutivo.

Eso sí, como si se tratara de un espectáculo más que una ruta de transporte, las localidades se encuentran agotadas, pese a la incapacidad del ejército para poner los boletos a la venta lo que llevo a terciar con una empresa privada, de otra manera el tren hubiera arrancado sin pasajeros o repleto de trabajadores de esos que se prestan para llenar las conferencias de prensa.

Y no es que los boletos sean baratos, por lo menos no en esta primera etapa y en este primer tramo. De entrada, sólo hay de dos niveles para los nacionales, el primero con un costo de mil 166 pesos para la clase turista y para los fifís, de mil 862 pesos en clase premier. Todavía no está claro cuánto habrán de pagar los viajantes locales (esos que se tienen que desplazar cotidianamente) o para los extranjeros, las fuerzas armadas siguen analizando concienzudamente los costos de operación para fijar las tarifas.

El Tren Maya está proyectado para recorrer mil 500 kilómetros en cinco estados del sureste; Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, al finalizar el año tendrían que estar operando 22 estaciones. Los tramos 5, 6 y 7 quedarían terminados el 29 de febrero del próximo año poniendo fin a la obra.

Por el momento, de muy poco servirá que haya estaciones intermedias, ya que debido a que los pasajeros compraron la ruta completa habrá puras corridas directas, esto significa que no habrá lugar para nuevos viajantes y así los habitantes de amplias zonas solo verán pasar el tren para decirle adiós.