Inversión es la palabra clave en este incipiente sexenio. Se necesitan grandes montos de dinero para mover a una economía que consume grandes cantidades de recursos en programas sociales, pero que también enfrentará grandes retos en materia de infraestructura como es el caso de la reactivación del sistema ferroviario de pasajeros.
El anuncio del martes de que la empresa taiwanesa Foxconn construirá en Jalisco la fábrica de servidores más avanzados en el mundo para Inteligencia artificial, con una inversión cercana a los 241 millones de dólares es una buena noticia; sin embargo, se requiere mucho más que eso si de verdad el país quiere abrirse paso en un entorno en que la competencia por recibir recursos foráneos es en extremo alta.
De acuerdo a la plataforma Data México de la Secretaría de Economía, en los meses que van de enero a junio de 2024 nuestro país recibió 31 mil 644 millones de dólares en inversión extranjera, 5 mil millones de dólares menos de lo que se recaudó en la totalidad de 2023, lo que habla de las expectativas frente a una nueva administración, luego de seis años de un gobierno que ofreció todo menos confianza para los inversionistas.
Mucho se habla del nearshoring y de la bonanza que esta relocalización de las empresas podría traer a México dada su ubicación geográfica privilegiada; el T-MEC con Estados Unidos y Canadá pero, sobre todo, la distancia que estos últimos han marcado con los productos chinos. Esto no es suficiente, las empresas requieren de mucha infraestructura para poder operar adecuadamente, como energía, agua, vías de comunicación, seguridad, mano de obra calificada pero sobre todo certidumbre jurídica algo que aún no está muy claro si la nueva administración va a poder garantizar pese a las declaraciones que emergen diariamente de Palacio Nacional.
Desde la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard ya tiene una estrategia que le permitiría México ser más competitivo frente a sus socios del norte, habida cuenta que desde 2021 la participación de México en Inversión Extranjera Directa se ha visto reducida. Tan sólo el año pasado, la Unión Americana recibió en IED 311 mil millones de dólares frente a los 36 mil millones de dólares de México y los 50 mil millones de Canadá.
De entrada, Ebrard contempla la posibilidad de una desaceleración por lo que busca apresurar de la inversión local y foránea aplicando sus buenos oficios diplomáticos, pero también ofreciendo estímulos para los inversionistas, algo a lo que sistemáticamente se negó Andrés Manuel López Obrador, dejando el campo abierto para el gobierno estadounidense implementara la Ley para la Reducción de la Inflación que destina; a groso modo, 380 mil millones de dólares a incentivos fiscales y proyectos vinculados a la energía limpia, beneficios que por supuesto terminan por transmitirse también a los consumidores.
Canadá también tiene su propio plan de inversión con estímulos que colocan fuera de la competencia a nuestro país.
Son muchas las empresas extranjeras que han anunciado sus intenciones de invertir en México, entre ellas Tesla, sin embargo, mientras el dinero no este sobre la mesa no se pueden echar las campanas al vuelo. Los inversionistas se enfocan en los números y estos emergen de las variables antes mencionadas y, por supuesto ,de análisis de las calificadoras, desde ahí empiezan los problemas para nuestro país.
La paradoja de la violencia y la pobreza
Por más sentido social que le encuentren a la delincuencia vinculando el origen de la violencia a la precaria situación económica es insuficiente y hasta contradictorio.
Pensar que el grado de violencia al que hemos llegado en el país, sin importar la zona o el estado de la república, es producto de la miseria o de la falta de oportunidades es una falacia. Y no tendría nada de malo comentarlo en una barra o en una mesa de algún restaurante, pero sí en una reunión de seguridad nacional.
Hay múltiples factores en la generación de la violencia y en la sensación de inseguridad pública, de hecho son dos cosas muy distintas.
Está comprobado que existe una relación directa entre los cambios de gobierno y el aumento de la violencia, lo cual obedece al cambio de personas en la administración pública, que evidencia la colusión o la corrupción del crimen organizado y las autoridades. Por otra parte, los motivos que llevan a jóvenes a integrarse a organizaciones criminales, son más complejas que las que los lleva a la delincuencia común, aunque de ésta puedan saltar a la otra.
Sin embargo, la violencia rampante y exagerada tiene otros propósitos y objetivos, ahí es cuándo y dónde la tan desgastada “inteligencia” debe rendir frutos y encontrar las debilidades de los supuestos adversarios, o así era tan fácil de identificar cualquier guerra, los buenos contra los malos.
