Quiet ambition: La tendencia en la generación Z que redefine el éxito laboral
Las personas con un perfil 'quiet ambition' priorizan el equilibrio entre el trabajo y el bienestar personal, con cualidades introvertidas y reflexivas.
En la actualidad, existe una tendencia en el mundo laboral que desafía las nociones tradicionales del éxito para los colaboradores. La ‘quiet ambition‘ o ambición silenciosa es un fenómeno que se caracteriza por la búsqueda de aspiraciones profesionales en cualidades discretas, reflexivas e introvertidas.
Este término es cada vez más común entre la generación Z, que prioriza el equilibrio entre el trabajo y el bienestar personal. Según estudios del sector, antes de querer ser directivos con un mayor sueldo y responsabilidades sobre sus pares, sus aspiraciones son compartir tiempo con familia y amigos (67%) y mantener su salud mental y física (64%).
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¿Cuál es el mejor liderazgo, introvertido o extrovertido?
La característica de la ‘quiet ambition‘ tiene un impacto en los modelos de dirección y en la estructura organizacional. Las personas con este enfoque son constantes, resilientes y confiables, priorizando la calidad, la visión y la perseverancia con gestos introvertidos.
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Sin embargo, los líderes extrovertidos están asociados con gestos abiertos, que se identifican como decididos, exigentes y competitivos debido a su dominancia. Generalmente, tienden a ser más directos, firmes y orientados a los resultados. Se les considera personas con carácter fuerte, líderes que quieren estar en control, progresar y mostrarse fuertes.
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Quiet ambition y el equilibrio laboral
Las empresas deben ajustar su gestión del talento para buscar un equilibrio entre las nuevas generaciones, con el objetivo de identificar a los líderes extrovertidos y potenciar ambos perfiles. Así, se logra que los candidatos y el talento existente estén alineados con el fit cultural de la organización.
Esto implica implementar prácticas de gestión que reconozcan el esfuerzo constante y la calidad del trabajo, más allá de la visibilidad y la autopromoción.
Finalmente, es crucial adoptar una cultura organizacional que valore la diversidad de pensamientos y estilos de liderazgo, ofreciendo oportunidades a todos los colaboradores, ya sean introvertidos o extrovertidos, para que puedan aportar ideas y liderar proyectos de manera efectiva, fomentando una cultura inclusiva.