Banxico: la economía a flote

Más allá de sus alcances deportivos, México tuvo este miércoles una razón para estar optimista. Tras los días aciagos que llevaron a la paralización de la economía durante los poco más de 18 meses que se prolongó la pandemia de Covid-19, el país inició la etapa de recuperación, por lo menos eso es lo que se desprende del informe del tercer trimestre 2022 del Banco de México (Banxico).

Por principio de cuentas, la estimación para el crecimiento en el presente año se elevó a 3% luego de que en el informe que le precedió se encontraba en apenas 2.2%.

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Las expectativas para 2023 también se elevaron, aunque en un rango menor, al proyectarse un 1.8% contra el 1.6 previo. Sorprendentemente la economía nacional ha mostrado una importante resiliencia a su entorno lo que se ha reflejado en un dinamismo con un desarrollo muy superior a lo que se había pronosticado.

El reporte adelanta un alto nivel de riesgo para el siguiente año derivado de factores externos que siguen pesando sobre la economía global, como lo es el ya prolongado conflicto bélico en Ucrania tras la invasión rusa.

De igual modo se prevén disrupciones en los mercados energéticos, la recuperación del gasto en inversión también se estima que será más lenta.

Los datos dados a conocer por Banxico coinciden en términos generales con los que dio a conocer horas antes la firma de servicios financieros JP Morgan, la cual en su análisis colocó a la demanda interna como la gran benefactora de la recuperación.

El sector de servicios se elevó 4.6% en los últimos cuatro trimestres mientras que en materia de producción se reportó una baja de 3 décimas porcentuales, lo que se espera sea una constante a lo largo de los próximos trimestres.

La apreciación del dólar ha sido otro de los factores que han favorecido a nuestro país, soportado por el diferencial en las tasas de interés entre Estados Unidos y México, en la entrada de inversión extranjera directa y en una buena parte en las remesas.

Sin embargo, no todo son buenas noticias, el fantasma de la inflación no cede y continúa siendo uno de los grandes retos que enfrenta el Banco Central, que no descarta la posibilidad que se mantenga en niveles altos por algún tiempo más por lo que proyecta que se alcance el techo de 3% hasta el tercer trimestre de 2024 y no en el primero como había anticipado previamente.

En la presentación del reporte la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez, no descartó que el incremento en el salario mínimo pueda impactar en el nivel inflacionario, algo que no tiene previsto el gobierno federal.

El año de Pancho Villa

Poco trascendió del largo discurso con el que López Obrador concluyó la marcha del domingo 27 de noviembre. Uno de los anuncios perdidos, fue que el año 2023 será dedicado a Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, por lo cual toda la documentación oficial del gobierno federal llevará inscrita una leyenda conmemorativa al comandante de la División del Norte.

Lo anterior, en razón de que el 20 de julio del próximo año se cumple el centenario del asesinato de Villa, acaecido en Parral, Chihuahua, estado del que fue gobernador, a pesar de ser oriundo de Durango.

Pocos personajes de la Revolución Mexicana polarizan tanto las opiniones en torno a él como Pancho Villa. Bandolero analfabeto devenido en líder militar, llegó a encabezar el mayor ejército de la Revolución y tener bajo su control la mayor parte del territorio mexicano, logros que tan rápido los obtuvo como los perdió.

Mujeriego comprobado, carente de ideología y proyecto político, estratega intuitivo, y hasta protagonista de películas; a él y a sus tropas se le atribuyen masacres, violaciones y abusos, algunos probablemente inventados, exagerados o -como muchos eventos de la Revolución-, sin poder comprobar pero con pocas dudas de que ocurrieran y de su responsabilidad, como los autores de los asesinatos de Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Álvaro Obregón y el propio Villa.

Entre las proezas o fechorías del llamado Centauro del Norte, según se le quiera ver, se encuentra el ataque al pueblo estadounidense de Columbus, Nuevo México, en 1916, lo que derivó en la expedición del ejercito norteamericano, encabezada por el general John Pershing, sin lograr capturar a Villa, aunque éste no volvió a recuperar su poderío militar y terminó deponiendo las armas en 1920.

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Habrá que imaginar el gesto en Washington cuando reciban documentos oficiales del gobierno mexicano con la leyenda “2023, año de Francisco Villa”, alguien a quien los estadounidenses -y no pocos mexicanos-, tienen como un delincuente.

Una raya más al tigre de agravios innecesarios que en nada abonan a la relación bilateral.