EU-China: 90 días para evitar el colapso

Se abrió un nuevo capítulo en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, una tregua de 90 días que busca evitar el colapso de ambas economías que, pese a su fortaleza, quiéranlo o no, siguen dependiendo la una de la otra.

Resulta más que que evidente que el plazo fijado no será suficiente para resolver las diferencias abismales que existen entre ambas naciones, en el mejor de los casos servirá para reagrupar fuerzas y, en el caso de los Estados Unidos, evitar una recesión que habían venido vaticinado las diferentes calificadoras desde hace algunas semanas y que parecía inevitable.

Es prácticamente imposible que la balanza comercial logre equilibrarse en el corto o mediano plazo, uno de los principales reclamos de Donald Trump, porque es una realidad que Estados Unidos no tiene la capacidad para producir lo suficiente para satisfacer a una sociedad que fue formada por las propias empresas norteamericanas para consumir, consumir y seguir consumiendo como una forma de vida.

Paralelamente, la administración Trump ha vinculado las sanciones comerciales a China por su participación en el comercio ilícito de fentanilo algo que las autoridades se niegan a reconocer, lo que complica las negociaciones.

Aún quedando plasmado en un convenio, es difícil que Beijing se esmere más en respetar los derechos de propiedad intelectual y deje de subvencionar a algunas de sus empresas, lo que provoca una competencia desleal. Lo cierto es que el flujo de comercio hacia la Unión Americana ha disminuido mucho en las últimas semanas algo que empieza a preocupar al gigante asiático dado que, pese al tamaño de su economía con la suficiente capacidad para soportar una guerra comercial, empieza a verse obligado a reducir su producción en las fábricas y por consiguiente a despedir trabajadores.

Hay que tener presente que los aranceles no se eliminaron, sólo se redujeron aunque notablemente, quedando en 30% para China y en 10% para Estados Unidos, lo que sin duda alguna fue suficiente para que las bolsas del mundo, que ofrecen resultados en lo inmediato, reaccionaran positivamente, pero un periodo tan corto insuficiente para garantizar inversiones de gran calado que necesitan una estabilidad mucho más duradera.

Durante este paréntesis, tanto como China como Estados Unidos, a la par que negocian intentarán reacomodar sus otras piezas. Por ahí México podría salir beneficiado ya que Estados Unidos necesitará proveedores para mantener vivo su mercado en lo que sufre la reconfiguración interna que pretende Trump. China, por su parte, busca acercarse a otros actores latinoamericanos. Por lo pronto Inacio Lula da Silva, presidente de Brasil, la primera economía regional, viaja esta semana a Beijing; en la agenda se encuentra una reunión con el líder chino, Xi Jinping. El mundo entero en plena polarización.

Transporte público, un pendiente en el Edomex

El transporte público en el Estado de México aún representa una fuerte problemática que no termina por resolverse. Si bien es cierto que el gobierno federal ha apostado por la inversión en ese sector, las autoridades estatales han quedado a deber a la población de la entidad, particularmente con el tema de camionetas, microbuses y autobuses particulares concesionados, así como taxis tolerados o piratas.

Por las vialidades mexiquenses, también en pésimo estado, llenas de baches y hoyos, aún circulan por cientos, unidades viejas, incómodas, contaminantes, con operadores sin capacitación y particularmente inseguras ya que los robos a bordo del transporte público continúan a la orden del día.

Lo irónico es que pese al deficiente servicio que ofrecen, los transportistas amagaron con paros escalonados al no cumplirse su exigencia de un incremento de cuatro pesos en la tarifa actual, por lo que al menos 30 rutas podrían sumarse a la protesta a realizarse desde ayer lunes hasta el próximo viernes, lo que afectaría a miles de personas en municipios como Almoloya de Juárez, Toluca, Metepec, Zinacantepec, Temoaya y Ecatepec.

Y aunque se han puesto en marcha proyectos de ampliación en el Tren Suburbano, la construcción del Interurbano, así como nuevas rutas de Trolebús y el Mexicable, el transporte público en la entidad mexiquense aún resulta insuficiente ya que el servicio particular concesionado cada vez resulta más obsoleto para las necesidades de la población.

A pesar de que, al inicio de la presente administración, se habló de la urgencia de contar con un sistema unificado de transporte que fuera seguro, limpio, eficiente y con una capacidad transversal adecuada y adaptada a cada sector social al que se dirija, la realidad nos dice otra cosa.

Incluso, se habló de la creación del Sistema de Transporte Colectivo Metro Mexiquense que conectaría a diversas zonas del estado, a través de la construcción de alrededor de 152 kilómetros de vías, pero las obras del proyecto ni siquiera han iniciado.

Resulta prioritario que las autoridades mexiquenses ubiquen entre las prioridades gubernamentales las acciones en favor del transporte público que aún está en deuda con los habitantes de esa entidad, quienes día a día padecen las incomodidades del pésimo servicio que se ofrece.

Ingenieros y arquitectos, juntos

Por años ha existido una rivalidad entre ingenieros civiles y arquitectos, relacionado con la visión pragmática de los primeros y la estética de los segundos, lo cual afortundamente, en años más recientes, ha quedado más en lo humorístico que en la realidad.

“El oficio de edificación es un trabajo de equipo, de ingenieros de todo tipo, de arquitectos, de urbanistas, y todos tenemos que trabajar en equipo para poder desarrollar una adecuada estructuración arquitectónica”, dijo el arquitecto Benjamín Romano, ni más ni menos que ante integrantes del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), ante quienes afirmó que “si trabajamos en conjunto, podemos hacer estructuras sumamente interesantes, en las que se nota que el diseño no está peleado con la estabilidad, especialmente si hablamos de una estructura que entiende el suelo y que tiene una buena relación sobre la estructura”.

El despacho de Benjamín Romano tuvo a cargo el proyecto de la Torre Reforma, incluida en la lista de los 50 rascacielos más importantes de los últimos 50 años del Council on Tall Buildings and Urban Habitat de 2019. Entre otros proyectos, actualmente trabaja en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta y de la Torre de Paseo de la Reforma 308. En todos ellos, el arquitecto hizo énfasis en la estructura de de las construcciones.

Romano señaló estar convencido de que, “si trabajamos en conjunto, podemos hacer estructuras sumamente interesantes, en las que se nota que el diseño no está peleado con la estabilidad, especialmente si hablamos de una estructura que entiende el suelo y que tiene una buena relación sobre la estructura”. El fundador de LBR&A Arquitectos utilizó diversos ejemplos donde abordó la cimentación, normatividad, sismicidad, presencia de agua, restricciones del predio, iluminación, descarga cero, circulaciones de elevadores, estacionamientos, y estética, todo para hacer proyectos eficientes.

Mauricio Jessurun, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México, puntualizó que los proyectos de Benjamín Romano “nos enseñan que lo audaz puede ser también lo seguro; que la estética no está peleada con la ingeniería; que la sustentabilidad no es una tendencia, sino un deber; y que cuando se suman las inteligencias del arquitecto, del ingeniero y la del urbanista, se pueden construir edificios, infraestructuras y ciudades más humanas”.

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