AMLO: el pueblo sabio y la frustración que no cesa

Ningún tipo de violencia esta justificada y menos en una democracia que nos ha tomado tanto tiempo consolidar. Sin embargo, faltando poco más de cuatro meses para que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador llegue a su fin, los signos de frustración e inconformidad empiezan a desatarse en diferentes sectores de la población, hijos todos del pueblo sabio, que depositaron su esperanza junto con su confianza en un líder que al final fue incapaz de satisfacer sus expectativas.

Mentir, faltar a la verdad, engañar, falsear, deformar, son sinónimos todos de una Cuarta Transformación que ascendió al poder bajo la promesa de resolver la problemática nacional producto de los fallos en los gobiernos que le precedieron, respuestas que no llegaron jamás porque, lejos de aplicarse en su solución, el presidente prefirió justificar su ineficacia acusando a los “neoliberales” de haber dejado demasiado dañado al país para recomponerlo en un tiempo tan corto.

Consciente de que la realidad terminaría por doblar las promesa incumplidas, el presidente optó desde un inicio por refugiarse en una fortaleza a la que adicionó unas planchas metálicas para que los inconformes no pudieran acercársele, paradójico en un mandatario que se jacta de no necesitar escolta porque el pueblo lo protege.

El inaceptable estallido de violencia ocurrido en las afueras de Palacio Nacional el lunes pasado, encabezado por los estudiantes de la Normal Isidro Burgos, es una muestra de la impotencia que miles de mexicanos han vivido frente a la imposibilidad de plantearle sus problemas a un siervo de la nación que ha privilegiado sus conferencias matutinas para solventar demandas a modo, por sobre los canales institucionales.

El lunes fueron los estudiantes de Ayotzinapa, muy probablemente mañana serán los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) quienes ya adelantaron que harán un paro y que la solución a su conflicto se encuentra en manos del presidente. Hace una semana fueron las madres buscadoras quienes, en el Zócalo, reclamaron al presidente su indiferencia frente al grave problema que enfrentan y para el cual el Estado no ha encontrado una salida. Antes ya habían sido estigmatizadas las feministas que marcharon el 8 de marzo, y ni qué decir de los padres cuyos hijos tuvieron la desgracia de perder la vida por la falta de tratamiento contra el cáncer los cuales fueron exhibidos como personas contratadas.

Evidencias de la negligencia con la que se han manejado las políticas públicas hay muchas, y todos parecen converger primero hacia el 2 de junio cuando habrán de tener lugar las elecciones generales, y luego hacia finales de septiembre, cuando le llegue al presidente el momento de decir adiós. Si no logra antes apagar los infiernitos que fue encendiendo a su paso López Obrador pudiera tener la más amarga de las despedidas.

Arranca centro de datos de Microsoft en Querétaro

Microsoft arrancó operaciones la región México Central en Querétaro, la primera región de centros de datos de nube a híper escala en nuestro país y en América Latina excepto Brasil. La nube abarca varios servicios de la empresa, a los cuales los usuarios podrán acceder a través de la región, como una solución para quienes prefieran almacenar sus datos en el país.

La instalación de la región México Central fue anunciada en 2020 en la mañanera del presidente López Obrador ni más ni menos que por el CEO del gigante tecnológico, Santya Nadella, como parte del plan Innovar por México, con una inversión de mil 100 millones de dólares por parte de Microsoft. En su totalidad, el plan Innovar contempla el desarrollo de regiones de centros de datos que ofrezcan soluciones en la nube (Azure) a 14 países.

En América, Microsoft cuenta con centros de datos en Brasil, Chile, Estados Unidos, Canadá, y ahora en México, donde ofrece servicios de nube. La elección de Querétaro no es sólo por su excelente infraestructura, sino que es la ciudad menos expuesta a desastres naturales en México, de acuerdo a varios estudios. En la capital queretana se encuentran otros centros de datos como el de Triara, filial de Telcel, Oracle Cloud y, ahora, Microsoft.