Si nos ponemos a pensar, el objetivo de que el Banco de México (Banxico), suba las tasas de referencia, es desacelerar la actividad económica, pero no demasiado, todo debe de ser fríamente calculado y con la medida justa. Cuando las tasas aumentan, significa que pedir dinero prestado se vuelve más caro, los consumidores reaccionan absteniéndose de realizar grandes compras y reducir sus gastos. La idea es que en el entorno inflacionario actual, esta disminución de la demanda de los consumidores pueda ayudar a que los precios vuelvan a la “normalidad”. Situación que, bien aprovechada, puede beneficiar a las personas que estén informadas de cómo hacerlo.
Estas medidas anti-Inflación son justo el clima que ha llevado a las empresas de servicios financieros a desencadenar en México la llamada “guerra de tasas”, que vio su mayor apogeo hacia fines del año pasado. No es más que la competencia de varias instituciones financieras, bancos y otros competidores por atraer clientes a través de una oferta atractiva de rendimientos por sus saldos, aprovechando el encarecimiento del crédito, debido al alza de tasas de referencia provenientes del Banco de México.
Estos rendimientos altos pueden ser utilizados por el usuario para obtener ventaja y hacerse de un patrimonio que vaya creciendo con el tiempo. Si bien es cierto que la bonanza en rendimientos seguros no será para siempre, es un buen momento para aprovecharla. Como referencia; en los últimos meses el total de la banca ha ido incrementando los rendimientos que ofrecen sobre sus depósitos, aunque todavía siguen siendo muy inferiores a la tasa de referencia que determina el Banxico. En el primer cuatrimestre del año; el promedio de rendimiento ofrecido por la banca tradicional fue de 3.5% para saldos a la vista y en caso de poder inmovilizar dinero por determinado tiempo; el rendimiento por inversiones a plazo fue de 9.8%. A pesar de esto; apalancándose en la tecnología, la nueva banca ha logrado ofrecer rendimientos cada vez más competitivos a la propuesta de la banca tradicional.
Hoy en día, compañías como Ualá, que cuenta con una licencia bancaria en el país, mantuvieron la tasa de rendimiento en cuenta hasta un 15%, propiciando tierra fértil para los usuarios aprovechen estás oportunidades de mercado únicas si se considera que ofrece casi un 12% más que el promedio de la banca tradicional. Sin embargo, en un panorama donde la inflación ha comenzado a ceder, Banxico ha abierto la puerta a recortes en la tasa de referencia, llevando a cabo el primer ajuste durante marzo, con una baja de 25 puntos base para dejarla en 11%. Aunque estos recortes serán cautelosos, según lo ha declarado el mismo Banxico, podría haber más durante el año mientras la inflación siga en un nivel estable.
En este contexto, hay que resaltar que cuando la tasa de referencia se mueve a la baja, es común que las entidades financieras ajusten sus tasas, sin embargo, todo depende de las estrategias de cada organización y el clima competitivo. Lo cierto es que la llamada “guerra de tasas” tiene detrás el objetivo de ofrecer opciones más convenientes para las personas y diferenciarse de la banca tradicional, por lo que puede esperarse que tasas de rendimiento sigan siendo atractivas.
En el caso particular de Ualá, recientemente anunciamos que mantenemos nuestra tasa en un 15% anual ofreciendo rendimientos diarios del dinero, lo que refuerza nuestro compromiso con el mercado mexicano. Además, al operar bajo una de las 50 licencias bancarias en el país, ofrecemos la garantía del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) con un seguro de 3 millones de pesos, en comparación con el monto de 202 mil pesos que ofrecen las SOFIPOS.