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Manos Amigues: comida, cultura y diversidad como puente de solidaridad

by Armando Tovar
'Manos Amigues', un espacio de solidaridad e inclusión.

En 1984, un colectivo LGBT del Reino Unido se unió a la causa de las huelgas de los mineros. Así surgió el movimiento ‘Lesbians and Gays Support The Miners‘, quienes a pesar de la resistencia moral de los trabajadores que temían ser relacionados con miembros de la comunidad homosexual, lograron robustecer la lucha sindical hasta el triunfo de las exigencias, y demostraron que, en tiempos de solidaridad, la unión hace la fuerza, siempre y cuando se dejen de lado los prejuicios y las diferencias.

Esta manifestación social se ha trasladado desde hace año y medio a ‘Manos Amigues‘, un comedor comunitario y centro cultural administrado por miembros de la comunidad LGBT y aliados, que con su causa definen a la perfección el lema ‘hacer el bien sin mirar a quien‘.

Ubicado en la calle de Pedro Moreno 113, dentro de la colonia Guerrero en la Ciudad de México (CDMX), la iniciativa de doble propósito ofrece un menú diario al precio de 11 pesos mexicanos y, a la vez, se fortalece con una cartelera de eventos culturales multidisciplinarios e incluso internacionales.

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Brent Alberghini, una vida de activismo para la diversidad en los cimientos de Manos Amigues

Brent Alberghini es el fundador del proyecto que en julio de 2022 celebró su primer aniversario de operaciones. Pero en dicha oportunidad no solo se conmemoraron 365 días de facilitar alimentos y recreación a la comunidad, sino también una vida de activismo y conciencia social que se fortaleció desde la juventud del filántropo estadounidense.

Brent es originario de Nueva York y desde los 12 años dio sus primeros pasos en los trabajos de caridad, debido a la transmisión del espíritu solidario de sus padres, a quienes describe como “hippies, activistas en los 60, en las revoluciones de derechos humanos para mujeres, para comunidades de Estados Unidos”.

Las labores de Alberghini iniciaron con voluntariados en una iglesia, a lo cual cedió a pesar de no ser religioso. En ese entonces servía comidas para personas que vivían en situación de calle.

Posteriormente, estudió Sociología en la Hunter University. Durante sus días en la academía, además de trabajar se involucró como voluntario para el AIDS Service Center of Lower Manhattan, donde brindan apoyo a comunidad afroamericana y latina afectada por el virus del VIH/SIDA.

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Así se articularon sus intereses por dedicar su vida a la defensa de las minorías y los estratos vulnerables, actividad que lo llevó a residir en México desde hace 14 años, en donde ha podido contribuir a la labor de centros de salud sexual y organizaciones como ‘Vida Alegre‘, el primer centro para el adulto mayor LGBT en la CDMX.

Asimismo fue como se aventuró a generar su iniciativa propia y lanzó ‘Burritos No Bombas‘, una dinámica basada en la repartición de burritos, que surgió como una idea de una de sus amigas que radica en San Diego.

Este alimento, al ser de fácil preparación y gran tamaño, le permitió apoyar a la nutrición de personas de la calle. No obstante, con la llegada de la pandemia mundial del COVID-19, el apoyo tuvo que transformarse a la distribución de despensas, mismas que escalaron hasta los 300 paquetes de víveres semanas para el soporte de 6 organizaciones diferentes de la comunidad LGBT y otras más que brindaban apoyo a albergues para personas sin hogar.

Gracias a la expansión de las vacunas y la disponibilidad de un local en el barrio de la Guerrero, ‘Burritos No Bombas‘ se transformó en ‘Manos Amigues‘, durante el verano de 2021, sociedad que el neoyorquino describe como auténtica en su tipo, pues “no existe un comedor comunitario y centro cultural LGBT en Nueva York ni en San Francisco. Esta es una idea única que hemos creado en la CDMX“.

Actualmente, el inmueble ofrece 250 comidas diarias, las cuales no solo se reparten entre miembros identificados como LGBT, sino que también benefician a la diversidad externa que existe en la capital mexicana.

Brent, fundador de ‘Manos Amigues’.

María “Marica” Veras, el complemento artístico del comedor comunitario

María Veras Álvarez es una de las integrantes de ‘Manos Amigues‘. Con su trayectoria como rapera, está involucrada sobre todo en la parte del centro cultural y los eventos artísticos, y llegó al colectivo gracias a su amistad con Brent.

La cantante de hip hop comparte su visión de unidad que la ha llevado a comprometerse con el proyecto. “No pensamos en separar, pensamos en que realmente hemos caminado como disidencias en este mundo desde siempre y eso nos hace entender que quienes están dentro de los closets y dentro de las cajas son las demás personas (…) Nosotros somos un espacio abierto en el que pueden sentirse segurxs”, declara en entrevista para Mundo Ejecutivo.

