Solalinde en el olvido… y que ahí se quede

Hace más de cuatro meses se incendió la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), con un saldo de 40 migrantes muertos y 27 heridos. Unos días después de la tragedia, el presidente López Obrador recibió en Palacio Nacional al padre Alejandro Solalinde, quien propuso desaparecer el INM y crear la Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios y Extranjería (CONMEXICO).

Se explicó entonces que dicha instancia, a la cual se encontraría al frente el sacerdote activista, se conformaría por las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Bienestar, Salud, Educación, Defensa y Marina; Guardia Nacional, CNDH, Conapred, y hasta asociaciones religiosas, empresarios; representantes de países centroamericanos, Estados Unidos y Canadá. Se ocuparía no sólo de la protección de los derechos humanos de los migrantes, sino también de turistas, inversionistas extranjeros y de los mexicanos en el exterior.

De Solalinde y su megacoordinación no se ha vuelto a saber. En el mejor de los casos, probablemente en estudio de viabilidad el proyecto por la cantidad de reformas legales que implicaría y el presupuesto que contemplaría para este cierre de sexenio donde las prioridades están en otro lado. De ahí, al cajón del olvido y probablemente sea lo mejor que puede suceder.

Mientras tanto, más de 250 ONGs especializadas en el tema migratorio, presentaron ante la Comisión de Migración de la Cámara de Diputados un decálogo de medidas en la materia, que contemplan reformar la ley de migración; mejorar las estaciones migratorias; acciones contra la trata y tráfico de personas; campañas de concientización para evitar la discriminación de los migrantes; brigadas móviles de atención; modelo de colaboración en gestión migratoria; fortalecer la atención a la niñez migrante, entre otros. Una opción no tan estridente e impráctica como la de Solalinde pero sí más viable.

Apenas en julio, el titular del INM, Francisco Garduño, ofreció disculpas, mientras lleva su proceso en libertad y sin renunciar a su cargo. No hay visos de que Garduño no vaya a terminar el sexenio al frente del Instituto y menos de que vaya a desaparecer el INM. Se podría avanzar con varias de las propuestas del decálogo sin necesidad de quebrarse la cabeza -y el bolsillo-. Porque lo que urge es reformar la política migratoria acorde a lo que estamos viviendo, no crear un muégano institucional sin visión alguna.

La covid-19 y su futuro incierto

Si hiciéramos el ejercicio de preguntarle a un grupo de especialistas si existe un riesgo inminente en el resurgimiento de la pandemia de covid-19 la respuesta seguramente sería negativa, sin embargo el incremento de casos no sólo en México sino en el mundo entero los llevaría, con toda certeza, a recomendarnos no bajar la guardia.

En Estados Unidos ya están en el siguiente nivel. Mientras en nuestro país la única vacuna que se consigue para prevenir las afectaciones del virus es la Abdalá, que ni siquiera ha sido validada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), del otro lado de la frontera ya trabajan en los antígenos para enfrentar a las nuevas cepas derivadas de la variante Omicrón. Se trata de los sublinajes XBB.1.5 y XBB.1.16 considerados los más contagiosos registrados en los últimos dos años, cada uno ha seguido su propio camino para eludir los mecanismos de defensa del cuerpo humano. Todavía no han demostrado ser letales, sin embargo al estar en permanente mutación no dejan de representar una amenaza para la salud pública. Esta es una de las razones por las que la Administración de Alimentos y Medicamentos de la Unión Americana (FDA) recomendó que se actualizaran las vacunas para la temporada 2023-2024. Pfizer, Modena y Novavax, proveedores oficiales del gobierno, están a la espera de que se haga publica la autorización para presentar sus nuevos productos.

La renovación es fundamental con vistas a no volver a ser sorprendidos, así la OMS no sólo recomienda utilizar los linajes XBB.1.5 para las nuevas formulas, sino que sugiere dejar de emplear al virus original (Wuhan).

En México, pese a las loas que se lanza el propio presidente, parece que no aprendimos la lección tras un desastroso enfoque que costó, de acuerdo a la OMS, 626 mil muertes. Entre los yerros recordamos al presidente pidiendo a los ciudadanos no dejar de salir de sus casas por la pandemia, cuando los contagios iban exponencialmente a la alza; o los cubrebocas que tuvimos que recomprar a China a un precio cuando menos 20 veces más alto por la falta de previsión de la Secretaria de Salud, la cual los vendió meses antes al país asiático; en materia económica como olvidar la estrategia “neoliberal” del presidente de dejar a los empresarios a su suerte, propiciando la quiebra de decenas de miles de medianos y pequeños negocios. A los micro les brindó un préstamo a la palabra de 25 mil pesos, mismos que seguimos esperando se reintegren a la hacienda pública.

Con su consabida soberbia, uno de los artífices del luto nacional, el doctor Hugo López-Gatell, afirmó la semana pasada, ante un llamado de alerta de la UNAM para extremar precauciones frente al inicio del ciclo escolar, que no había que sobredimensionar, no exagerar sobre esta preocupación. Pese a estas afirmaciones lo que si se adelanta es habrá vacunas gratis durante la temporada invernal, pero no para todos, solo para los mayores de 60 años, quienes padezcan enfermedades crónicas y las mujeres embarazadas. Frente a los sobrecostos generados por las obras faraónicas de la actual administración no hay dinero que alcance por lo que al parecer el presidente cambio de opinión y a años de distancia dará su aval para que ahora sí empresas, entidades o particulares puedan adquirir las vacunas en el extranjero. Muy probablemente también se podrán comprar en la Ciudad de México, en esa utópica farmacia sugerida por el mandatario en donde podrán encontrarse todas las medicinas del mundo “hasta las más difíciles y específicas” y tal vez, por qué no, algún día, hasta la vacuna Patria.