Por primera vez, tras haber tomado posesión como presidenta de México, Claudia Sheinbaum hará una diferencia con su predecesor, Andrés Manuel López Obrador: saldrá del país para participar en un encuentro internacional de alto vuelos en el que pretende transmitir la esencia de la Cuarta Transformación, pero también convencer a los gobiernos de las grandes potencias económicas de que sus reformas no representan un riesgo para sus inversiones en nuestro país.
La Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, es un escenario propicio para esta primera aparición en el exterior ya que cuenta con el respaldo del anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, un firme aliado del régimen instaurado en 2018 quien comparte ideología con la mandataria.
Se trata de una visita relámpago, prácticamente un día y medio, en la que Sheinbaum habrá de participar en dos sesione plenarias de alto nivel: la primera versará sobre la lucha contra la pobreza y el hambre, para después dar paso a una segunda sobre la reforma de las instituciones de la gobernanza global.
Muy poco o casi nada se sabe de alguna otra reunión. El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, había señalado hace unos días que los jefes de Estado de ocho países, entre ellos Canadá, Japón y Gran Bretaña, habían solicitado reunirse con la presidenta, sin embargo hasta el viernes aún no había nada confirmado, tal vez a reserva de dejar un espacio abierto frente a un posible encuentro con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Bien haría Sheinbaum en extender su visita para reunirse con el mayor número de sus pares; sabido es que estos foros son también un magnífico espacio para hacer diplomacia, algo de lo que nuestro país necesita frente a la incertidumbre generada por las reformas energética y los cambio en el Poder Judicial.
En su última conferencia de prensa, antes de partir a Río de Janeiro, la mandataria aseguró que la participación de México estaría centrada en la construcción de la paz mundial, el medio ambiente y la disminución de la pobreza y al parecer, por lo dicho, su gran apuesta se encuentra en el programa Sembrando Vida, una iniciativa que, si bien favorece a campesinos de escasos recursos a partir de lo impuestos de todos los mexicanos, está aún muy lejos de presentar resultados tangibles, además de no contar con las certificaciones que le permitan ser avalado por organismos internacionales.
Un fantasma habrá de recorrer las salas y pasillos en donde se realizará el encuentro, Donald Trump será esa gran sombra que eclipsará los grandes temas. El regreso del empresario a la presidencia de Estados Unidos tiene preocupada a más de una nación frente a sus amenazas y su impredecible manera de actuar.
En congruencia con su narrativa Claudia Sheinbaum se hará acompañar únicamente por cinco funcionarios y habrá de llegar a Brasil en un avión comercial.
AMLO, presente en Palacio
Desde hace días corre el rumor de que Andrés Manuel López Obrador sigue viviendo en Palacio Nacional, razón por la cual la presidenta Claudia Sheinbaum no se ha mudado al Zócalo. La versión carece de fundamento pues, aunque no hay señales de que el expresidente esté en Palenque, no hay evidencia alguna de que esté siquiera en la Ciudad de México. Sin embargo, ni falta hace la manifestación física o expresión alguna, el tabasqueño está muy presente en Palacio Nacional.
Basta ver las últimas tres mañaneras de la semana pasada. El miércoles, un reportero le recordó a la presidenta que era el cumpleaños de López Obrador, a lo que Sheinbaum contestó mandándole saludos y pidiendo las mañanitas al final de la conferencia. El jueves, sin pregunta de por medio, la presidenta abordó la polémica de la reelección de Rosario Piedra al frente de la CNDH -con argumentos muy endebles por cierto, dado el desaseo del procedimiento en el Senado-, y negó que su antecesor estuviera detrás de ello, “ya déjenlo descansar”, dijo, señalando que el señor está dedicado a escribir su libro.
La conferencia matutina del viernes parecía irse en blanco, sin menciones a AMLO, hasta que, al final, en la sección de “Suave patria” se presentó una cápsula supuestamente sobre corridos de la Revolución en el estado de Morelos. Y es supuestamente, porque el primer corrido cantado hizo alusión… ¡a López Obrador!
Contradictorio para Claudia Sheinbaum pedir que dejen descansar a su antecesor, cuando desde el espacio que le heredó y que sigue operando Jesús Ramírez, una y otra vez lo aluden, desde la zalamería, la explicación no pedida y la propaganda.
Que no se enojen si la percepción es que sigue mandando el expresidente.
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