La creadora musical, también conocida entre sus allegados como “Marica“, destaca que a ‘Manos Amigues‘ llegan todo tipo de personas, “muchos adultos mayores que viven por allá, también llegan de Iztapalapa, migrantes, hasta políticos“, quienes conviven en un ambiente de respeto y reconocen el apoyo que se nace desde la iniciativa LGBT.

En el aspecto cultural, por el escenario de este espacio multitudinario han desfilado personalidades como el director de cine estadounidense John Cameron Mitchel, estrellas musicales coreanas, talentos emergentes, actos de vogue, entre otros, y en febrero de 2023 esperan la presentación de un nuevo libro de Bruce LaBruce, adelanta Brent. “Normalmente en un mundo capitalista cobrarían 500 pesos por ver una entrada así“, señala “Marica“.

María “Marica”, gestión cultural de ‘Manos Amigues’ y rapera.

Los obstáculos de la solidaridad

Al igual que sus antepasados británicos, Brent y María se han tenido que enfrentar a diversos obstáculos para materializar sus ambiciones, y el más desafiante ha sido el financiero.

Manos Amigues‘ forma parte de la red de comedores comunitarios de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la Ciudad de México (Sibiso), debido a lo cual reciben apoyo para cubrir con los gastos de los insumos implicados en la preparación de las comidas cotidianas.

La cuota de recuperación se destina al pago de los sueldos de las personas que trabajan en servicio de comedor, mientras que el centro cultural representa otra entrada monetaria para cubrir necesidades del espacio, por lo que es prácticamente autosuficiente.

Sin embargo, “todavía hacen falta recursos“, cuenta el fundador, quien se describe a si mismo como un “puente de finanzas entre Estados Unidos y México“, pues ha tenido que recurrir a donaciones de fondos de inversión extranjera para la caridad y del financiamiento de individuales que están convencidos sobre el potencial de su proyecto. “Crear confianza en personas es el primer paso para conseguir apoyo en cualquier cosa que quieras hacer“, reconoce.

Debido a su origen extranjero, Brent ha tenido que sortear las críticas que elevan a la superficie el dejo de xenofobia en la sociedad mexicana. “Son las mismas palabras que escuchas en Texas, de personas racistas hablando sobre latinos cruzando la frontera. Es el mismo sentimiento pero opuesto”.

Adicionalmente, complementa su posición controversial debido a los tiempos en los que la gentrificación se ha apoderado de la conversación de los locales, quienes se han visto desplazados y afectados por las subidas en las rentas y el pago de servicios, ocasionadas por la llegada de residentes internacionales.

En este sentido, Alberghini hace un llamado a la indulgencia pues tiene “acceso a oportunidades” y además es un agente de contribución social. “Es algo que en lo que yo veo que puedo ayudar con la posición que tengo. Puedo recaudar fondos allá (en Estados Unidos) y usarlos para hacer algo mucho más grande en México”.

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El futuro de Manos Amigues

Manos Amigues‘ se encuentra en la transición para convertirse en una Asociación Civil y es en este aspecto dentro del cual se concentra otro de los impedimentos para la fluidez en el desarrollo de nuevos programas que apoyen a los más necesitados: la burocracia.

“Ha sido un proceso más largo aquí (en la CDMX) que en Estados Unidos, donde he podido hacer el trámite en un día. Aquí llevamos como 7 u 8 meses y todavía no está listo“, cuenta Brent sobre sus esfuerzos por institucionalizar lo que podría convertirse en la organización ‘Apoyo Comunitario Manos Amigues‘.

De hacerlo posible, esto les permitiría agilizar las inyecciones de capital para financiar los dispositivos de ayuda existentes, a los cuales en el pasado han contribuido empresas entre las cuales se encuentran Uber y Mercado Libre.

En el mismo sentido, permitiría implementar nuevos programas, como el que busca “que personas en situación de calle puedan acercarse a la cocina, que tengan talleres de gastronomía y que el comedor no solo se sostenga por el trabajo de una cocinera”, en palabras de “Marica“.

Mientras llega el impulso organizacional por el que Alberghini se está esforzando en estos momentos, finalmente comentó su preocupación por la escasez de “archivos históricos como el San Francisco Historical Society“, añade, mismo que se encargó de recuperar la historiografía queer del siglo pasado.

“Estaría muy chido tener algo así en México, porque la historia de la comunidad es muy importante para los jóvenes, para entender donde estamos (…) No vas a entender sobre VIH/SIDA si no conoces su historia y como activistas realmente presionaron al gobierno para la distribución de medicamentos retrovirales”; ojalá este reportaje pueda trascender como un vestigio de la relevancia de ‘Manos Amigues‘ en la historia contemporánea de la comunidad LGBT que habita la CDMX.

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