A medida que se acerca el fin del periodo ordinario de sesiones, la Cámara de Diputados de México se encuentra en un punto crítico respecto a la votación de una reforma que busca reducir de 48 a 40 horas la jornada laboral en el país.
La diputada proponente, Susana Prieto, reveló a EFE que la fecha tentativa para discutir esta reforma es el martes 12 de diciembre, aunque aseguró que no hay ningún acuerdo firmado aún.
Prieto, activista y legisladora del oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), señaló a la fracción parlamentaria del derechista Partido Acción Nacional (PAN) como opositora a la reducción laboral.
Además, acusó al presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Jorge Romero, también del PAN, de aplazar el dictamen antes de pasar a discusión en el pleno de la Cámara baja del Congreso mexicano.
La incertidumbre persiste
La incertidumbre persiste sobre si la reforma se someterá a votación en las últimas dos sesiones del martes y miércoles, ya que los legisladores mexicanos tienen previsto concluir el periodo ordinario de sesiones con la última sesión del miércoles. Algunos diputados, como el morenista Juan Ramiro Robledo, han sugerido que la discusión podría posponerse hasta el próximo periodo ordinario en febrero de 2024.
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Prieto destacó que la iniciativa cuenta con el apoyo de la mayoría de los grupos parlamentarios, incluyendo Morena y sus aliados PT y PVEM, así como el PRI y MC. Afirmó que, aunque ha habido 17 intentos previos de reducir la jornada laboral sin éxito, esta es la primera vez que la iniciativa avanza tanto en el Congreso mexicano, reconociendo la influencia del sector privado.
“17 veces se ha tratado de disminuir la jornada laboral de los trabajadores en México y siempre han ganado los empresarios”, expresó Prieto, confiando en que los trabajadores exigirán la votación y aprobación de esta reforma, que beneficiaría a 57 millones de trabajadores.
Prieto subrayó que el dictamen no incorpora nada nuevo, desestimando la demanda del PAN, y mencionó un acuerdo de la Comisión de Puntos Constitucionales que indica que no es procedente volver a discutir el tema.
Carlos Slim sostuvo que los mexicanos necesitan trabajar más
En cuanto a la resistencia empresarial, estos argumentan que “no es el momento” para aprobar la reforma debido a los costos que tendrían que asumir, sobre todo para los empleadores más pequeños, quienes han alegado que ya han realizado ajustes en sueldos y prestaciones.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha comentado que es un tema que merece ser discutido, mientras el magnate Carlos Slim sostuvo que los mexicanos necesitan trabajar más para ganar más, tras la inauguración del Aeropuerto Internacional de Tulum.
Si la reforma se aprueba en la Cámara de Diputados, deberá pasar por el aval de los legisladores en el Senado y recibir la aprobación de al menos 17 congresos locales en las entidades mexicanas para tener efectos constitucionales.
La incertidumbre persiste, pero la posible transformación en las condiciones laborales de millones de trabajadores mexicanos está en juego.