México y EU: dos visiones, mismos problemas

Con bombo y platillo el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, presentó el viernes, en la conferencia matutina, “su” balance del encuentro sostenido con las autoridades estadounidenses en el marco del rimbombante nombre de “Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras entre México y los Estados Unidos”.

Pese el esfuerzo de ambas partes por aparecer políticamente correctas, la forma de abordar los problemas está muy lejos de ser la misma.

Mientras el secretario de Estado, Antony Blinken, tiene claro que las prioridades de su gobierno son la protección de sus ciudadanos, la prevención del crimen transfronterizo y la persecución de las redes criminales por todos los medios posibles; del otro lado, Ebrard, quien representa la política gubernamental, supone que el problema lo resolverán “Jóvenes Construyendo el Futuro” y “Sembrando Vida”, programas cuyos resultados no son medibles y cuyo éxito está sujeto a un acto de fe.

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El tráfico de armas es otro de los temas prioritarios, en particular para el canciller quien necesita urgentemente construir una plataforma que le dé soporte a su precampaña presidencial. Ebrard, quien ya le dijo a Blinken cómo frenar el tráfico de armas, afirma que en nuestro país 32 mil armas habrían llegado a manos de la delincuencia a no ser por la Guardia Nacional y, como si fuera un mérito más que una obligación del Estado, presume grandes decomisos de cocaína y fentanilo, un tema al cual también se refirió Blinken, quien a diferencia del secretario de Relaciones Exteriores, ve en el fentanilo un problema más grave que el tráfico de armas.

Si bien es importante el mensaje que los gobiernos trasmiten a sus ciudadanos con estos eventos protocolarios, lo verdaderamente importante es lo que no se hace público. Difícilmente los representantes de la política exterior de ambos países habrían dejado pasar la oportunidad de platicar sobre el acuerdo espacial firmado con Rusia y que, según las autoridades de Moscú contempla la utilización del sistema de geolocalización Glonass; los pormenores del hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional y sus implicaciones para la seguridad fronteriza; qué avances se tienen sobre la extradición de Caro Quintero; y como preguntó algún periodista, el doble discurso que se maneja respecto a la relación bilateral, pues en las conferencias matutinas el presidente López Obrador maneja una retórica anti imperialista.

Otro tema de interés sería conocer si efectivamente Estados Unidos se desistió de ir a un panel por sus diferencias con México en materia energética en espera de un acuerdo y bajo qué condiciones, pero de eso la verdad solo la tiene el presidente y su círculo más cercano.

Lavado en apuestas deportivas

Mil 700 billones de dólares se juegan cada año en el mercado de apuestas ilícitas, de acuerdo al Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Las competencias deportivas resultan sumamente atractivas para las apuestas legales e ilegales debido al anonimato que permite, las lagunas legales, el lavado de dinero y por la infinidad de variantes que hay para apostar, no sólo por el ganador de un torneo o partido, sino el marcador, minuto en que cae la primera anotación, número de tarjetas amarillas, faltas, tiros de esquina; u otros hechos que puedan suceder en un partido. Esto conlleva un incremento en las actividades fraudulentas, corrupción, sobornos y chantajes con amplias redes y variantes.

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En México las casas de apuestas no sólo hacen lo propio con los torneos de fútbol, sino que patrocinan a los propios torneos y equipos, así como se anuncian durante las transmisiones, lo cual se extiende de manera similar a otros deportes como el boxeo, de fama añeja en aquello de las peleas arregladas.

Recurrentemente nos enteramos de supuestas investigaciones por lavado de dinero en el fútbol mexicano por diferentes razones, desde el mercado de jugadores, la compra de equipos o actividades en que están involucrados los propietarios de equipos. Y son supuestas porque las indagatorias parecen no concluir en nada.

Queda pendiente si la alerta lanzada por el organismo de las Naciones Unidas activa algo por parte de las autoridades competentes como la Fiscalía General de la República (FGR), la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT).