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Nearshoring, oportunidad para el mercado de carbono en México

por Mundo Ejecutivo

El nearshoring o la relocalización de empresas es una oportunidad para el mercado de carbono en México, pues este fenómeno tiene como fin ser proveedor de los Estados Unidos y ese país tiene regulaciones al respecto, por lo que día con día la cadena de valor completa tiene que estar mostrando sus iniciativas para limpiar y minimizar su huella de carbono, explicó Patrick Atanasije Pineda, socio director de The Next 150, empresa especializada en invertir y operar empresas que ofrecen soluciones al cambio climático y que participa en el mercado voluntario de carbono.


En entrevista, el directivo explicó que con cada vez más frecuencia las compañías compradoras en Estados Unidos van a empezar a empujar y preguntar a sus proveedores ¿qué estás haciendo para disminuir la huella de carbono? Y si una empresa quiere venir a instalarse en México y no está viendo en su lectura de costos esta parte de la sostenibilidad, está perdiendo una gran oportunidad.
“Un ejemplo es una empresa que viene a construir un parque industrial, sus materiales pueden ser más sustentables y eso puede ayudar a tener canalización de créditos de carbono, pero aún más importante pueden entrar en la cadena de suministro como proveedor verde” explicó Pineda.


Los mercados de carbono son sistemas comerciales en los que se venden y compran créditos de carbono, por lo que  las empresas pueden utilizar los mercados de carbono para compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero mediante la compra de créditos de carbono de entidades que eliminan o reducen las emisiones de CO2.
Existen dos tipos de mercados de carbono: de cumplimiento regulado y voluntarios. Los mercados regulados se crean como resultado de una política o requisito normativo nacional o internacional, mientras que los mercados voluntarios, se refieren a la remosión de CO2, emisión, compra y venta de créditos de carbono de forma voluntaria.


Uno de los vehículos para la transición hacia una economía verde son los créditos de carbono, si bien en México y América Latina lo nombraron bonos de carbono, nosotros preferimos llamarlos créditos, cómo lo hacen en Europa, pues se trata en realidad de un crédito, ya que pueden financiar proyectos y después pagarse, dijo Atanasije Pineda.


En el último año, hemos visto un crecimiento fuerte en los mercados de carbono pues se estima que, a nivel mundial, el mercado regulado mueve más de 875 mil millones de dólares, recordó el ejecutivo.
En este sentido, The Next 150 invirtió y puso en marcha General Biochar Systems (GBS), una empresa de producción de biochar (biocarbón producido sometiendo deshechos orgánicos a un proceso específico de calor llamado pirólisis), que genera créditos de Remoción de Dióxido de Carbono (CDR) de alta calidad. La planta fue inaugurada en mayo de este año en Irapuato, Guanajuato.


Para poder obtener créditos de carbono, el proyecto se tiene que validar con una empresa de validación y verificación bajo una metodología que se enlista en un registro de créditos de carbono, pues existen más de 20 registros y 300 metodologías, explicó Pineda.
En el mercado voluntario de créditos de carbono, actualmente se mueven 2 mil millones de dólares, con proyectos, en su mayoría, forestales y solares. Nosotros decidimos para México enfocarnos en créditos de alta calidad, como el de biochar, que se vende en alrededor de 100 dólares por crédito, comparado a créditos tradicionales que rondan entre los 3 y 15 dólares, dijo.


La única forma de que esto genere un impacto real a nivel global, para lograr la remosión de CO2 que el planeta necesita, es que se logren escalar estos proyectos. Nosotros invertimos 3 millones de dólares para la planta de Guanajuato, que va a producir 30 mil créditos al año, pero estimamos poder abrir por lo menos 3 plantas más hacia 2024, adelantó.


El crédito como tal es el certificado que comprueba esa reducción o esa captura de emisión, por lo que el crédito de carbono se otorga a través de un registro y es validado a través de la ciencia del proyecto que da certeza que logra esa reducción o captura de emisiones, dijo Pineda.
Un crédito de carbono equivale a una tonelada de dióxido de carbono, o la cantidad equivalente de un gas de efecto invernadero diferente, que ha sido reducido, secuestrado o evitado.


En el mercado de futuros de Nueva York, al igual que con el oro o el petróleo, ya existe un listado de créditos de carbono, por lo que el mercado de futuros de créditos de carbono es una realidad.
Nuestra visión es arrancar en México y expandirnos hacia América Latina, pues México ofrece una oferta industrial y agrícola única. Analizamos proyectos en Brasil, Paraguay y otros paises. Sin embargo, nuestra visión para los próximos 12 meses es expandirnos con más plantas de producción de biochar en México.
Más de mil 200 empresas en el mundo han hecho compromisos en reducir sus emisiones contaminantes y México es líder en este mercado, pues es el primer país en América Latina en haber creado un mercado regulado.


Mientras no exista una regulación, el mercado voluntario es un camino muy viable para canalizar este financiamiento e invertir en estos proyectos. Empresas que generan desechos, si los convierten en bioenergía pueden lograr un certificado, luego un crédito de carbono, además de no tener el gasto de pagar ese desecho, apuntó el directivo.

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