Ya se está volviendo una costumbre ver al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparecer ante los tribunales por las múltiples faltas cometidas a lo largo de su administración. Acusaciones que pasan por el pago a una actriz porno con dineros de campaña (34 cargos) hasta el robo de documentos clasificados y ocultos en su mansión de Mar-a-Lago en Florida antes de abandonar la Casa Blanca (40 cargos).
Este jueves, en Washington D.C., el magnate será notificado por la jueza Moxila Upadhyaha de los nuevos cargos que se le imputan: conspiración para defraudar a su país; conspiración para obstruir un procedimiento oficial y conspiración contra derechos, estos últimos vinculados con su infructuoso intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020.
Trump se presentará con la seguridad de que no habrá de ser detenido como ya ocurrió en anteriores ocasiones, sabedor de que a la estructura de poder no le interesa montar un espectáculo que mancharía la investidura presidencial por una parte y que por otra lo victimizaría ante los ojos de sus fanáticos, esos mismos que tomaron el Capitolio ese fatídico 6 de enero del 2021 y que llevaron a su jefe ante un tribunal federal. No es difícil anticipar que Trump se habrá de declarar inocente para señalar públicamente que el proceso es una farsa que busca dejarlo fuera de la contienda por la presidencia el próximo año.
El fiscal especial, Jack Smith fundamenta su caso en declaraciones hechas por abogados de la Casa Blanca durante la administración de Trump así como colaboradores cercanos quienes advirtieron al entonces presidente que no encontraban elementos para acusar fraude; aún así este difundió falsedades y elaboró una estrategia destinada a anular el proceso electoral 2020.
De acuerdo al gran jurado, que imputó el martes a Trump, existen seis cómplices de alto nivel, entre los que se encontraría el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani quien ya enfrenta una investigación en Georgia por difundir teorías de conspiración que buscaron sembrar a todos los niveles la idea de un fraude.
La gran pregunta a la que juristas de la Unión Americana no han dado respuesta es sí bajo estas condiciones Trump podría aspirar a la candidatura republicana para las próximas elecciones, la constitución de ese país señala únicamente tres requisitos para poder ser presidente: haber nacido en la Unión Americana; haber radicado en ese territorio cuando menos 14 años y tener un mínimo de 35 años de edad. Técnicamente hasta un convicto pudiera contender, lo que no queda claro es cómo podría hacerlo desde prisión
Materia de análisis será el conocer si los republicanos estarían dispuestos a estar representados por un personaje tan oscuro. No se descarta nada, la última encuesta divulgadas publicada por el diario The New York Times revela que si se reditara la elección del 2020 el día de hoy, Biden y Trump empatarían con el 43% de los votos.
Alianza opositora: por lo menos tres a la siguiente
Cumpliendo aquello de que quien pega primero pega dos veces, el jueves pasado, en un tuit, Xóchitl Gálvez anunció haber alcanzado 220 mil firmas de apoyo, rebasando el requisito mínimo de 150 mil para pasar a la siguiente etapa del proceso de selección de quien será, de facto, candidato presidencial del Frente Amplio por México.
Un requisito que parecía de trámite para algunos de los aspirantes inscritos, al dar por hecho que contaban con la simpatía ciudadana y/o la estructura partidista, se volvió motivo de nervios y que seguramente más de uno le dio la razón a Lilly Téllez, quien declinó, entre otras razones, argumentando precisamente la recolección de firmas. Porque no, resulta que no era tan fácil.
Santiago Creel optó por decir que el comité organizador no les autoriza a dar cifras concretas sobre el número de firmas “por respeto a quienes van bajos”, sin admitir si ya cuenta o no con el número mínimo, y sin que se sepa si el comité ha puesto tal condición compadeciéndose de los que llevan pocas o a lo mejor ninguna.
Entre los priistas al parecer uno se cuela y otra no. Más optimista, Enrique de la Madrid dijo que “sí las va a alcanzar”, pero que no daba cifras porque “si les digo que ya las alcancé, no van a venir a ningún evento”, algo que no ha pasado con las actividades públicas de Xóchitl, quien continúa en ello. Por su parte, Beatriz Paredes admitió que ha tenido dificultad en la recolección de firmas digitales, pues sus principales apoyos están en el sector rural, además de que persisten las fallas en la plataforma los “fines de semana”, justo cuando tiene más eventos.
La respuesta de humor involuntario fue la de quien fuera coordinador de senadores del PAN en el sexenio calderonista y también aspirante a encabezar el Frente. Al parecer a Jorge Luis Preciado apenas este lunes le avisaron, recién se acordó o a nadie se le ocurrió preguntarle, porque dijo que él desde el 24 de julio alcanzó el mínimo e incluso lleva 300 mil firmas, pero alega que la plataforma no le genera la constancia, algo que nadie sabía que emitiera.
Entre los perredistas, Miguel Ángel Mancera se sinceró y aceptó que la faltan “poquitas” firmas, mientras de Silvano Aureoles no ha dicho nada sobre el tema.
A estas alturas, ya está asegurada Xóchitl Gálvez en la segunda fase, probablemente la única que entendió que recabar firmas digitales requería una estrategia digital. Santiago Creel y Enrique de la Madrid seguramente estarán, con un poco de ayuda de sus partidos. Difícilmente Mancera o Aureoles, con una estructura partidista en estado de coma. Por lo menos se esperarían tres aspirantes a la siguiente fase, porque lo contrario evidenciaría la debilidad de quienes conforman la alianza opositora.
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