Únete a nuestro canal*_El compromiso Número 89_*
Pudo haber sido algo más íntimo, algo que mostrara una vergüenza verdadera por la falta de resultados en las investigaciones, en cambio los padres y […]
Pudo haber sido algo más íntimo, algo que mostrara una vergüenza verdadera por la falta de resultados en las investigaciones, en cambio los padres y los deudos de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa hace ya una década, lo único que recibieron fue una misiva dirigida a ellos pero escrita para el gran público, ese que cotidianamente da testimonio de las conferencias del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien demostró una vez más que su pecho no es bodega ni de él mismo.
Durante más de 40 minutos el presidente leyó y leyó, no hubo referencias a los compromisos asumidos, a los proyectos fallidos, ni siquiera faltando unos días para el fin de su mandato mostró un poco de humildad para pedir perdón, ese mismo perdón que si exige a las autoridades españolas poniendo en riesgo una relación centenaria. Se va y el destino de los estudiantes de la Normal Isidro Burgos seguirá siendo un misterio, Claudia Sheinbaum, empezará a construir el segundo piso de la transformación sobre la memoria de esos jóvenes que una mañana salieron de sus casas sin imaginarse que ya jamás iban a regresar.
El primero de diciembre del año de inicio de su mandato López Obrador esbozó el que terminaría por ser el compromiso número 89: “Se investigará a fondo la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa; se conocerá la verdad y se castigará a los responsables”, seis semanas después Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación fue nombrado responsable de la rimbombante “Comisión de la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa”, un órgano que lo único que consiguió fue sembrar más dudas entre las víctimas quienes en todo momento manifestaron su inconformidad. El prestigio de Encinas se tambaleó frente a una investigación presentada en 2022 que aportó muy pocos elementos y que se saldó con el encarcelamiento del exprocurador, Jesús Murillo Karam para darle fuerza mediática a un informe que carecía de la rigurosidad que reclamaba el caso.
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Un año después el montaje de López Obrador quedó al descubierto, el extitular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa de la Fiscalía General de la República (FGR), Omar Gómez Trejo, asilado en Estados Unidos, denunció que para cuadrar el informe se habían cancelado las ordenes de aprehensión contra 16 militares y en menos de 24 horas, tiempo récord para la veloz fiscalía, se había judicializado la carpeta de Murillo Karam como responsable de haber decretado la llamada verdad histórica, el fiscal, Alejandro Gertz Manero, se había prestado a la maniobra.
Ha sido una semana de manifestaciones, de duelo y de ira, las víctimas se sienten engañadas, utilizadas; tanto López Obrador como Sheinbaum han tenido que cancelar actividades para no dar la cara a los deudos. Hoy la marcha en principio partirá del Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo en donde habrá un pronunciamiento.
El presidente habrá de estar agazapado en el Palacio o más aún habrá programado alguna actividad fuera de la ciudad; los militares habrán de resguardar la, ahora, residencia oficial, esa misma corporación que estuvo involucrada en los hechos y que reiteradamente ha sido exculpada a costa de la verdad.
*_España: Sheinbaum y su primer desaguisado_*
Malas noticias para quienes esperábamos que con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de la República, desaparecería esa visión chovinista que caracterizó al sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Siguiendo los pasos de su mentor y en una muestra clara de que la diplomacia no será su fuerte, la presidenta electa se tomó la libertad, en representación de los mexicanos, de no invitar a la toma de posesión de su cargo al rey Felipe IV de España un evento protocolario, que no una fiesta personal, que tradicionalmente refleja la unión entre pueblos que se consideran hermanos.
Pasaron más de cinco años de que López Obrador pidiera al Reino de España expresar de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados a los pueblos originarios durante la conquista hace 500 años, una solicitud que más que una reivindicación buscaba el aplauso fácil en un momento en que el flamante mandatario buscaba consolidarse. La petición, que provocó más de una sonrisa, no solo quedó sin una respuesta oficial sino que fue filtrada a la prensa ibérica que aún hace mofa de tan desproporcionada solicitud.
En respuesta López Obrador abrió una pausa con el que es nuestro tercer socio comercial, solo después de Estados Unidos y China, una pausa que al parecer se extenderá seis años más con el consecuente impacto para el intercambio de bienes y servicios que sostienen ambas naciones y que se ha extendido a lo largo de los años.
Sheinbaum empieza a mostrar así su pobre criterio sobre las relaciones internacionales porque eso sí, invitó a uno de los personajes más siniestros de la política global quién no ha rechazado el ofrecimiento, nos referimos a Vladimir Putin; entre los impresentables también fue convocado el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y el de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Hay que destacar que entre los convidados no se encuentran miembros de la realeza de ningún país.
Si bien Juan Ramón de la Fuente no será ratificado por el Senado de la República hasta el 9 de octubre, lo que es un hecho irrefutable, llama la atención que el anunciado Canciller no se haya pronunciado sobe un tema que de inició será complicado y nos hace anticipar que habrá de transitar por la misma senda que Marcelo Ebrard, quien nunca tuvo control sobre la agenda diplomática.
Debieran ser tiempos de renovación, sin embargo con su actitud Sheinbaum nos recuerda ese postulado del “gatopardismo” repetido hasta la saciedad por López Obrador: “Cambiar todo para que nada cambie”.
