En la plenaria con diputados de Morena, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, pidió a los legisladores que la designación de los cuatro nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) sea por sorteo de entre 20 perfiles de aspirantes en la Suprema Corte y no por acuerdo en la Cámara.
Lo que suena como una ocurrencia, está contemplada en el artículo 41 de la Constitución: el comité técnico de evaluación entregará a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados cuatro listas con cinco aspirantes para llevar a cabo la selección. Si luego de dos sesiones del pleno no se logran las designaciones por no alcanzar la votación requerida de dos terceras partes, será la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la que nombrará a los nuevos consejeros a través de la insaculación de la o las listas del comité evaluador.
En abril de este año, concluyen sus funciones como consejeros del INE Lorenzo Córdova Vianello, Ciro Murayama Rendón, Adriana Margarita Favela Herrera y José Roberto Ruiz Saldaña. Los dos primeros abiertos defensores del Instituto y los más denostados por el actual gobierno.
Desde del 23 de enero se encuentran en evaluación los aspirantes ante el comité técnico, el cual remitirá las cuatro listas con los 20 finalistas a la Jucopo el 22 de marzo; previéndose votación por el pleno de la Cámara el 28 de marzo, donde también se puede acordar la insaculación, la cual se contemplaría para el 30 de marzo.
En caso de que no proceda, las listas se irán al pleno de la Suprema Corte, donde se realizaría el inédito sorteo en urnas el 3 de abril de 2023.
Es decir, la línea que tiró el titular de Gobernación -con el visto bueno presidencial-, es que no se busque el acuerdo con las otras fuerzas políticas en las designaciones de consejeros y se vayan directo a un sorteo, lo cual prácticamente será un hecho.
De ahí la importancia también del trabajo que realice el comité técnico de evaluación en la elección de los 20 perfiles finalistas y la confección de las listas. Hay un alto riesgo de que al frente del INE no quedé un perfil idóneo para defender la autonomía del Instituto o que sea motivo de desconfianza los partidos políticos, aunado al daño al órgano autónomo de proceder el llamado plan B.
Femexfut: echando a perder se aprende… o no
Inicia la historia de un nuevo fracaso futbolero. Rodrigo Ares de Parga, un polémico funcionario del futbol, iracundo, para quienes lo conocen, y cuya mala reputación le antecede, será el director de selecciones nacionales de la Federación Mexicana de Futbol. Sin ningún mérito, ni palmarés que presumir, sino escándalos por cada lugar donde ha pasado, fue ungido por el empleado de Emilio Azcárraga, Yon de Luisa, por cierto, quien tampoco tiene nada que presumir en el ámbito futbolero, más allá de haber vivido a expensas de ese deporte.
El anuncio fue hecho este martes y pretende resolver la serie de fracasos que ha enfrentado la actual directiva. Esta misma directiva que no sólo no está dispuesta a dejar el poder, sino a volver a equivocarse al buscar exactamente las fórmulas que ya han fracasado.
Sobre Rodrigo Ares de Parga recae ahora la responsabilidad de nombrar al nuevo Director Técnico, que es un secreto a voces, pero que falta por anunciarse.
Ese puesto lo ocupará otro personajazo del folclor nacional, el viejo conocido y multicriticado Miguel Herrera. El “Piojo”, quien también se caracteriza por ser explosivo por decir lo menos, además de confrontar a la prensa hasta los golpes sería, de nueva cuenta, el seleccionador nacional de una selección que, sin tratar de ser adivino, podríamos esperar que fuera también parte de una “reestructura general”, prácticamente igual, con la misma gente que ha impedido que el deporte más importante a nivel nacional esté destinado a fracasar una y otra vez.
Corrupción: a guardar el pañuelo blanco
Ya es icónica la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador agitando un pañuelo blanco como símbolo de que la corrupción llego su fin. Una puesta histriónica sin ningún sustento en los hechos y que a pesar de esto se erige como la piedra angular que soporta a la Cuarta Transformación.
Este martes de nueva cuenta el presidente recibió un golpe de realidad. En su reporte sobre el “Índice de Percepción de la Corrupción 2022 ” (IPC), Transparencia Internacional ubica a nuestro país en el lugar 126, de entre 180 evaluados, con una calificación que apenas alcanza 31 puntos de los 100 contemplados; peor aún, no se ha movido de ese sitio en los últimos tres años lo que significa que pese a la narrativa oficial no ha habido avances en la materia con lo que México es hoy, de entre las 38 naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la que ocupa el último lugar, y dentro del G-20, solo superado negativamente por Rusia.
La corrupción va acompañada siempre de una multiplicidad de vicios que dañan a la sociedad porque es generadora de desigualdad, injusticia, falta de oportunidades, además de ser el caldo de cultivo en el que florece el crimen organizado, lo cual engendra un sentimiento de frustración en las poblaciones que conduce invariablemente a actos violentos.
De acuerdo al reporte existen evidencias del fuerte vínculo existente entre corrupción y violencia, basta echar un vistazo al Índice de Paz Global (IPG), para darse cuenta que los países con bajas calificaciones en este índice, también tienen bajas calificaciones en el IPC convirtiéndolos en lugares más peligrosos para vivir.
En México pese a los grandes anuncios en materia de combate a la corrupción como son los casos de Odebretch, la Estafa Maestra y Agronitrogenados, es muy poco lo que ha hecho la Fiscalía General de la República para garantizar que los responsables reciban el castigo que corresponda a la magnitud de su delito. Mención aparte merece el caso de Segalmex, un pecado de la actual administración frente a la que el Ejecutivo ha preferido voltear hacia otro lado antes llevar ante la justicia a los responsables, un fraude por más de 9 mil millones de pesos que hace poner en duda las legitimas intenciones de cambio de las que presume la 4T.
El reporte se realiza a través de la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero, mujeres y hombres de la academia y los negocios utilizando datos de 13 fuentes externas entre las que se incluyen el Banco Mundial, El Foro Económico Mundial, así como empresas privadas de consultoría y evaluación de riesgo.
Más allá de la metodología, que por supuesto es importante, a ras de suelo el 57.1% de los mexicanos percibe a la corrupción como uno de los problemas más importantes de su entidad, por lo menos es lo que dice la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental correspondiente a 2021.
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