Prevenir enfermedades, más efectivo que corregirlas
Es primordial cuidar nuestros alimentos primarios, es decir, lo que consumimos a través de nuestras experiencias, pensamientos, comportamientos y entornos; lo que no es comida o alimento.
Hablar hoy en día del cuidado de la salud puede traducirse a millones de pesos en tratamientos correctivos y curativos. Los estilos de vida poco saludables, sumado a los trastornos físicos y mentales que generó la pandemia, afectan la calidad de vida, acortan la esperanza de vida y causan menor resistencia a los impactos de salud en la población.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de los países miembros de este organismo, México es el que presenta menor esperanza de vida con 75.1 años, mientras que el promedio en la organización es de 81. Además, México posee los índices de sobrepeso y obesidad más altos del mundo, tan sólo detrás de Estados Unidos. Con base a estas cifras, la OCDE insiste en que los servicios de salud eficaz, más que un gasto, son una inversión imprescindible.
La pregunta es ¿qué hacer con estas cifras? La experta en health coaching, Ana Michelle Concepción sugiere que, más allá de llenarnos de preocupación, ansiedad y miedo a envejecer enfermos, o temor de no poder costear una enfermedad, ‘necesitamos abrirnos a la posibilidad de sanar nuestras vidas de adentro hacia afuera’.
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La prevención de enfermedades se puede lograr cuando nos enfocamos en nosotros mismos, en todos los aspectos de nuestro ser. Primeramente, hay que determinar si queremos continuar en la inercia que la sociedad nos ha impuesto o si queremos hacer un cambio para tener una mejor calidad de vida’, sugiere Concepción Esterrich.
De acuerdo a la autora, responder preguntas como ¿cuántas horas duermo? ¿cuántos cigarrillos fumo al día? ¿cuánto alcohol consumo? ¿bebo refresco o agua?¿qué cantidad de carne, grasa y azúcar contiene mi dieta? Y ¿cuánto ejercicio realizo al día? nos dará parte del panorama de lo que debemos modificar.
Es primordial cuidar nuestros alimentos primarios, es decir, lo que consumimos a través de nuestras experiencias, pensamientos, comportamientos y entornos; lo que no es comida o alimento. Me refiero al ambiente del hogar, nuestra relación con las personas, nuestro vocabulario y nuestros pensamientos, entre muchas otras cosas. Si cuidamos la calidad de nuestros alimentos primarios, estamos dando un gran paso en la prevención de enfermedades y alcanzar mejor calidad de vida’ agregó la experta en wellness.
En este sentido, Ana Concepción subraya que, para mejorar nuestra salud por esta vía, la disciplina, consistencia, el acompañamiento y compromiso son imprescindibles. ‘Para salir de la zona de confort y soltar patrones que hemos adaptado por la sociedad, nuestras familias, culturas y entornos, debemos comprometernos. La buena noticia es que aunque no es fácil, los cambios son posibles, dando prioridad a los de mayor urgencia para ti y tu entorno. Decidiendo pasos que te lleven a vivir mejor y en armonía con tu salud mental, física y emocional’ concluyó.
Existen diversos especialistas y profesionales de la salud que nos pueden acompañar en el camino a una mejor salud y calidad de vida. Si decidimos cambiar el rumbo y no ser parte de las estadísticas, un health coach nos puede apoyar. Con cada cambio que hagamos, podemos transformarnos y transformar la sociedad en que vivimos, para crear un mundo mejor.
LinkedIn: Ana Michelle Concepción