Cerca de 40 mil mexicanos en el exterior sin derecho al voto

Cayó como un golpe helado para miles de mexicanos, que por diversas razones radican en el exterior, la determinación del Instituto Electoral (INE) de rechazar su registro para votar derivado de presuntas “inconsistencias”; lo que en pocas palabras les impedirá formar parte de la lista nominal y con ello su derecho a participar en la elección del 2 de junio.

La decisión del INE no es menor si tomamos en cuanta la trascendencia de unas elecciones que podrían resultar muy cerradas, así como reaviva el factor de incertidumbre con respecto a la imparcialidad de un arbitro muy cuestionado que por momentos parece perder la brújula y que, por lo mismo, ha sido blanco de denuncias por parte de todos los partidos políticos en la contienda.

Desde Sinaloa, la candidata de Juntos Hacemos Historia, Claudia Sheinbaum, acusó al máximo organismo electoral de no garantizar la democracia e hizo un llamado a los consejeros a facilitar el voto. Por su parte, la aspirante a la Presidencia por parte de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, fue más allá al sugerir que las solicitudes fueron rechazadas porque esos votantes podrían haberse sumado a su causa. Jorge Álvarez Máynez lo calificó como un “absurdo”. Con su decisión el INE abre la puerta para que el partido que resulte derrotado en la elección cuente con más elementos de impugnación.

Lo cierto es que el INE volvió a acusar torpeza, ya que hizo el anuncio público una vez que se hicieron masivas en las redes sociales las denuncias de nuestros connacionales que habían sido notificados de manera individual, sin ofrecer mayores detalles, les daba tres días en la revisión de cada caso por lo que debían presentar sus papeles de nueva cuenta. Margarita Zavala publicó que, “casualmente”, las presuntas inconsistencias vinieron de lugares en donde no hay presencia de los comités de Morena. 

Aunque la comunidad mexicana en el exterior, la gran mayoría en los Estados Unidos, se mostró poco receptiva a participar, de cerca de 20 millones que están habilitados sólo se apuntaron 226 mil 661, lo cierto es que todos los votos suman, recordemos el conflicto electoral que se originó en 2006 cuando Felipe Calderón se alzó con la victoria sobre Andrés Manuel López Obrador, con una diferencia de 243 mil 934 sufragios.

La politización del agua

Todo comenzó hace dos semanas con la queja de vecinos de cuatro colonias cercanas una a otra de la alcaldía Benito Juárez, de que el agua que llegaba a sus domicilios olía a gasolina o insecticida. En un principio, las autoridades de la Ciudad de México -Martí Batres, SACMEX y otros-, negaron que hubiera problema alguno con el agua, a pesar de los numerosos testimonios y evidencias recabados por vecinos y medios de comunicación, así como que cada vez en más viviendas y colonias se registraba el problema. 

Fuentes del morenismo y del propio gobierno capitalinos, sugerían que se trataba de un invento en una alcaldía con raigambre panista, y como parte de otra campaña -la de la escasez del agua-, porque, en efecto, de acuerdo a esta visión, lo principal es que la falta del líquido en las presas y que se hable de un “día cero”, es una campaña, que sea un problema es secundario o inexistente.

Finalmente, una semana después, demostrando que “como los perros, sólo a periodicazos”, tras un bloqueo a avenida Insurgentes por parte de vecinos afectados, y no sin antes acusar que había “otros intereses” involucrados, Martí Batres aceptó a que algo tenía que ver una sustancia “de la familia de aceites y lubricantes”. Vino luego el resguardo de pozos y la clausura de dos fábricas en la alcaldía Álvaro Obregón y el anuncio triunfal de que se había solucionado el problema, sin informar qué fue lo que pasó y siguiendo reportándose agua contaminada.

Políticamente, lo que al final hay es justo lo que quería evitar el gobierno capitalino: un problema que se dejó crecer, que aleja las posibilidades de ganar -si es que alguna vez las tuvieron-, de los candidatos de Morena para alcaldes y diputados en Benito Juárez y Álvaro Obregón, en un escenario donde el problema del agua es real en la Ciudad, donde hay alcaldías donde escasea, y otras donde está contaminada, y que la elección para la Jefatura de Gobierno se va complicando para Clara Brugada.

Sin duda es cierto que existe un uso político de este y otros problemas de la Ciudad de México y del país mismo, como lo hay en todas partes del mundo, tanto de partidos en el poder como de oposición, algo en lo que también es experto Batres. Sin embargo, lo peor que puede hacer la parte cuestionada -en este caso el gobierno capitalino-, es evadir y querer ocultar los hechos y centrarse defenderse del uso político de los problemas en lugar de explicarlos y resolverlos. Al final, lo que se ha visto, es no se logra ni lo uno ni lo otro y seguimos teniendo sin resolver el problema de la escasez del agua.