Xóchitl Gálvez, la hora de la verdad

Tras una serie de sucesos un tanto fortuitos que la llevaron a encabezar las preferencias en el Frente Amplio por México para contender por la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez empieza a verse así misma como una candidata seria para relevar a su némesis, Andrés Manuel López Obrador, quién no puede evitar seguir siendo su mayor promotor.

Este fin de semana la aspirante dio muestras de que, de ser investida con la candidatura del Frente, su estrategia para atraer un mayor número de votantes atravesará por el lado norte del río Bravo, buscando el apoyo de los connacionales quienes a diferencia de lo ocurrido durante la actual administración dejarían de ser vistos como máquinas de fabricar dólares para cubrir las necesidades de los suyos en México, y convertirse en seres humanos con la posibilidad de encontrar mejores oportunidades de vida en el país que los vio nacer.

Xóchitl Gálvez estuvo este fin de semana Houston, Texas, en donde ser reunió con la comunidad mexicana para agradecerle su apoyo. Ahí dio a conocer que de las 555 mil firmas que acumuló durante esta primera etapa, 70 mil provinieron del que llamó el “estado 33”, prácticamente 13% lo cual habla del nivel de involucramiento que al parecer tendrá este sector durante las elecciones generales del 2024. La cifra no es menor si nos atenemos al último censo de población en la Unión Americana; tan solo en Houston había cerca de 2 millones de mexicanos. Para darnos una idea de la proporción, Felipe Calderón triunfó en las elecciones de 2006 por una diferencia de 236 mil votos, así que en caso de una elección cerrada, las boletas de ciudades como Los Ángeles, Houston, Chicago o Phoenix podrían marcar la diferencia.

De los aspirantes a ocupar la pPresidencia de México solo ella y Ebrard viajaron a la Unión Americana con propósitos electorales, eso sí con estrategias distintas. Ebrard lo hizo buscando resonancia en nuestro país garantizando el apoyo a migrantes en Florida, un estado que apenas si alcanza una población de 70 mil mexicanos y cuyo impacto no se espera sea mayor en el proceso del 2024. Durante los últimos meses, Claudia Sheinbaum también viajó a Denver, Colorado, en donde de forma tangencial se reunió con la comunidad migrante solo para hablar bien de su “jefe”, en realidad su propósito primario era participar en la Cumbre de Ciudades de las Américas.

Sobre la marcha, Xóchitl Gálvez empieza a moldear una narrativa que la vuelva creíble para ocupar el máximo cargo en nuestro país, más allá de ser el personaje dicharachero y mal hablado que puede generar simpatías pero no necesariamente generar apoyos políticos. La aspirante del Frente ya empieza a hablar de temas como del nearshoring como una ocasión irrepetible para el desarrollo de México; sobre el sueño mexicano como una opción para enfrentar la pobreza de una manera digna, ofreciendo oportunidades de crecimiento para todos aquellos que sin distingos de clase quieran, a través del esfuerzo, forjarse un futuro mejor; construir un piso parejo en donde el Estado invierta en los jóvenes muy lejos de lo que hoy ocurre en donde imperan las dádivas, y no se les puede llamar de otro modo porque son recursos a los que no se les da seguimiento porque su propósito es más electoral que de impulso a las comunidades.

Empieza la hora de la verdad para Xóchitl Gálvez, el camino será largo y turbulento. Aún debe asegurar la candidatura por el Frente. Detrás de ella viene Beatriz Paredes con toda la cauda priista a su espalda, si logra vencerla todavía tendrá que enfrentar a un rival superior, y no hablamos de Claudia Sheinbaum, sino de su mentor quien no dudara en utilizar todos los recursos del Estado para mantener viva una transformación que si bien no nació muerta, ya no encuentra de donde jalar aire.

Un sexenio perdido para la minería

México se encuentra entre los diez primeros lugares en la producción de 16 metales y minerales, entre ellos plata y oro. La minería representó el 2.46% del Producto Interno Bruto (PIB) de 2022 y en ese año generó más de 417 mil empleos directos, sin contar que abastece a más de 70 sectores productivos, donde se generan otros miles de empleos indirectos.

Actualmente, el sector minero enfrenta serias dificultades: en el ámbito internacional, las condiciones de la economía, como la inflación, el bloqueo económico a Rusia derivado de la invasión a Ucrania, la desaceleración económica y el reto que representa cubrir la alta demanda de minerales estratégicos para la producción de baterías y semiconductores.

En cuanto a lo nacional, sigue existiendo incertidumbre por las políticas adoptadas por la administración del presidente López Obrador, entre ellas la reforma a la Ley Minera, el no otorgamiento de nuevas concesiones, el retraso de permisos ambientales, así como la falta de Estado de derecho por la inseguridad y en la atención a los conflictos laborales.

Dificultades que se suman a una industria que si bien genera mucha riqueza, también requiere de grandes inversiones y riesgos, en los que se toman años para la exploración y determinar la viabilidad para explotar y producir el mineral, por lo que las adversidades de ahora tienen impacto a largo plazo.

Como dato preocupante, de acuerdo a la Cámara Minera de México, la Inversión Extranjera Directa en minería en nuestro país cayó 66.8% de un año a otro, de 4 mil 833 millones de dólares en 2021 a sólo mil 693 millones en 2022. Ya visto como un sexenio perdido para la minería, urge que quien llegue al relevo proceda al rescate del sector. No se necesita mucho, y es lo que demandan todos los inversionistas nacionales y extranjeros: certeza jurídica.