Desigualdad

Todos los días, en todas partes del mundo, millones de personas son víctimas de la violencia, pero no por ello debemos normalizarla. Desafortunadamente, las mujeres están más expuestas a diversas formas de violencia en distintos ámbitos, como el lugar de trabajo.

La violencia contra las mujeres impide que participen plenamente y en condiciones de igualdad tanto en la sociedad como en el mercado laboral, lo cual les genera graves repercusiones económicas, psicológicas y emocionales, ya que muchas ven mermada su autoestima.

La violencia laboral es una forma de abuso de poder que se realiza con la intención de excluir o someter aciertas personas, y suele darse de una mujer a otra mujer, de mujeres a hombres, o viceversa. Además, varios estudios muestran que las mujeres tienen más probabilidades de padecerla, debido a que son quienes suelen desempeñarse en profesiones más expuestas como la enseñanza, el trabajo social, la enfermería, la banca o el comercio.

Paridad laboral ¿por qué nos cuesta tanto trabajo alcanzarla?

En este sentido, a continuación se examinan cuatro tipos de violencia que pueden experimentar las trabajadoras:

Violencia física o verbal

Este tipo de violencia conlleva el uso de fuerza física para agredir a las mujeres, por medio de empujones o golpes;  o bien, utilizando palabras que agreden la integridad de las personas, alzar la voz o gritar al dar instrucciones al personal subalterno. En ocasiones, la edad, la apariencia física, o las preferencias sexuales suelen ser motivos para que se presente, al igual que la competitividad que llega a darse entre colegas, sobre todo cuando se ve al otro como una amenaza profesional en el trabajo

Violencia psicoemocional

Consiste en infundir miedo a través de la intimidación, el hostigamiento psicológico, así como menospreciar el desempeño de las colaboradoras con  críticas negativas sobre el trabajo que realiza, incluso poniéndolas  en evidencia ante sus compañeros. En algunos casos, las colaboradoras manifiestan haber recibido amenazas por parte de sus superiores para que se alejen de compañeras de otras áreas o de lo contrario comienzan a ejercer presión en sus actividades laborales o les niegan permisos.

De hecho, tanto las organizaciones como los trabajadores reconocen que cada vez más se presentan agresiones psicológicas en los lugares de trabajo.

Acoso sexual

Este tipo de violencia conlleva el hostigamiento, acoso, miradas indecentes, tocamientos, violación y cualquier coerción física o emocional para forzar a las mujeres a mantener relaciones a cambio de mejores condiciones de trabajo.

Violencia económica

Este tipo de violencia consiste en obtener la dependencia económica de otra persona al tener un control completo sobre sus recursos financieros, también se puede presentar con la reducción del salario o las prestaciones, así como obstaculizar la obtención de ascensos laborales o mayores prestaciones.

¿Las mujeres sufren de mobbing?

Por otro lado, cabe mencionar que un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reveló que el 53% de los colaboradores han sido víctimas de amedrentamiento y persecución en el trabajo y que el 78% han presenciado este tipo de comportamientos.

Asimismo, resalta que las consecuencias para las afectadas pueden ser extremadamente negativas, ya que las víctimas suelen estar sometidas a un estrés muy intenso, lo que les genera agotamiento, nerviosismo, que se ve reflejado en su desempeño.

Finalmente, la violencia contra las mujeres en ámbito laboral es un problema de salud pública con un impacto negativo en las empresas y en el desarrollo de las personas. Por ello, es importante crear una forma de debilitar las ideologías que promueven la violencia y aclamar la necesidad urgente de proteger los derechos de las trabajadoras.