Próximamente se publicarán en el Diario Oficial de la Federación, las Disposiciones Administrativas Relativas al Desarrollo de Gestión Social de Proyectos de Inversión en Infraestructura Carretera y Ferroviaria, adelantó Jorge Nuño Lara, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Lo anterior lo anunció el titular de la SICT al inaugurar el Seminario Internacional “Planeación, financiamiento y riesgos sociales para el desarrollo y gestión de infraestructura carretera”, organizado por la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres, A.C. (PIARC), presidida por Jesús Sánchez Argüelles, y cuyos asistentes recibieron con beneplácito la noticia dada por el funcionario.
Cabe señalar que dichas disposiciones ya se implementan en los proyectos de la Secretaría, con el objetivo de lograr un beneficio social más eficiente y rentable para la población que va a ser impactada por una obra, así como mitigar los riesgos que pudieran obstaculizar un proyecto.
El ejemplo más claro de ello es el derecho de vía el cual es, básicamente, la franja de terreno que se requiere para construir, mantener y ampliar una vía de comunicación. Las negociaciones y acuerdos con propietarios de terrenos, comunidades, autoridades locales y organizaciones sociales pueden retrasar, encarecer e incluso impedir la realización de un proyecto. Por ello, lo que planteó Nuño Lara, fue que los costos de estas gestiones sociales sean incluidos como parte del presupuesto de los proyectos con un valor máximo del 5% de la inversión contemplada para la obra; así como los lineamientos para atender estos riesgos con sentido social.
Por otra parte, el secretario informó que en breve, la SICT subirá a su portal de internet la Prospectiva de Infraestructura Carretera 2022-2031, la cual se actualizará anualmente y permitirá tener un horizonte de planeación a diez años, contemplando un ejercicio similar a la infraestructura ferroviaria.
Crece la desconfianza empresarial
Pese a las buenas cifras macroeconómicas exhibidas por el gobierno federal, claramente algo no está funcionando cuando los empresarios de los cuatro pilares de la economía (manufactura, construcción, comercio y servicios privados no financieros) se muestran inseguros frente a los otros signos que hacen suponer que el futuro de la economía no es tan sólido como se nos ha querido presentar.
Las constantes alzas en las tasas de interés; una inflación que por lo menos en lo inmediato se muestra incontenible; las amenazas del exterior que hacen prever una desaceleración de la economía y la incertidumbre que genera la Cuarta Transformación a la inversión privada, han deteriorado la confianza en todas las industrias que finalmente ligaron su sexta caída anual en fila y ya se encuentran en la zona de contracción.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), fue el portador de las malas noticias a primera hora del jueves cuando reveló que el Indicador Global de Opinión Empresarial de Confianza (Igoec), que suma el promedió de los cuatro sectores, registro un nivel de 46.4 puntos durante el mes de noviembre, una caída de 7.9 puntos con relación a los datos publicados el año pasado durante el mismo mes y ya en un terreno que se considera pesimista.
El Indicador de Confianza Empresarial en materia de manufactura cayó 0.3%; en construcción se redujo 0.4%; en comercio se achicó 0.7% y los empresarios del sector de servicios privados no financieros vivieron un retroceso de 0.9%.
Las cifras revelan que el empresariado nacional se encuentra inseguro frente a las condiciones que les ofrece el país por lo menos en el corto y el mediano plazo, por lo que prefieren postergar sus inversiones esperando un mejor momento.
Números alarmantes que reflejan que para la empresa no es la mejor época para incrementar los salarios mínimos en 20% como se anunció esta mañana desde Palacio nacional, y que reflejan sino una ruptura sí un alejamiento de los empresarios con sus liderazgos, particularmente el Consejo Coordinador Empresarial, que sin muchos cuestionamientos validó la determinación presidencial de otorgar los aumentos en una coyuntura en que las industrias del país apenas inician la recuperación tras el largo paso de la pandemia de Covid-19.
Las bajas en inversión, producción y consumo son una pésima noticia para la economía ya con ello se genera desempleo y se frena la generación de riqueza justo cuando país es lo que menos necesita.