En esta ocasión comentaré sobre el polémico tema de la Inteligencia Artificial (IA), un sistema de algoritmos aplicable a casi cualquier proceso digital que involucre información y que se ha vuelto parte de la discusión pública y de las principales tendencias de debate en redes sociales.
Sin embargo, entre sus aplicaciones, destaca y preocupa lo que la IA supondrá para los contribuyentes y las autoridades hacendarias en cuanto a procesos administrativos, fiscalización y cumplimiento de obligaciones fiscales.
La principal tarea ante lo que se perfila como una nueva era para el pago de impuestos debe ser el informarnos como si se tratara de algo completamente nuevo para el funcionamiento de la sociedad.
Y es que, ante una vigilancia profunda y precisa de nuestra información financiera debemos acudir con especialistas que nos permitan capacitarnos en cada proceso del sistema fiscal en el que intervenga esta tecnología. Con ello me refiero a que a nivel personal y empresarial los cambios deberán ser un punto fundamental en la agenda de la información que comunicamos ante las autoridades como fuente de recursos financieros, así como de su administración.
Tendremos, pues, que esquematizar nuevas formas de trabajo, nuevos procesos de contabilidad e invertir en sistemas de última generación que nos proporcionen información exacta que pueda ser verificada y avalada por la Inteligencia Artificial del Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Las acciones recomendadas deben ser implementadas cuanto antes, lo que se veía como un escenario en proceso adelantado por la entonces titular del SAT y actual secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, hoy ya es la base de datos más grande del país con uso de IA; el universo de contribuyentes registrados en el SAT ya trabaja con procesos perfectibles y altamente precisos.
Sin duda esto genera incertidumbre sobre si, ante un sistema tan avanzado de fiscalización, estamos cumpliendo de manera correcta y precisa con nuestras obligaciones fiscales al tener una vigilancia y control informativo de nuestra riqueza que, en conjunto con los bancos y sus sistemas de emisión de CFDI (facturas digitales), pondrá a prueba nuestra disciplina contable.
Ante un tema que genera tantas dudas, es necesario mantenernos atentos e informados como contribuyentes para adaptarnos a esta nueva etapa que nos plantea la autoridad hacendaria.
Espero sus comentarios en: maozamu@gmail.com
Contador Mauricio Zamudio, director del despacho Zamudio Ruiz y asociados, S.C.