Ticketmaster: un hoyo negro en el espectáculo
Se veía venir desde hacía meses, sin embargo ,ni autoridades ni empresa hicieron nada para evitarlo hasta que este fin de semana colapsó.
Se veía venir desde hacía meses, sin embargo ,ni autoridades ni empresa hicieron nada para evitarlo hasta que este fin de semana colapsó. Cientos de espectadores se manifestaron estafados por Ticketmaster luego de que intentaron ingresar a un concierto de Bad Bunny en el estado Azteca y el acceso les fue negado ya que presuntamente sus lugares ya se encontraban ocupados.
Claramente se trató de una sobreventa de boletos y no de una falsificación como originalmente se intento hacer creer, fue la misma empresa quien emitió boletos dobles o clonados violando la ley y defraudando a sus clientes confirmó el Procurador Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield, quien adelantó sanciones que pudieran alcanzar hasta el 10% de sus ganancias obtenidas el año pasado, dinero que ira a engordar las arcas de la nación pero que nunca podrá pagar la frustración de las decenas de fans que habían comprado sus entradas con meses de anticipación.
No es la primera vez que Ticketmaster aparece como el villano de la película, desde sus inicios esta transnacional se mostró, más que como una intermediaria entre los promotores de espectáculos y espectadores, como un monopolio de control de acceso a los diferentes eventos ya fueran artísticos o deportivos sin importar ya ni siquiera quien se podía pagar una entrada.
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De acuerdo a la mercadotecnia de la empresa se da prioridad a los cuentahabientes de determinada tarjeta bancaria, dejando el sobrante a la masa.
Hoy nos encontramos con una nueva barrera que son los clubs de fans que son quienes acceden primero a las preventas, con lo que el número de boletos para personas que no son socias o que no cuentan con la tarjeta de banco elegida les queda como única posibilidad la reventa, misma en la que también hay denuncias, está controlada por el mismo Ticketmaster.
El dedo acusador contra Ticketmaster no sólo esta apuntando hacia el evento de Bad Bunny, previamente se habían presentado otros casos como el Festival Corona Capital, o los conciertos de Harry Styles o Daddy Yankee y el escándalo se extiende hasta la Unión Americana, en donde los seguidores de Taylor Swift se quedaron formados en la fila digital ya que los boletos no alcanzaron ni siquiera a salir a la venta, el Senado de ese país ya investiga que es lo que ocurrió, y tal vez aquí nuestros legisladores deberían empezar a hacer una valoración similar para romper ese cuasi monopolio.
A final de cuentas el costo para Ticketmaster, sea cual se la sanción, será ridículo frente a las inmensas ganancias que genera año con año. Muy poco le importará el impacto que tenga en su reputación, dado que seguirá siendo la empresa dominante en el mercado, más aún cuando desde 2021 vendió el 51% de sus acciones a la transnacional Live Nation la cual, por cierto, tiene también como una de sus subsidiarias a OCESA entretenimiento.
Suprema Corte: ¿Yazmín Esquivel contra quién?
El 31 de diciembre es el último día de Arturo Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal. El 2 de enero, los once ministros votarán para elegir a su relevo por cuatro años. Hay cinco ministros postulados: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Alberto Pérez Dayán, Norma Piña Hernández, Javier Laynez Potisek y Yazmín Esquivel Mossa.
Por el número de candidatos se esperan varias rondas de votación, en las cuales declinen quienes obtengan el menor número de votos. En 2019, Arturo Zaldívar fue electo en una sola ronda de votación y habiendo declinado Pérez Dayán. Sin embargo, en 2015 tuvieron que pasar 32 rondas para elegir a Luis María Aguilar frente a Zaldívar.
Esta es la última oportunidad que tienen Gutiérrez Ortiz Mena y Pérez Dayán, pues concluyen sus periodos como ministros en 2027. Piña Hernández y Laynez Potisek todavía alcanzarían a postularse una vez más, mientras Esquivel Mossa apenas fue propuesta ministra en 2019. Cabe recordar que los ministros cubren un periodo de 15 años.
De acuerdo a los analistas, se perfilan dos candidatos fuertes: Yazmín Esquivel y Alfredo Gutiérrez, la primera con un perfil claramente afín a López Obrador, propuesta por él y esposa de José María Riobóo, asesor presidencial y contratista favorito del tabasqueño desde que fue jefe de Gobierno del entonces DF.
Sin esa cercanía con Palacio Nacional, pero tampoco confrontado, se encuentra Gutiérrez, aunque está visto que el presidente prefiere la incondicionalidad, o por lo menos que cedan en lo que le interesa, como lo fue Zaldívar. Raro que se mencione que el todavía ministro presidente apoya a Gutiérrez y no a Esquivel. Aunque Alfredo Gutiérrez parece ubicarse como el plan B en caso de no ser Esquivel, opciones tan de moda en esta administración.
La realidad es que sólo hay una candidatura sólida pro 4T, la de Yazmín Esquivel, y entre las otras, cualquiera -no necesariamente Gutiérrez Ortiz Mena aunque es quien más suena-, habrá de surgir una, si bien no confrontada al actual gobierno, que garantice la independencia del Poder Judicial.
Muy probablemente quien encabece el Poder Judicial sea quien resista o ceda a los embates de lo que queda del sexenio lopezobradorista, no sólo con fallos de interés del gobierno, sino con los recortes a presupuestos, empezando por sueldos mayores a los del presidente de la República, así como las prestaciones ya desaparecidas en las dependencias del Ejecutivo pero que todavía existe en el Poder Judicial, como los seguros de gastos médicos mayores o de separación individualizada.