La principal tarea del sonidero en México sigue siendo, tras más de seis décadas, la misma: complacer a su público con ritmos tropicales. ¿Cómo? Haciéndole oír temas que toquen el corazón.
Su tradición así lo dicta, como la famosa Dinastía Perea del Peñón de los Baños, “La Colombia Chiquita” de la Ciudad de México; cuyos protagonistas, don Pablo y Manuel, se aventuraron a viajar por discos de su música favorita al Continente Americano y el Caribe. Cuando lo hicieron no se imaginaron que influenciarían a otros para hacer algo similar.
Las melodías que introducían a su gente se volvieron piezas representativas del movimiento sonidero: “Así son”, de Los Neutrales; “Eres mentirosa”, de Los Mirlos; “El hijo del guaguancó”, de The Latin Brothers; “Plegaria”, de Rodolfo Aicardi.
Sonideros en México: las características que los hacen únicos
Por otro lado, el sonidero también es conocido por mandar saludos muy folclóricos. En los primeros años solo iba dirigido a la festejada o festejado, pero al convertirse en un locutor del barrio desempeñó la función de vía de comunicación que unifica a las amistades y la familia con quienes cumplen sentencias en la cárcel, con el amor platónico de toda la vida, con los que se encuentran lejos de casa, o incluso para quienes recuerdan a sus seres queridos que ya no están con ellos.
Y lo más interesante es que también operan en otras ciudades mexicanas y partes de los Estados Unidos, donde viven y trabajan muchos inmigrantes mexicanos.
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En algunos aspectos, son muy similares a otros sistemas de sonido latinoamericanos como el brasileño Tecnobrega y el Funk Carioca, y los picoteros colombianos. Pero, los Sonideros mexicanos tienen algunas características que los hacen únicos, siendo uno de los elementos más singulares la nueva práctica corporal introducida por los bailarines: los marcadores comunes de género de este tipo de música desaparecen y nuevas corporalidades emergen en el seno de la comunidad gay y travestí.
Sin embargo, los sonidos se han convertido en empresas por el espectáculo con el que cuentan y el gran número de gente que convocan.
Pero, ¿Cuánto cobran por presentación?
De acuerdo con información del periodista Edmundo Velázquez, del Periódico Central, algunos sonideros como “Fania 97” cobra de 5 mil a 60 mil pesos.
Según la investigación el costo de las tocadas depende directamente de sí se traslada o no con todo el equipo que utilizan para el espectáculo musical de luces.
Pero sea cual sea el costo, no podemos negar que los sonideros se volvieron parte importante de la historia de la música popular mexicana gracias a los ritmos que importaron.
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