La guerra comercial de Trump

Técnicamente, Donald Trump le declaró la guerra comercial a sus dos vecinos y socios, México y Canadá, una guerra cuyos daños en estos momentos son difíciles de cuantificar, pero que sin lugar a duda tendrán un grave impacto tras sus fronteras.

Lo aranceles de 25% decretados arbitrariamente por Trump violan flagrantemente el propio T-MEC por él signado en 2018, lo que será motivo de una larga disputa legal frente a las instancias internacionales responsables de regular el comercio como la OMC. Ya nos enteraremos de lo detalles el próximo domingo cuando la presidenta Claudia Sheinbaum anuncie las medidas compensatorias con las que intentará paliar unos daños que con el paso de las horas habrán de ir tornándose irreversibles.

México es un país exportador, un país que hizo de la Unión Americana el centro de sus actividades, el 80% de nuestra producción va dirigida a los mercados estadounidense, hoy esa decisión se habrá de pagar muy caro porque es un hecho que el flujo comercial habrá de disminuir en ambas direcciones frente al alza en las tarifas impositivas, con la consecuente baja en la producción y la pérdida de empleos en sectores vitales para la economía del país como ocurre en el sector automotriz que genera cerca de un millón de puestos de trabajo.

Todas las cadenas de suministro habrán de verse afectadas lo que anticipa una inflación. De no encontrarse una respuesta adecuada a las circunstancias, es inminente una caída en el Producto Interno Bruto que colocará al país frente al abismo de la recesión.

De cara a tan dramático escenario la promesa del nearshoring se diluye y se convierte en un sueño infranqueable; si algo ahuyenta a los inversionistas es el desasosiego, algo que sumado a la falta de certeza jurídica nos va a dejar en desventaja frente a otras plazas menos conflictivas.

Hace unos días, el mítico inversionista Warren Buffett dijo que “los aranceles son un acto de guerra”; con sus acciones, hoy, Donald Trump inició esta guerra atacando a sus dos vecinos, sin embargo, la amenaza pende sobre el mundo entero. China está en la picota y los países europeos ya se preparan para una ofensiva que podría desatarse en abril próximo. La Tercera Guerra Mundial podría ser comercial, Donald Trump no va a dudar en apretar el botón sin importar que su país termine siendo el principal damnificado.

México, entre el discurso patriótico y el diálogo

Mientras Canadá y China anunciaron aranceles a productos estadounidenses en represalia a los anunciados por Donald Trump, México esperará hasta el domingo, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum dé a conocer las “medidas arancelarias y no arancelarias” en el Zócalo capitalino.

Que la presidenta Sheinbaum haya optado por hacer un mitin dominical en el Zócalo para dar respuesta a los aranceles y no hacerlo en su mañanera son señales, uno, de que busca capitalizar la alta popularidad que tiene -y que para eso sirve-, para los tragos amargos que anunciará se tendrán que tomar ante el escenario que viene y, no se descarte, algunas decisiones drásticas; dos, que la culpa de lo que viene no es de ella, sino del otro, y tiene razón; y tres, tiempo, dar todavía un margen de aquí al domingo para llegar a un arreglo. Después de todo, Sheinbaum espera sostener una llamada telefónica con Trump el jueves.

La presidenta navega entre un discurso patriótico y otro dando prioridad al diálogo. No va a renunciar a lo último, pero tampoco va a permitir que la humille como a Trudeau. Motivos de decepción hay muchos. En el plazo de un mes, México ofreció y dio mucho a cambio de nada: el reforzamiento de la frontera -lo de menos son los 10 mil guardias nacionales-, las mesas de diálogo, la entrega de los 29 narcotraficantes, la propuesta de aplicar aranceles a los productos chinos. Hasta hubo declaraciones positivas por parte de los secretarios Marco Rubio y Howard Lutnick.

Desafortunadamente, mientras no haya una medida de las exigencias de Donald Trump, todo queda a su criterio y capricho de cuánto es suficiente. Hablar de detener el flujo de fentanilo o de migrantes poniendo una meta cero, es tan absurdo como esperar que empresas anuncien el traslado de su producción a Estados Unidos y lo hagan de un día a otro. Para el presidente estadounidense, negociar es amenazar, obtener algo de ello, para luego buscar la rendición del otro y ganar todo para él. Ahí está el lastimoso ejemplo de Zelenski y Ucrania.

Quitan aranceles o les bajan el switch

Una vez que el presidente Donald Trump cumplió sus amenazas de aranceles de 25 por ciento a México y Canadá, de ambos lados de las fronteras de Estados Unidos hubo reacciones, a las que se sumó el gobernador de Ontario, Doug Ford, quien lanzó la advertencia de que le cortará el suministro eléctrico a los estados de Nueva York, Michigan y Minnesota, lo que también afectaría a Wisconsin.

Inimaginable sería pensar en la ciudad de Nueva York con un enorme apagón ¿Se imagina legendarias construcciones como el Empire State, la Freedom Tower, la Estatua de la Libertad o Times Square totalmente en penumbras? Pues así como se lee y se escucha se podrían quedar si el primer ministro de la provincia de Ontario cumple su palabra y “con una sonrisa en la cara” como dijo, les corta la luz.

Y desde luego, la reacción del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también fue enfática pues aseguró que esa decisión injustificada no se quedaría sin respuesta por lo que dijo que con la misma moneda, de 25 por ciento en aranceles, le pagaría al mandatario estadounidense, además de que incluiría otras medidas como el freno a las exportaciones de energía, véase gas, petróleo y, desde luego, la electricidad.

Vamos a ver cómo se desarrolla esta novela norteamericana llamada realidad, en la que desafortunadamente quienes saldremos perdiendo somos todos los consumidores de los tres países, sin excepción, así es de que pongámonos atentos y el que último que salga que apague la luz.

Mujeres y vivienda

El 32 % de los hogares en México tienen a una mujer como jefa de familia, de acuerdo al INEGI. Lo anterior implica un incremento en la participación en la fuerza laboral de las mujeres. Sin embargo, está representación todavía está lejos de reflejarse en un acceso equitativo de la vivienda.

Según los datos más recientes de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), sólo el 35.6 % de los financiamientos otorgados por los Organismos Nacionales de Vivienda (Onavis) y el 31.6 % de los subsidios federales se destinan a mujeres, en contraste con el 60 % y 66.8 %, respectivamente, a hombres. Una de las razones de ello es la disparidad del ingreso: nuevamente con datos del INEGI, el ingreso trimestral promedio de los hogares con jefatura femenina es de 19 mil 81 pesos, mientras que en los hogares con jefatura masculina este asciende a 29 mil 285 pesos.

“Es importante que el sector inmobiliario y financiero reconozcan estas barreras y desarrollen estrategias que promuevan la inclusión financiera de las mujeres”, comentó Brynne McNulty, cofundadora de Tuhabi, la inmobiliaria digital, que ofrece procesos procesos transparentes, ágiles y accesibles para la compra o venta de vivienda de forma rápida y segura. “En 2024, el 42% de las personas que compraron su propiedad en Tuhabi fueron mujeres, una cifra que supera el promedio del sector y refleja un avance en su acceso al mercado inmobiliario. Aún hay espacio para crecer, y seguiremos trabajando en impulsar soluciones inclusivas que amplíen estas oportunidades”, concluyó Brynne.

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