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La basura de la basura

por El Consejero
El Consejero

En México, la generación de basura per cápita es de .944 kg/hab/día de los cuales el 46.42% corresponde a residuos orgánicos. Lo que lleva a que al año se produzca en el país 20 millones 353 mil 647 toneladas sólo de basura orgánica.

Se trata de la “basura de la basura”, a decir del doctor Luis Álvarez Icaza Longoria, experto del Instituto de Ingeniería de la UNAM, pues se trata de los residuos que nadie quiere, pues hay mercado para plásticos reciclables, vidrio, metales, cartón, pero no tanto para la basura orgánica.

Álvarez Icaza habló sobre el aprovechamiento de residuos sólidos orgánicos en el Colegio de Ingenieros Civiles de México, particularmente a través de la planta de carbonización hidrotermal ubicada en el Bordo Poniente, un proyecto desarrollado de manera conjunta entre la UNAM, el gobierno de la Ciudad de México, la Secretaría de Energía y la iniciativa privada.

Dicha planta, a través de dos procesos aplicados a basura orgánica seca y húmeda -carbonización hidotermal y gasificación-, genera hidrocarbón, el cual puede ser usado como fuente de energía. Curiosamente en este, como en otros proyectos, no está involucrada la Semarnat federal ni local, pues la recolección y procesamiento de la basura cae en otras dependencias, como Obras y Servicios.

Por decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum, el proyecto dejará la capital del país y se trasladará al Parque de Economía Circular de Tula, Hidalgo, para el cual se contempla cuente con inversión privada. Y es aquí donde Luis Álvarez Icaza hizo énfasis en la rentabilidad de este tipo de proyectos. En primera, porque hay pocas financiadoras que le apuesten a proyectos verdes, por tener beneficios a largo plazo.

La otra, no menos importante, es el problema del volumen, es decir, hay procesos que aparentemente son muy buenos pero no están preparados para los volúmenes de basura generada diariamente. Un ejemplo, planteado por el académico de la UNAM, era un proyecto para hacer zapatos con el sargazo. Haciendo las cuentas, resultaba que las 20 millones de toneladas que llegaban a la costa mexicana daban para hacer zapatos para todos los habitantes del mundo.

En la medida que se puedan incorporar proyectos como éste, agregó Álvarez Icaza, con productos con alto valor agregado y con un mercado creado, serán buenas opciones, pero esto no va ayudar a resolver el problema del kilo de basura al día que se genera por persona.

Sin duda, como señaló Mauricio Jessurun, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México, el manejo adecuado de residuos sólidos es uno de los mayores desafíos que enfrentan las ciudades en el camino hacia el desarrollo sostenible, pues en todos los países las ciudades crecen rápidamente, el volumen de desechos sólidos aumenta de manera alarmante y su disposición final, si no se gestiona correctamente, genera impactos negativos importantes en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas.

Realista, Luis Álvarez Icaza concluyó que vivimos en una condición de aparente normalidad. “Seguimos teniendo agua, nos siguen levantando la basura y sobrevivimos al aire de mala calidad que tenemos”, pero “esta situación de aparente normal es algo que  se va a interrumpir, si las cosas siguen como están, básicamente con un desastre”. Veo esfuerzos que van en la dirección correcta, pero no de la intensidad necesaria. Entonces, el principal mensaje es que tenemos que aumentar la intensidad con la que estamos respondiendo a este reto, si no queremos encontrar una desgracia de proporciones mayúsculas en unos años”, remató.

Las amenazas de Trump: retórica vs realidad

A poco menos de 50 días para que Donald Trump asuma un segundo periodo como presidente de los Estados Unidos sus amenazas tienen en suspenso a más de una nación en el mundo, dislocando las políticas nacionales. Solo así se explica que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, país que vivirá una intensa campaña electoral, viajara el fin de semana a la Unión americana para reunirse con el mandatario electo, ofrecerle explicaciones y deslindarse de un país amigo como ha sido México.

Viejo conocedor de las estratagemas de negociación utilizadas por el empresario (su primer periodo presidencial estuvo marcado por esas bravatas), México ha reaccionado con más dignidad, pero también con mayor calma. Durante su campaña presidencial 2016 y para llegar al corazón del conservadurismo republicano, Trump utilizó la bandera anti inmigrante para tomar el poder y le funcionó bastante bien; les repitió la dosis a sus electores en 2024 y ahí están los resultados, luego entonces, ¿por qué no regalarles ahora una promesa de que haría deportaciones masivas durante el primer día de su mandato?

Aunque su gobierno no cuente con la capacidad para hacerlo ni el Estado tenga la posibilidad de encarar decenas de miles de juicios que habrán de acompañar los intentos fallidos.

Ciertamente, la crisis del fentanilo es un problema apremiante tanto para uno como para  el otro lado de la frontera, una larga cadena de arterias criminales que atraviesa por los dos países, que incluye no sólo el trasiego, sino la distribución y el consumo y que, para colmo de males, se encuentra interrelacionado con el tráfico de armas, esas con las que operan los delincuentes involucrados. Solo una mente infantil podría pretender que esa preocupación pudiera resolverse dando manotazos en la mesa, dirimiéndola en las redes sociales o enviando escuadrones del lado mexicano para atrapar a líderes criminales que serían rápidamente remplazados. Se necesita estrategia, colaboración y voluntad de ambas partes y en eso es verdad que México y Estados Unidos han fallado.

Fuera de todo orden resulta el hecho de que atente ahora contra un tratado de libre comercio que el mismo promovió porque, cómo se recordará a su llegada, durante el primer periodo presidencial, manifestó su inconformidad frente al acuerdo firmado en 1992 (TLC), por los presidentes George H. W. Bush, Carlos Salinas de Gortari y el primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, por lo que en 2018 se renegoció (T-MEC).

Imponer aranceles a estas alturas no sólo dinamitaría un proyecto del que en mucho tiene la paternidad sino que colocaría en una muy mala posición a las empresas estadounidenses (particularmente las automotrices que operan en México) a cambio de la utopía que representaría que esos empleos regresaran a la Unión Americana cuyos salarios en un mundo globalizado son muy poco competitivos.

No es que esta película nos sea ajena, ya la vimos y la vivimos. En 2016 ya hablaba de los migrantes mexicanos como criminales y violadores. Anunció la construcción de un muro divisorio que tendría que ser financiado por México en una frontera cuya porosidad es responsabilidad de su gobierno. Con Trump, las amenazas han sido siempre una constante y si bien no se llegaron a concretar, si tuvieron un impacto tanto en la imagen del país como en la influencia en los actores financieros.

No hay más que esperar y mantener la calma. Frente a los ataques “serenidad y paciencia” nos hubiera recomendado un superhéroe mexicano de los años 60.

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