El flamante secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, anunció con bombo y platillo su estrategia (la continuidad de la estrategia de AMLO) y de inmediato se ha puesto manos a la obra, acudiendo a Culiacán y a Guanajuato en el mismo día.
El Zar contra la Delincuencia, como le habría gustado que se publicara su nombre siempre, y que ahora lo ha conseguido sin haber logrado absolutamente nada, pero con cientos de fotos que parecen más de un cartel de película que de una situación de emergencia y de la vida real.
El despliegue de seguridad, en torno a él, no tiene precedentes, pues se ha convertido en el blanco de cualquier tipo de amenazas y ha distraído a gran parte de los efectivos de las fuerzas de seguridad hacia su persona. Pero eso tampoco importa.
Por supuesto que todos los mexicanos, o casi todos, le deseamos suerte en su encomienda; sin embargo, no podemos dejar de pensar en que su seguridad hoy es más importante que la seguridad de la mayoría porque durante su carrera ha sido objeto de amenazas y de al menos un atentado que casi le costó la vida.
Menos fotos y más acciones, menos luces y más inteligencia. Estamos en una situación de emergencia, no hay espacio para héroes, sino para estrategas y resultados. No son tiempos de elecciones.
¿Qué pasará mañana cuando las autoridades de Estados Unidos lleguen a pedir información o colaboración para investigar a algunos gobernadores, amigos, familiares o cercanos el presidente Lópe Obrador?
No se puede quedar bien con Dios y con el Diablo.
Ejercicio y descanso, claves en la salud mental
Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de generar conciencia e informar sobre los trastornos mentales para combatir el estigma social.
En México, 3 de cada 10 personas padece algún trastorno mental a lo largo de su vida y más del 60% de la población que lo sufre no recibe tratamiento, de acuerdo a datos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Estrés, ansiedad y/o depresión son frecuentes derivados de entornos de trabajo deficientes con largas jornadas de trabajo, cargas excesivas de tareas, dificultad para la desconexión de las responsabilidades de los puestos, incertidumbre laboral, la falta de ejercicio y de un descanso adecuado.
De acuerdo al estudio “Radiografía de Bienestar Empresarial” de TotalPass, la plataforma de bienestar corporativo que ofrece acceso a los mejores gimnasios y estudios de México, un 54% de las empresas en México no promueven claramente el bienestar y la salud mental ni se impulsan hábitos saludables como el descanso y el ejercicio. Asimismo, un 35% de los entrevistados indicó que en sus organizaciones no hay acciones para fomentar pausas activas ni mantener una buena ergonomía en el lugar de trabajo.
“Descansar correctamente ayuda a tener más energía, además de fomentar la claridad mental y mejorar la concentración. Aunado a ello, el realizar ejercicio promueve la producción de neurotransmisores del cerebro (endorfinas, dopaminas y serotonina) que nos hacen sentir bien”, comentó Alice Carvalho, Country Manager de TotalPass México.
Con base en estos dos pilares, descanso y ejercicio, que ayudan a mantener una buena salud mental, TotalPass hace algunas recomendaciones: 1) Establecer una rutina para acostarse y levantarse a la misma hora todos los días. El lapso de tiempo ideal de sueño para una persona, es de 8 horas; 2) Meditar, hacer ejercicios de respiración o tomar un baño caliente; 3) Practicar ejercicio unos 30 minutos diarios la mayoría de los días de la semana; 4) Procurar practicar ejercicio en compañía de un amigo, colega o familiar te anima a no abandonar la rutina; 5) Comer sano, mantener una dieta balanceada e hidratarse adecuadamente y evitar el consumo de estimulantes como la cafeína, la nicotina y el alcohol; 6) Crear un ambiente de descanso agradable con música relajante, aromaterapia, además de mantener la habitación fresca, oscura y silenciosa.
En caso de que se hayan aplicado los puntos anteriores y no se siente mejora en la salud mental, es conveniente acudir con un profesional de la salud para que brinde apoyo.
“Sentirse bien física y emocionalmente es indispensable para disfrutar de una buena salud mental. Cuando practicamos alguna actividad deportiva y procuramos tener un descanso reparador, aumentan nuestros niveles de energía para realizar todas nuestras actividades”, concluyó Alice Carvalho.
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