Inicio » Des-amparados

Des-amparados

by El Consejero
Pemex reporta caída de ganancias y se enfrenta a escándalo por ocultar derrame petrolero

En total calma y la razón de su lado, la analista María Amparo Casar salió públicamente a responder al ataque inmisericorde del presidente y el director de Pemex para, efectivamente, hacer un espectáculo suficiente para distraer a la opinión pública sobre otros asuntos no solamente más importantes, sino oportunos… más bien coyunturales, como lo son los procesos electorales que están por realizarse.

Por supuesto esta no es la primera ocasión en que desde la tribuna de la conferencia mañanera se dirimen asuntos personales. Es de todos conocido que por el precio correcto se pueden colar preguntas en la agenda de este ejercicio democrático, como se ha atrevido a llamarle el propio presidente y su equipo de comunicación social.

Hay mucho que lamentar respecto a este tema, pues viola toda ética y atenta contra las garantías individuales; sin embargo, lo peor no es eso, ni siquiera el intento por castigar la libertad de opinión, sino el hecho de que desde la más alta autoridad se obsesione por trasgredir cualquier código con tal de cumplir sus disparatados objetivos.

No ha cabido la prudencia, ni la sabiduría para entender que este tipo de comportamientos solamente traen más polarización y odio, que es lo que menos necesita la sociedad en este momento. Sin embargo, a alguien le parece que esta es una buena idea para calentar el ánimo electoral.

En el cálculo de algunos, como Santiago Creel, por cierto, ex jefe de María Amparo en la Secretaría de Gobernación, un riesgo latente en aproximadamente el 30 por ciento de los distritos electorales es la violencia. 

Hacia la recta final de las campañas y ante el desencanto de algunos sectores de la ciudadanía, aunado al involucramiento de facto de parte de las organizaciones delictivas, esperaríamos siquiera prudencia e imparcialidad de parte nuestras autoridades. En ese sentido, que nuestro presidente fuera el ejemplo de ambas cualidades.

Palestina: el derecho a ser escuchado

Las horas de Benjamín Netanyahu al frente del gobierno de Israel pudieran estar contadas. A su fracaso militar en la Franja de Gaza que se ha saldado con la ejecución de cerca de 35 mil civiles palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños; la muerte de decenas de jóvenes judíos extraídos de las reservas y los pocos avances en la recuperación de los rehenes tomados por el grupo extremista Hamas en octubre pasado, ahora se suma una derrota política de grandes proporciones, porque el viernes pasado la mayoría de países que conforman la Asamblea General de las Naciones Unidas determinó ampliar los derechos de Palestina como Estado observador. Los palestinos tendrán ahora voz pero sin derecho a voto en la Asamblea y ninguna de las dos cosas en el Consejo General.

La situación de Netanyahu ya era complicada en los meses previos al ataque terrorista de octubre en que Hamas masacró a cerca de mil 200 judíos inocentes en el mayor atentado terrorista en territorio de Israel desde su fundación. Netanyahu vio en ello una tabla de salvación apelando al sentimiento de venganza más que el de justicia, lo que lo llevó a diezmar a un pueblo palestino que de por si se encontraba en una situación precaria debido a las imposiciones del propio grupo extremista, pero también al embargo impuesto desde Jerusalén.

La semana que pasó fue de cosecha, una cosecha magra de granos podridos acorde a lo sembrado, la advertencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de suspender, por primera vez en 42 años, el envío de armas si Israel no reconsideraba su decisión de atacar Rafah, el último reducto para los refugiados palestinos se convirtió en un golpe letal por parte del mayor aliado del Estado judío.

Lo que esta ocurriendo en la Franja de Gaza, empieza a tener implicaciones serias en la clase política estadounidense que en pleno año electoral ve en esta crisis un trampolín para mantenerse en el poder, en el caso de Joe Biden, o una razón para irrumpir en la Casa Blanca por parte de un Donald Trump que ya no encuentra como desligarse de un pasado que no deja de perseguirlo.

Paralelamente en las grandes universidades empieza a extenderse algo parecido a un sentimiento antisionista, que no antijudío. La saña con la que se ha conducido Benjamín Netanyahu ordenando el asesinato de familias enteras bajo sospecha de colaborar con Hamas no tiene paralelo en el conflicto en medio oriente, inexplicable viniendo de un pueblo que fue perseguido y sometido a las más crueles vejaciones durante la segunda guerra mundial.

Las próximas horas serán decisivas con un Netanyahu empecinado en hacerse de Rafah a un precio que al momento le esta saliendo muy alto, y una serie de maniobras en la Unión Americana entre congresistas para liberar el armamento embargado. Por lo pronto, los palestinos ya ganaron algo, y no nos referimos a los extremistas que originaron el caos, se ganaron el derecho a hablar y que el resto del mundo los tenga que escuchar, incluido Israel.

You may also like